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Guerreros del Arco Iris






Miren Gutiérrez, directora ejecutiva de Greenpeace nos cuenta en la página de su organización que fueron los indios Cree quienes contaron a Bob Hunter, uno de los fundadores de Greenpeace, una profecía que decía "llegará un tiempo en que los pájaros caerán del cielo, los animales de los bosques morirán, el mar se ennegrecerá y los ríos correrán envenenados. En ese tiempo, hombres de todas las razas y pueblos se unirán como guerreros del Arco Iris para luchar contra la destrucción de la tierra". Nos lo cuenta en el marco de la jubilación del segundo buque "guerrero del arco iris" que dará paso a un nuevo y flamante Rainbow Warrior III que surcará los mares del mundo en defensa de su conservación.

Mención especial merece el precursor de esta saga que fue hundido por agentes de la Dirección General de la Seguridad Exterior francesa en 1985, para evitar una incursión en sus aguas territoriales, que Greenpeace quería llevar a cabo para protestar contra las pruebas nucleares que realizaría Francia en el Atolón de Mururoa, en el sur del Océano Pacífico. Un miembro del equipo, el fotógrafo Fernando Pereira, de 36 años, perece en el barco por la explosión destinada a su hundimiento. El barco fue reflotado, pero las averías eran de tal magnitud que hicieron imposible su reparación de manera que fue transportado en 1987 hacia las islas Cavalli donde fue hundido para contribuir como santuario de fauna marina.

Los guerreros del arco iris se enfrentan a un enemigo poderoso y esquivo, que como los agentes de inteligencia franceses, no da la cara nunca, y tiene, además, el cínico disfraz del humanismo y la ecología de muchas fundaciones que blanquean capitales y conciencias.

Recientemente la organización mundial WWF y el Secretariado de la Unión por el Mediterráneo (UfM) han reunido a un elenco de ONG el pasado 30 de junio para definir y acordar la necesidad de la participación de la sociedad civil en la toma de decisiones políticas y en la gestión de proyectos relacionados con la naturaleza y el medio ambiente. El objetivo es aunar las necesidades de conservación de la naturaleza con las de desarrollo de las actividades humanas para asegurar el futuro de la cuenca mediterránea.
Si como hemos visto en la Primavera Árabe, que a un no ha concluido, la sociedad civil es capaz de derribar tiranías, el papel de ésta será decisivo para hacer sostenible nuestro futuro.

Al igual que las nuevas democracias árabes no necesariamente garantizarán la libertad y bienestar de esos pueblos si no cambian el sistema económico global; no habrá una eficaz lucha medioambiental si sólo incidimos en los efectos y no en las causas del desastre.

La fórmula de partida debe ser Ecología = Economía = Justicia = Libertad. Si no conseguimos igualar esta ecuación, sólo pondremos parches y tiritas mientras la gangrena avanza imparable. Podemos impedir pruebas nucleares, pero el origen del mal es la industria armamentística. Podemos protestar por las prospecciones en el ártico, pero el origen del problema es la industria energética, el modelo de producción y consumo energético.

Responsabilidad de la sociedad civil es no ser cómplice, organizarse, salir a la calle, reivindicar, castigar o premiar con su poder de elección, tanto electoralmente como a la hora de consumir bienes y servicios. Como consumidores finales y contribuyentes, somos los principales accionistas del planeta. Hagamos valer nuestro poder en el mercado de valores y seamos unos auténticos guerreros del Arco Iris.




 
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