Las
orcas (Orcinus orca) han sido mantenidas en cautividad desde 1961;
indefensas víctimas de un experimento comercial que evidentemente
ha visto a docenas de orcas silvestres separadas de sus familias,
condenadas a vivir forzosamente en grupos sociales artificiales
que tan sólo son un pobre reflejo de su estructura social
en estado natural.
Durante años, la industria del cautiverio (delfinarios) ha
utilizado una gran variedad de argumentos en su intento de justificar
el mantenimiento de orcas en cautividad. De esta manera, hemos sido
llevados a pensar que el cautiverio beneficia tanto a los visitantes
como a los animales, entreteniendo y educando, mientras brinda una
vida confortable a los animales recluidos. Pero a medida que los
programas de investigación a largo plazo sobre orcas silvestres
aumentan, las diferencias entre la vida de las orcas silvestres
y cautivas también se hacen mucho más evidentes.
La realidad sobre la existencia de orcas cautivas es dolorosamente
obvia: confinadas en tanques clorinados, usualmente habitados por
orcas frustradas y enfermas, y realizando trucos circenses que nada
se asemejan a su conducta natural. El creciente registro de accidentes,
enfermedades, embarazos interrumpidos y muertes prematuras, ha generado
un cuestionamiento sobre la sustentabilidad de mantener orcas en
cautividad. Adicionalmente, muchos de los espectadores no piensan
en las paredes de cemento de los tanques de confinamiento. Al final
de cada actuación, sólo pocas personas perciben el
eterno nadar en círculos de las orcas confinadas en los tanques
en los que son mantenidas. Afortunadamente, en la actualidad, un
número cada vez mayor de personas sienten que ser testigos
de tal nivel de empobrecimiento no tiene ningún valor educativo.
Confinamiento cruel
WDCS
cree que en cautividad el confinamiento es cruel ya que es imposible
acomodar las necesidades mentales, físicas y sociales de
los delfines (cetáceos), especialmente de las orcas. La evidencia
científica indica que los cetáceos en cautividad sufren
de un alto nivel de estrés mental y físico, el cual
se manifiesta a través de conductas agresivas entre ellos
y hacia los humanos, aburrimiento, menor expectativa de vida y mayor
tasa de mortalidad que en la vida en libertad (ver Why the
Show must Stop!).
Las orcas han sido capturadas desde hace muchos años en diversos
países del mundo. Muchas orcas murieron trágicamente
durante las operaciones de captura, y el impacto negativo sobre
los grupos y poblaciones afectadas llevó a países
como Estados Unidos, Canadá e Islandia a prohibir estas actividades.
Argentina ha prohibido la captura de orcas en sus aguas territoriales
y Japón no ha capturado orcas desde 1997. A pesar de la presión
internacional y los llamamientos para otorgar a las orcas protección
ante su persecución, el año pasado la Federación
Rusa acorraló en redes a un gran grupo de orcas, en un intento
por capturar ejemplares para su comercialización, debido
a unos informes que circulaban sobre los elevados precios que pueden
alcanzar los ejemplares en el mercado (un millón de dólares
en 2003). Como resultado, una hembra fue atrapada y puesta en cautividad,
la cual murió a las pocas semanas. El público debe
saber que al apoyar la exhibición de orcas en cautividad
está contribuyendo a que se construyan un mayor número
de estos establecimientos y a que se capturen más orcas de
los Océanos.
Regulaciones internacionales
La
actual legislación de la Unión Europea prohíbe
la importación de ballenas y delfines con fines principalmente
comerciales. A pesar de que la mayoría de los países
ha rechazado la emisión de permisos de importación,
España continúa emitiéndolos con el fin de
abastecer delfinarios y parques marinos, con las consecuentes críticas
sociales e internacionales. También cuestionamos seriamente
la existencia de establecimientos que puedan cumplir con los requerimientos
establecidos en la Directiva de Zoológicos de la UE. Adicionalmente,
España es signatario del Acuerdo para la Conservación
de los Cetáceos de los Mares Mediterráneos (ACCOBAMS),
el cual prohíbe claramente la captura de cetáceos
vivos en el área del Acuerdo. Todo lo anterior nos indica
que el delfinario propuesto en Tenerife estaría violando
la legislación existente.
Muchos parques marinos que mantienen cetáceos en cautividad
continúan argumentando que juegan una parte importante en
la investigación de los mamíferos marinos. Sin embargo,
un análisis llevado a cabo por WDCS sobre las investigaciones
científicas en delfinarios genera serias dudas respecto a
esta afirmación. El conocimiento sobre conducta y temas relacionados
a la salud de los delfines cautivos no puede aplicarse útilmente
a las poblaciones silvestres, debido a que los delfines en cautividad
viven en un entorno artificial y suelen estar sujetos a medicaciones
que alteran su química corporal. Los estudios de conducta
realizados sobre delfines en cautiverio carecen del potencial de
mejorar la conservación de los cetáceos en libertad,
debido a que están obligados a llevar vidas artificiales.
Los delfines cautivos siguen una rutina básica diaria muy
contraria a los movimientos libres de los cetáceos en su
medio.
Educación
Muchos
delfinarios argumentan que juegan un rol importante en la educación
y apreciación del público sobre la vida salvaje. De
hecho, algunos organismos reguladores requieren que los delfinarios
demuestren un valor educacional en sus presentaciones.
WDCS cree que los parques marinos y los delfinarios distorsionan
significativamente el entendimiento del público sobre el
medio ambiente marino. Frecuentemente, los mensajes educacionales
ocupan un segundo lugar debajo de las actuaciones de los delfines,
donde los saltos y chapuzones son los principales atractivos, y
cualquier aspecto educativo se pierde en medio del glamour y el
entusiasmo del espectáculo. Adicionalmente, la compleja naturaleza
de la vida de los delfines y las ballenas no puede ser demostrada
en un tanque. Actualmente, es más fácil que nunca
avistar ballenas y delfines en su medio ambiente natural y WDCS
promueve los avistamientos responsables de cetáceos.
Al menos 135 orcas han sido capturadas de la vida salvaje desde
1961 con fines dirigidos al cautiverio. Ciento doce de las cuales
(82%) se encuentran actualmente muertas.
De las 112 orcas muertas, el promedio de vida en cautividad fue
de menos de seis años ( 1 día en cautiverio = 27,2
años en su estado de libertad).
La mayoría de las orcas cautivas muere antes de alcanzar
los 20 años de edad. En libertad, las orcas macho tienen
una expectativa de vida de 29 años y las hembras de 50. Algunas
orcas silvestres han vivido hasta 90 años en libertad.
De 65 embarazos registrados en cautiverio desde 1968, solo 28 crías
(43%) han logrado sobrevivir.
WDCS: Brookfield House, 38 St. Paul Street, Chippenham, Wiltshire
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WDCS es la voz global para la protección de delfines, ballenas
y su entorno. WDCS tiene oficinas en Argentina, Australia, Alemania
y Estados Unidos.
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