
Hace más de 2.600 años, los fenicios
navegaron por lo que ahora se conoce como La Manga del Mar Menor.
La mayoría de los barcos que fondearon en esas aguas eran
comerciales que se dirigían a puerto con un gran cargamento
de pescado y objetos varios con los que hacer negocio. Seguro que
más de un navío se perdería en el Mediterráneo
antes de llegar a su destino. Pero hay uno en concreto, el más
grande que hasta ahora se ha hallado, que se hundió cerca
de Isla Grosa, en el Bajo de la Campana, en San Javier. Siglos después,
un grupo de arqueólogos está consiguiendo unir los
eslabones que faltaban para cerrar la cadena histórica fenicia.
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Los
expertos que trabajan en Isla Grosa proceden de once países
diferentes. Éste es el cuarto año que bucean en esa
zona del Mediterráneo para recuperar las partes del pecio
fenicio del siglo VII antes de Cristo, que está sepultado
en la arena del yacimiento del Bajo de la Campana. Los restos que
los arqueólogos están sacando del fondo marino se
expondrán al público en un centro de interpretación
en La Manga.
Las excavaciones fueron visitadas el pasado 28 de julio por los
expertos, la alcaldesa de San Javier, Pepa García, y el delegado
del Gobierno en la Región, Rafael González Tovar.
En Isla Grosa, la alcaldesa de San Javier confirmó que durante
lo que queda de verano la galería Flamenco, situada detrás
del Zoco, en La Manga, se convertirá en un pequeño
centro de interpretación en donde se mostrará al visitante
lo que los arqueólogos subacuáticos han encontrado.
«Esto es más que nada para concienciar a la gente de
la importancia que tiene este yacimiento», explicó
Pepa García.
Más de 1.000 piezas
La relevancia del hallazgo viene dada por el excepcional cargamento
localizado y del que ya se han extraído varias piezas. A
varios metros de profundidad, los buceadores han encontrado más
de mil piezas fenicias. Entre ellas, abundan los colmillos de elefantes
africanos. «Asombrosamente, hay muchos que se han conservado
muy bien y están enteros», asegura el director español
de la campaña, Juan Pinedo. El experto arqueólogo
admitió también que hasta ahora el pecio fenicio contiene
el mayor cargamento de marfil que se ha encontrado en un barco de
estas características.
Sepultados en el yacimiento el Bajo de la Campana también
había elementos suntuarios que se portaban para comerciar
con la elite del momento. «Hemos sacado un pedestal de piedra
decorado que debía soportar una estatua de proporciones bastante
considerables, varias piedras de bronce de una posible cama de marfil,
un mango de cuchillo del mismo material y mucho más que seguro
que hay ahí abajo. Por eso esperamos
seguir excavando», apuntó Pinedo.
Cómo navegaban
El pecio de Isla Grosa es el más grande que hasta ahora se
ha localizado en el Mediterráneo. Los investigadores indicaron
que el navío mide veinte metros de eslora, el doble que los
que se encontraron en Mazarrón. Asimismo, al acercarse al
lugar donde el grupo de buceadores extranjeros se sumerge para continuar
con su tarea, al director de la expedición se le iluminaba
la cara de pensar en el tesoro submarino hallado. «Es un cargamento
muy especial porque nos informa de las relaciones comerciales que
se mantenían en la época fenicia».
Aparte de eso, les ha permitido unir eslabones de la cadena histórica
de la civilización fenicia. Ya tienen datos de cómo
vivían los marinos del siglo 600 A. C. «Lo que sabemos
por ahora es que iban pescando y que comían piñones»,
comentó el buceador y arqueólogo Juan Pinedo. Les
queda un mes de trabajo pero ahora los arqueólogos submarinos
se afanan en su tarea para descubrir más secretos de la civilización
fenicia.
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