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Tiburones a los que habría que cortar las aletas


El mundo está raro.
Antes el que pescaba una lubina era afortunado ya que se llevaba una pieza de delicioso sabor a su mesa. Por eso, encontrar una, era cada vez más difícil. Sin embargo grandes bancos de lubinas de cultivo que proceden de las jaulas de Tijarafe y Tazacorte se han introducido en la reserva marina de Fuencaliente, en La Palma, donde se protege a las especies propias del ecosistema marino insular. Hay cientos de lubinas en la zona integral, que no pueden ser pescadas porque se supone que nadie puede pescar allí, pero ellas no lo saben y sí que están “pescando” todo tipo de especies protegidas, ahora desprotegidas. Quizás debamos hacer un campeonato de pescasubs en la reserva y premiar el número de capturas por encima del tamaño de las mismas.
Pero ahí no acaban las amenazas para las islas.
La Plataforma por la Biodiversidad Canaria nos advierte contra el nuevo Catálogo de Especies Protegidas de Canarias. En este nuevo documento quedarían descatalogadas más de la mitad de especies de flora y fauna en las islas, un total de 227 especies que quedarán sin protección, 131 se rebajarán de categoría, y 97 se quedarán en una categoría de dudosa protección, contradiciendo al Catálogo Nacional, lo que supone un frenazo a la protección de la biodiversidad en el archipiélago. Esta proposición de ley cuenta con la oposición de la Comunidad Científica. “No te quedes muerto: manifiéstate”.
Al parecer, además de las susodichas lubinas, anda suelta, también por allí, una panda de tiburones hambrientos.
De la misma especie depredadora deben de ser los que han logrado que la CITES se baje los pantalones y deje sin protección efectiva a 31 especies de corales rojos y rosas en el Apéndice II de la Convención Internacional de Comercio de Especies Amenazadas. Pero tampoco a los escualos en peligro o al atún rojo les esperan buenos tiempos.
Por si fuera poco, el Club de los Tiburones Vivos ha decidido que, puesto que el mar ya está hecho polvo, ¡al menos nos quedan las riquezas de su subsuelo!
Así que ya se están repartiendo la golosa tarta de los minerales marinos. Como los pastelitos biológicos ya están condenados –pobrecillos- pronto dejarán de ser rentables. Así que las acciones hay que ponerlas en otras compañías más rentables.
Sin embargo no todo son malas noticias para los océanos.
El hecho de que diariamente se estén descubriendo nuevas especies marinas y nuevas aplicaciones médicas de especies que ya conocíamos puede que haga que el coloso farmacéutico pugne por conservar los fondos para otros intereses económicos, nada altruistas, pero menos agresivos que la minería.
Siempre he creído que la única forma efectiva de proteger algo de este tipo de depredadores es que les interese más vivo que muerto.
Nunca lo van a hacer por nuestro bien, o el de las Generaciones Futuras.
Imploro al espíritu centenario de Cousteau para que ilumine a esas Generaciones Futuras, en la construcción de una máquina del tiempo que les permita trincar a esos tiburones y juzgarlos en el futuro por los daños que van a causar en este presente.
Sería el viaje en el tiempo más necesario de la historia.


 
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