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BIOLOGIA
Doctores entre corales

TEXTO: Mª Victoria Bengoa, Dra. Biología


Los arrecifes de coral son uno de los ecosistemas más espectaculares y complejos del planeta. Sustentan una enorme diversidad de vida sirviendo de hábitat a decenas de miles de peces e invertebrados. Estos seres vivos han desarrollado gran cantidad de relaciones biológicas para asegurar su supervivencia, entre las que destaca la simbiosis, relación entre dos seres vivos diferentes en la que ambos componentes salen beneficiados. Entre éstas destaca los “centros de limpieza” del arrecife, zonas a los que se van acercando peces de todas las especies a ser desparasitados por los peces limpiadores, generalmente los pequeños Labroides dimidiatus, los auténticos doctores-limpiadores del arrecife, cuya función es esencial a la hora de mantener la salud del arrecife.

El pez limpiador rallado, Labroides dimidiatus, también conocido como pez doctor, es un pez de pequeño tamaño, azul con una ralla horizontal negra, perteneciente a la familia Labridae, familia extensa con más de 500 especies que se caracterizan por ser hermafroditas protogénicos, es decir, que todos los ejemplares nacen hembras, pero a medida que crecen las hembras dominantes se transforman gradualmente en machos. Habita en el océano Indo-Pacífico, principalmente en las lagunas arrecifales y zonas submareales de los arrecifes coralinos. Se alimentan de ectoparásitos y mucus de otros peces a los que limpian en los denominados “centros de limpieza”, los cuales suelen estar ocupados por una pareja de adultos, siendo el macho de mayor tamaño, por juveniles o por un macho acompañado por varias hembras.

Comunicación colorida
El colorido de los peces coralinos es muy importante en la comunicación entre las diferentes especies de peces. Así por ejemplo el colorido de los peces limpiadores indican al resto de los peces que realizan una labor importante. En diferentes estudios se ha observado que tanto los peces limpiadores obligados, es decir, aquellos que obtienen su alimentación de limpiar a otros peces, como los facultativos, aquellos que aparte de limpiar se alimentan de plancton, huevos, etc. tienden a presentar una coloración azul con alguna mancha amarilla y líneas laterales oscuras. Esta combinación de azul y amarillo con líneas laterales negras facilita que los peces limpiadores sean mejor vistos desde distintas direcciones y sobre cualquier tipo de fondo. En el caso del Labroides dimidiatus además de ser azules y amarillos y poseer líneas horizontales, su color azul posee un componente de longitud de onda largo invisible a nuestros ojos pero que los hace inconfundibles a los ojos de sus clientes. Así tanto el colorido como su diseño indica a los clientes que no deben comerse a los peces doctores. Aunque también éstos han desarrollado una serie de comportamientos para evitar ser comidos, como la danza para atraer a los posibles clientes a sus “centros de limpieza”.

5 parásitos por minuto
En ausencia de peces limpiadores, los peces tienden a tener más y mayores parásitos. Es decir, el pez doctor tiene un gran influencia en la abundancia de parásitos, sobre todo isópodos gnátidos, los parásitos más abundantes entre los peces marinos. Particularmente Labroides dimidiatus es un predador muy efectivo eliminando unos 5 parásitos por minuto de inspección, interaccionando con más de 100 especies de peces diferentes al día y limpiando más de 2.200 individuos en un día. De todos modos, la tasa de infección de lo gnátidos es muy rápida, por ello una vez limpios, los clientes son invadidos de nuevo rápidamente por parásitos, sobre todo de noche. Por ello el pez doctor suele tener más “trabajo” a primeras horas de la mañana y menos al mediodía, quizás porque ya se haya saciado. Además y teniendo en cuenta que estos parásitos tienen gran cantidad de proteína, se puede concluir que estos parásitos proveen al doctor de la mayoría de sus requerimientos nutricionales.

Conflicto de paladares
Aún así, el pez doctor también se alimenta del mucus de sus clientes, fuente de carbohidratos, una rica fuente de energía. Por ello se puede afirmar que esta relación entre los peces limpiadores y sus “clientes”, los peces coralinos que se acercan a los centros de limpieza, no es tan sencilla como parece, sino que está controlada por diferentes mecanismos de control. Los clientes obtienen un gran beneficio si el pez doctor se alimentara exclusivamente de parásitos pero pagaría unos costes que pueden ser graves si el limpiador se alimentase de su mucus. Sin embargo el doctor prefiere alimentarse del mucus de sus clientes, por lo tanto éstos tienen que hacer frente al problema y obligar al doctor a alimentarse de parásitos y obtener así un servicio de calidad en contra de sus preferencias alimenticias. Los clientes responden con movimientos rápidos y “pequeños saltos” a los mordiscos del pez doctor. Tras esto tienen principalmente dos mecanismos de control: aquellos peces con pequeños territorios y que no tienen posibilidad de ir a otros centros de limpieza tienden a perseguir y atacar al doctor que les haya mordido, mientras que aquellos peces con mayores territorios tienden a huir y acercarse a otros centros de limpieza dejando al pez doctor sin fuente de alimento. Estas simples estrategias provocan que en la mayoría de las veces el doctor se alimente de parásitos en contra de sus gustos.

Mordiscos y reconciliaciones
Sin embargo los doctores pueden variar su comportamiento dependiendo del de sus clientes, ya que los pueden reconocer individualmente. Así por ejemplo, cuando el cliente se trata de un predador, independientemente de su tamaño, el pez doctor se alimentará exclusivamente de parásitos, evitando en todo momento morderle, mientras que si el cliente se trata de un herbívoro o un planctívoro, recibirá más mordiscos por parte del limpiador. En este momento, tras un pequeño “salto” el cliente o bien huirá en busca de otro limpiador o le perseguirá. Sin embargo parece que los peces clientes carecen de esa capacidad de reconocer individualmente al pez doctor, reconociendo eso sí el lugar o centro de limpieza donde ocurrió el incidente. Aún así, la siguiente vez que este cliente vuelve al centro de limpieza, el doctor generalmente suele acercársele con más cuidado, dándole un buen tratamiento para reconciliarse con él absteniéndose de morderle, alimentándose exclusivamente de sus parásitos, llevando acabo así un labor muy beneficiosa para el cliente. Además el doctor suele ofrecer a estos clientes una estimulación táctil de la que éstos disfrutan y que en nada parece beneficiar al doctor, al menos en ese momento. Los doctores se suelen colocar bajo sus clientes, tocando la zona de sus aletas dorsales con sus aletas pectorales y pélvica, manteniendo su cabeza alejada del cliente. Estas posiciones espaciales se mantienen constantes durante la duración de esta estimulación táctil, ya sea estando ambos inmóviles ya sea nadando. Obviamente a los clientes les gusta esta estimulación por lo que son usadas por el pez doctor para manipular las decisiones de sus clientes, más teniendo en cuenta que estas acciones de reconciliación son más normales tras una agresión.

Control de calidad

Por último también se ha observado otro control de calidad por de los mismos doctores. En la mayoría de los casos, el centro de limpieza esta ocupado por una pareja de adultos. Se ha comprobado que cuando un centro de limpieza está controlado por una pareja, la calidad del servicio aumenta, gracias a la mayor cooperación de la hembra. Una cooperación impuesta, ya que se ha comprobado que si la hembra decide morder al cliente, el macho, de mayor tamaño, la castigará persiguiéndola ya que el cliente huye dejándole sin alimento. Así el número de incidentes por parte de la hembra disminuye drásticamente, alimentándose de parásitos, dejándole así al macho, mayor oportunidad de alimentarse de mucus. Por lo tanto este comportamiento del macho no es altruista, es decir, defendiendo al cliente, sino que defiende su derecho a alimentarse de mucus.
 
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