La
definición arqueológica de las zonas adecuadas para
la prospección submarina está íntimamente ligada
al conocimiento de los yacimientos existentes sobre el borde costero.
En este sentido se trata de relacionar la arqueología terrestre
y la subacuática como dos actividades complementarias. A través
del conocimiento de los vestigios conservados en tierra es fácil
ver el transcurso histórico de las zonas y evaluar teóricamente
la relación entre el poblamiento histórico y prehistórico
con la mar.
En el proyecto Dorada se definían como puntos de
interés de la arqueología subacuática en Asturias
los que se encuentran en Zonas marítimas colindantes
con núcleos arqueológicos costeros, de tal manera
que tras relacionar los datos arqueológicos costeros, los suministrados
por los Oficios y actividades relacionadas con la mar y las noticias
orales, se definieron como tales la Ría del Eo, Ría
de Navía, Luarca, Ría del Nalón, Avilés,
Región del Cabo Peñas, Gijón, Villaviciosa, Ribadesella
y Llanes.
Los trabajos de prospección realizados hasta el momento fueron
los siguientes:
1. Aguas del Cerro de Santa Catalina.
Gijón.
El cerro de Santa Catalina es una pequeña península
casi circular, orientada N-S en su eje mayor. La configuración
rocosa que presenta en superficie se continúa consecuentemente
bajo las aguas. Se trata de un fondo de roca , con canales de arena
y la vegetación característica de la zona está
formada fundamentalmente por colonias de algas laminarias (Laminaria
Ochroleuca).
El sistema de prospección elegido utiliza dos embarcaciones
en línea, separadas 30 m., entre las que se tiende un cabo
del que cuelgan equidistantes otros cuatro cabos menores, a los
que se sujetan los buceadores. Las embarcaciones, a mínima
velocidad, arrastran a los buceadores, cuatro en cada turno, que
prospectan visualmente cuatro hipotéticas calles contiguas,
localizadas entre ambas embarcaciones. Así se va barriendo
visualmente el área preestablecida.
Fueron recogidos diversos fragmentos cerámicos pertenecientes
a diferentes épocas históricas, no habiendo aparecido
ningún resto catalogables característico.
2. Pecio de Bañugues. Gozón.
Se trata, en este caso, de restos sumergidos en la Ensenada de Bañugues,
frente a la isla de Corbiro, perteneciente a un barco naufragado
en 1698, del cual se cuenta con documentos en la iglesia parroquial
de San Nicolás de Bañugues.
Se limpió la zona de algas laminarias que la recubrían,
localizándose cuatro piezas de artillería, de las
cuales dos, que se encuentran juntas y unidas por una fuerte concreción,
han sido estudiadas detenidamente (Rodríguez Asensio y otros,
1992). Las otras dos, separadas entre si, se encuentran, una , alejada
pocos metros del aspa formada por las primeras , hacia el sur y
la otra a bastante distancia hacia el Norte, aislada del conjunto
de los restos localizados. El número de bolas que se conserva
es elevado y aunque no se ha podido realizar una precisa enumeración,
superan ampliamente el centenar. Son de dos tamaños diferentes.
El mas pequeño coincide con el diámetro de los cañones
encontrados, por lo que su función pudiera estar relacionada
con la munición de las piezas artilleras.
No obstante existen otras bolas de tamaño mayor que son demasiado
grandes como para ser consideradas munición de las piezas
localizadas. Otras interpretaciones como lastres, nos
parecen demasiado forzadas, pues se trata de bolas metálicas
de las mismas características técnicas que las de
menor tamaño.
Aunque por el momento no existen datos suficientes para poder identificar
las características concretas de este navío, ya apuntamos
que pudiera tratarse de un barco, posiblemente de pabellón
español, armado para la guerra o con patente de corso;
datos estos deducidos del análisis del documento hallado
en los archivos parroquiales y que se refiere, sin duda, al naufragio
del barco cuyos restos estamos estudiando.
3.
Zona de Oles. Tazones. Villaviciosa.
Siguiendo las indicaciones de buceadores que practican inmersiones
en Oles, cerca de Tazones, hemos podido localizar ciertos restos
sumergidos frente a los acantilados de esta zona, a unos 6 metros
de profundidad y en un lugar muy batido por las mareas.
Los restos se encuentran en unos fondos de arena, lo que hace que
en determinadas épocas estén totalmente cubiertos.
Ello ha permitido, en cierta manera, su conservación, ya
que las características del lugar no resultan en absoluto
favorables para los restos sumergidos.
En estos fondos se encuentra lo que pensamos sean los restos de
un naufragio, ya que se localizan varias piezas de artillería.
Las noticias de los buceadores, que nos indican que se encontraron
laminas de plomo así como un mortero de bronce al que hemos
tenido ocasión de acceder, gracias a la amabilidad de su
descubridor, nos inclinan hacia esta posibilidad, por lo que creemos
que se trata de un pecio con interesantes posibilidades de estudio.
Los cañones se encuentran totalmente cubiertos de arena.
Hemos realizado inmersiones en diferentes momentos y tras épocas
de fuertes movimientos de mar para valorar la diferencia de volumen
de la arena que cubre los restos. Podemos decir que es muy difícil
encontrarlos descubiertos, por lo que en esta zona de aguas muy
batidas se hace necesaria una campaña de estudio mas detallada
y la aplicación de algún sistema de extracción
de la arena que tapa los restos arqueológicos.
4. Cañón de Llanes
En el lugar en el que hemos localizado un cañón de
los existentes en la batería de costa del s.XVIII, se han
realizado diferentes inmersiones con vistas a su extracción.
Se trata de una pieza de artillería de hierro y aunque conserva
su forma original, se encuentra en un estado de oxidación
muy avanzado.
5. Ría del Eo
Esta ría, que hace de frontera entre Asturias y Galicia,
se muestra de especial interés en lo que se refiere a la
Arqueología subacuática, pues son numerosas las referencias
a hallazgos en sus aguas. Es muy interesante la realización
de trabajos conjuntos con arqueólogos gallegos, aplicando
modernos sistemas de prospección que permitirían,
sin duda, conocer la realidad arqueológica de la zona.
Los trabajos se centraron en el estudio de varias piezas de cerámica,
recuperadas gracias a las obras de construcción del Puente
de los Santos, entre las que destacan las anforetas
fechables en los s.XVI y XVII. A partir del hallazgo de estas cerámicas
se realizó una prospeccion detenida e toda la zona occidental
asturiana con el fín de localizar estas piezas, que se reutilizan
como remate en los tejados de vicviendas y hórreos.
Aún cuando pudiera parecer que los resultados arqueológicos
no son espectaculares cree que tras estas primeras campañas
de prospección arqueológica subacuática en
la costa asturiana están en disposición de integrar
estos estudios dentro del panorama de la Arqueología Subacuática
de las costas hispanas. Además se ha configurado y consolidado
un equipo de especialistas que serán quienes en un futuro
continúen con esta actividad que, aunque es cierto que nunca
tendrá la riqueza, espectacularidad e importancia que tiene
el Mediterráneo, creemos debe continuar realizándose
como complemento a los estudios de la Arqueología en Asturias.
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