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BIOLOGIA
Mulas marinas: víctimas de la mitología

TEXTO: Mª Victoria Bengoa, Dra. Biología


 

Desde tiempos remotos el hombre ha tejido muchas historias alrededor de estas extrañas criaturas y su familia atribuyéndoles propiedades mágicas. Así las historias de enormes caballitos de mar cabalgando sobre las olas dieron lugar a las leyendas de dragones; los primeros polinesios y los indios americanos pensaron que los europeos a lomos de caballos eran dioses que dieron a los caballitos patas para poder caminar sobre la tierra. En la mitología se les asociaba con sirenas, unicornios y serpientes marinas, incluso Neptuno y otras divinidades marinas a menudo aparecen representadas dirigiendo cuadrigas de bípedos con cola de pescado.

Las mulas de mar son peces teleósteos que pertenecen a la familia Syngnathidae, que significa “de mandíbula fusionada”. Esta familia incluye también a los caballitos de mar (Hippocampus), los dragones de mar y peces pipa fantasma (Solegnathinae), los peces pipa o mulas (Syngathinae) y los peces pipa con cola de bandera (Doryhamphinae). Se caracterizan por sus largos morros, mandíbulas fusionadas, sin dientes, pequeñas aberturas branquiales y por mover sus ojos de forma independiente entre ellos. Carecen de aletas pélvicas, su aleta dorsal es muy pequeña y presentan placas óseas que cubren y protegen su cuerpo, que les confiere un aspecto rígido y les impide ser buenos nadadores, y aunque son bastante rápidos comparándoos con los caballitos, siguen siendo bastante lentos comparándolos con otros peces, pero les confiere un gran control de sus movimientos, incluso pueden permanecer quietos en un sitio durante largos periodos. Presentan una forma similar a los caballitos, pero alargados. La mayoría no llegan a los 20 mm de longitud. Los signatiformes presentan un colorido y unas formas muy variadas. Algunos incluso poseen la facultad de variar de colorido en poco tiempo o de desarrollar extensiones en su piel para mimetizarse con su entorno. En su mayoría marinos, también se les puede encontrar en marismas y agua dulce. La mayoría de las especies son costeras, habitando aguas someras camuflándose entre los arrecifes de corales, fanerógamas marinas y algas. Sin embargo algunas especies se encuentran en océano abierto, eso si, siempre asociadas al alga Sargassum. Se distribuyen por todo el planeta, siendo más habituales en aguas Indo-Pacíficas y del Atlántico americano, en aguas tropicales, subtropicales y templadas, desde los 20º N a los 20º S.

¿Origen mediterráneo?
En la actualidad se conocen unas 42 especies de peces pipas y mulas, desde especies pequeñas con forma de gusano hasta los de mayor tamaño. Según una teoría, apoyada por estudios moleculares y evidencia fósil, las especies más primitivas se originaron en aguas relativamente frías del Atlántico y del Mediterráneo, Pacífico americano y mares de China, para más tarde dar origen a muchas especies del Indico y Pacífico. Otra teoría, por el contrario, y apoyada por estudios genéticos, afirma que la cuna de estos animales se encuentra en Australia. Sin embargo una nueva teoría, basada en estudios genéticos y apoyada por nuevos descubrimientos fósiles, afirma o que bien el antepasado de los actuales peces pipa, caballito y especies afines actuales estaba presente en lo que actualmente es el Mediterráneo colonizando posteriormente el océano Índico y Pacífico, o bien todo lo contrario, es decir, que colonizaron el Mediterráneo desde el Indopacífico. Esta última teoría está apoyada en el reciente descubriendo en Eslovenia de los fósiles más antiguos encontrados hasta ahora, de dos especies ya extintas. Estudiando el estrato donde han sido encontrados, junto a gran cantidad de animales marinos, insectos, micro y macroalgas y plantas marinas, posiblemente Zoostera, se pude afirmar que en aquella época en la zona predominaban las condiciones marinas perfectas para los caballitos. Además, al ser encontrados abundantes individuos de pequeño tamaño indicaría que serían crías, lo que sugeriría que estas especies podrían tener más de 10 crías por puesta. Éstas, tras su liberación al medio, tenderían a ir a la superficie, como ocurre en la actualidad, y se engancharían entre algas y restos de vegetación flotante, que gracias a las corrientes marinas podrían dispersarse por los océanos con gran éxito. De esta manera, unos malos nadadores podrían dispersarse pasivamente a distancias superiores a 200 kilómetros, durante varias semanas o incluso meses, alimentándose de plancton, lo que podría explicar su dispersión geográfica por todo el planeta.

Original reproducción
Todas las especies de esta familia, es decir, caballitos, mulas, peces pipa y dragones, poseen una reproducción única en el mundo animal. Su puesta suele ocurrir en primavera y verano. Tras la puesta de los huevos por parte de la hembra, el macho los fertiliza y los lleva en su cuerpo protegiéndolos hasta su eclosión. En algunos casos, como los caballitos y algunas mulas, han desarrollado una especie de bolsa en su vientre donde introducen los huevos, alimentándolos, oxigenándolos y protegiéndolos. En otros casos, como los dragones, los llevan adosados en su cola, mientras que ciertos peces pipa, peces fantasma y algunas especies de mulas los llevan pegados en su vientre. Transcurrido un tiempo variable (3-5 semanas), dependiendo de la especie, las crías saldrán al exterior con un aspecto muy semejante al de los adultos, pero en miniatura. Cuando salen de su bolsa protectora, están totalmente desarrollados, siendo capaces de alimentarse sin la ayuda de sus progenitores. Se trata por tanto de un grupo de peces en los que el macho sufre un auténtico “embarazo”, hecho absolutamente curioso dentro del mundo animal.
Últimos estudios sobre la reproducción de la mula o pez pipa europeo (Syngnathus typhle) indica que el macho puede decidir sobre el éxito del desarrollo de sus crías. No siempre termina en éxito todos los “embarazos”, desapareciendo o bien todos los embriones o algunos de ellos. Además se ha comprobado que una vez que un “embarazo” ha sido llevado a cabo con éxito, el siguiente tiene menores probabilidades de éxito debido al esfuerzo realizado por el macho en el primero. Hasta el momento no se sabía qué ocurría con estos embriones desaparecidos, aunque se sospechaba de la existencia de canibalismo entre hermanos. Sin embargo las últimas investigaciones llevadas a cabo por la dra. Placzolt y el dr. Jones, han aclarado este misterio. En la naturaleza el número de machos es superior al de las hembras, siendo éstas por lo tanto las que eligen pareja en el momento de la reproducción. Sin embargo el macho pueden abortar los embriones de las hembras que consideran menos atractivas, generalmente de menor tamaño, economizando los recursos para futuras oportunidades reproductivas con hembras más atractivas, de mayor tamaño.

Peligro de extinción
De todos modos, estos animales están en grave peligro de extinción. A pesar de que desde mayo del 2004 todas las especies de caballitos han sido incluidas en la lista del CITES y de que muchas especies de Signatidos aparecen desde el 2000 en la lista roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), su situación actual es muy crítica. El caballito y las mulas de mar se pescan en Asia, especialmente en Filipinas, Tailandia, India y Vietnam, como alimento, pero sobre todo para surtir las boticas de la medicina tradicional china, donde, una vez secado, los signatidos son un producto básico para la elaboración de supuestos remedios de todo tipo: se emplea para curar el asma y la impotencia, pasando por la arteriosclerosis, los desórdenes de tiroides y los problemas cardiacos atribuyéndoseles incluso poderes afrodisíacos. Y aunque la ciencia no ha probado la eficacia de ningún uso medicinal del hipocampo, por los más apreciados caballitos, los más grandes, se llegan a pagar en Hong Kong más de 550 dólares el medio kilo. Además, a nivel mundial se capturan cada año cientos de miles de caballitos y mulas de mar para venderlos en cautiverio para acuarios, exportándose principalmente a América del Norte, Europa, Japón y Taiwán. Sin embargo, a su dificultad para reproducirlos en un acuario se une su fragilidad, por lo que la mayoría mueren en cautiverio poco tiempo después. Otras amenazas son su creciente demanda como piezas de artesanía o adorno, la pesca accidental por las diferentes formas de pesca con redes y la destrucción de praderas de algas, arrecifes de coral o manglares, hábitat natural de estos bellos animales.

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