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  Cura del cáncer en el fondo del mar
 

Desde la antigüedad, el mar ha sido indispensable en la vida del hombre. No sólo como fuente de recursos alimenticios o energéticos, sino como vía de transporte y, ahora, también en la obtención de sustancias que benefician a la salud. De ahí que la doctora Irma Soria Mercado, de la Facultad de Ciencias Marinas, en la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), analice el fondo del Golfo de California en busca de compuestos bioactivos para combatir el cáncer de colon y pulmón, así como aquellos con propiedades antibióticas. De acuerdo con la investigadora, en el sedimento del océano habitan hongos, conocidos como micromicetos, y bacterias de lento crecimiento llamadas actinobacterias; los cuales son productores de metabolitos (molécula producida durante el metabolismo) secundarios con aplicaciones en la industria farmacéutica. Ejemplo de ello es la actinomicina, un antibiótico aislado de las bacterias Streptomyces, que descubriera en 1940 el ucraniano ganador del premio Nobel, Selman Abraham Waksman. La titular del proyecto indicó que para obtener las cepas han realizado muestreos en 133 puntos del Golfo en las zonas de San Felipe, Bahías de los Ángeles, Concepción y Loreto, las Islas Danzante y Carmen; así como sus alrededores, todos ellos a profundidad entre uno y 350 metros.

 

 

Hasta ahora, Yondelis, el fármaco de la compañía gallega PharmaMar, podía presumir de ser el único antitumoral nacido del fondo del mar. Sin embargo, el medicamento de origen español deberá compartir a partir de ahora esa denominación con un nuevo fármaco diseñado por investigadores japoneses. Nacida a partir de una esponja marina, la eribulina mesilada ha sido presentada en sociedad en el transcurso de la conferencia de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO) que se está celebrando en Chicago (EEUU).
La eribulina mesilada (también conocida por sus siglas de laboratorio, E7389), ha sido diseñada por el laboratorio japonés Eisai para el tratamiento del cáncer de mama metastásico o localmente avanzado. Y por los resultados en fase III dados a conocer (con importante participación española), su eficacia logra mejorar alrededor de dos meses y medio la supervivencia de las mujeres tratadas con este compuesto. "Para las pacientes que han recibido ya todos los tratamientos autorizados para este tipo de tumor [y han dejado de responder], éstos son resultados prometedores", señala a ELMUNDO.es el doctor Christopher Twelves, al frente del Instituto de Oncología de Leeds (Reino Unido) y principal investigador del estudio Embrace. "Dos meses y medio puede parecer una cifra insignificante", ha añadido por su parte Eric Winer, especialista de la Universidad de Harvard (EEUU) y moderador de la sesión; "pero se trata del primer fármaco que arroja beneficios en términos de supervivencia en un grupo de mujeres previamente muy tratadas, con al menos cuatro o cinco ciclos de quimioterapia previos".

 
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