Murcia
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Es el destino más lejano de
los centros de buceo de la Bahía de Mazarrón, no obstante se tarda tan solo
unos 50 minutos en llegar. Es una cueva fácil donde es imposible perderse
ya que solo tiene un trayecto posible y siempre en línea recta. Se fondea
a pocos metros de la boca de la cueva, situada a 14 metros de profundidad.
La entrada es muy amplia, permitiendo el paso de 6 ó 7 buceadores simultáneamente.
El tunel de entrada se va estrechando apenas, y tras 15 metros de desarrollo
en un ligero ascenso se abre a una gran sala bien iluminada gracias
a una sima que da al cielo. El agua cubre la cueva solo por la mitad, quedando
las estalactitas al aire y las estalagmitas sumergidas. La mezcla del agua
salada que entra del mar y la salobre del interior de la cueva produce una
turbidez parecida a cuando se mezcla en un vaso ginebra y tónica. Este fenómeno
se da en una delimitada franja de unos dos metros de anchura a pocos metros
de la superficie. Pasando esta frontera de mezcla acuosa, y ascendiendo,
quedamos inmersos en el agua salobre, cuya transparencia te hace creer que
estuvieras levitando en el aire. Para los que hacen la cueva por primera
vez es conveniente una linterna, pues durante unos diez metros del tunel
de acceso no se ve nada. Los que ya la han hecho más veces pueden visitarla
sin linterna, pues saben que tras 15 ó 20 segundos de oscuridad se verá
una mancha de luz que procede del agujero del techo de la cueva.