 Las
mulas de mar son peces teleósteos que pertenecen a la familia
Syngnathidae, que significa “de mandíbula fusionada”.
Esta familia incluye también a los caballitos de mar (Hippocampus),
los dragones de mar y peces pipa fantasma (Solegnathinae), los peces
pipa o mulas (Syngathinae) y los peces pipa con cola de bandera
(Doryhamphinae). Se caracterizan por sus largos morros, mandíbulas
fusionadas, sin dientes, pequeñas aberturas branquiales y
por mover sus ojos de forma independiente entre ellos. Carecen de
aletas pélvicas, su aleta dorsal es muy pequeña y
presentan placas óseas que cubren y protegen su cuerpo, que
les confiere un aspecto rígido y les impide ser buenos nadadores,
y aunque son bastante rápidos comparándoos con los
caballitos, siguen siendo bastante lentos comparándolos con
otros peces, pero les confiere un gran control de sus movimientos,
incluso pueden permanecer quietos en un sitio durante largos periodos.
Presentan una forma similar a los caballitos, pero alargados. La
mayoría no llegan a los 20 mm de longitud. Los signatiformes
presentan un colorido y unas formas muy variadas. Algunos incluso
poseen la facultad de variar de colorido en poco tiempo o de desarrollar
extensiones en su piel para mimetizarse con su entorno. En su mayoría
marinos, también se les puede encontrar en marismas y agua
dulce. La mayoría de las especies son costeras, habitando
aguas someras camuflándose entre los arrecifes de corales,
fanerógamas marinas y algas. Sin embargo algunas especies
se encuentran en océano abierto, eso si, siempre asociadas
al alga Sargassum. Se distribuyen por todo el planeta, siendo más
habituales en aguas Indo-Pacíficas y del Atlántico
americano, en aguas tropicales, subtropicales y templadas, desde
los 20º N a los 20º S.
 ¿Origen
mediterráneo?
En la actualidad se conocen unas 42 especies de peces pipas y mulas,
desde especies pequeñas con forma de gusano hasta los de
mayor tamaño. Según una teoría, apoyada por
estudios moleculares y evidencia fósil, las especies más
primitivas se originaron en aguas relativamente frías del
Atlántico y del Mediterráneo, Pacífico americano
y mares de China, para más tarde dar origen a muchas especies
del Indico y Pacífico. Otra teoría, por el contrario,
y apoyada por estudios genéticos, afirma que la cuna de estos
animales se encuentra en Australia. Sin embargo una nueva teoría,
basada en estudios genéticos y apoyada por nuevos descubrimientos
fósiles, afirma o que bien el antepasado de los actuales
peces pipa, caballito y especies afines actuales estaba presente
en lo que actualmente es el Mediterráneo colonizando posteriormente
el océano Índico y Pacífico, o bien todo lo
contrario, es decir, que colonizaron el Mediterráneo desde
el Indopacífico. Esta última teoría está
apoyada en el reciente descubriendo en Eslovenia de los fósiles
más antiguos encontrados hasta ahora, de dos especies ya
extintas. Estudiando el estrato donde han sido encontrados, junto
a gran cantidad de animales marinos, insectos, micro y macroalgas
y plantas marinas, posiblemente Zoostera, se pude afirmar que en
aquella época en la zona predominaban las condiciones marinas
perfectas para los caballitos. Además, al ser encontrados
abundantes individuos de pequeño tamaño indicaría
que serían crías, lo que sugeriría que estas
especies podrían tener más de 10 crías por
puesta. Éstas, tras su liberación al m edio,
tenderían a ir a la superficie, como ocurre en la actualidad,
y se engancharían entre algas y restos de vegetación
flotante, que gracias a las corrientes marinas podrían dispersarse
por los océanos con gran éxito. De esta manera, unos
malos nadadores podrían dispersarse pasivamente a distancias
superiores a 200 kilómetros, durante varias semanas o incluso
meses, alimentándose de plancton, lo que podría explicar
su dispersión geográfica por todo el planeta.
Original
reproducción
Todas las especies de esta familia, es decir, caballitos, mulas,
peces pipa y dragones, poseen una reproducción única
en el mundo animal. Su puesta suele ocurrir en primavera y verano.
Tras la puesta de los huevos por parte de la hembra, el macho los
fertiliza y los lleva en su cuerpo protegiéndolos hasta su
eclosión. En algunos casos, como los caballitos y algunas
mulas, han desarrollado una especie de bolsa en su vientre donde
introducen los huevos, alimentándolos, oxigenándolos
y protegiéndolos. En otros casos, como los dragones, los
llevan adosados en su cola, mientras que ciertos peces pipa, peces
fantasma y algunas especies de mulas los llevan pegados en su vientre.
Transcurrido un tiempo variable (3-5 semanas), dependiendo de la
especie, las crías saldrán al exterior con un aspecto
muy semejante al de los adultos, pero en miniatura. Cuando salen
de su bolsa protectora, están totalmente desarrollados, siendo
capaces de alimentarse sin la ayuda de sus progenitores. Se trata
por tanto de un grupo de peces en los que el macho sufre un auténtico
“embarazo”, hecho absolutamente curioso dentro del mundo
animal.
Últimos estudios sobre la reproducción de la mula
o pez pipa europeo (Syngnathus typhle) indica que el macho puede
decidir sobre el éxito del desarrollo de sus crías.
No siempre termina en éxito todos los “embarazos”,
desapareciendo o bien todos los embriones o algunos de ellos. Además
se ha comprobado que una vez que un “embarazo” ha sido
llevado a cabo con éxito, el siguiente tiene menores probabilidades
de éxito debido al esfuerzo realizado por el macho en el
primero. Hasta el momento no se sabía qué ocurría
con estos embriones desaparecidos, aunque se sospechaba de la existencia
de canibalismo entre hermanos. Sin embargo las últimas investigaciones
llevadas a cabo por la dra. Placzolt y el dr. Jones, han aclarado
este misterio. En la naturaleza el número de machos es superior
al de las hembras, siendo éstas por lo tanto las que eligen
pareja en el momento de la reproducción. Sin embargo el macho
pueden abortar los embriones de las hembras que consideran menos
atractivas, generalmente de menor tamaño, economizando los
recursos para futuras oportunidades reproductivas con hembras más
atractivas, de mayor tamaño.
 Peligro
de extinción
De todos modos, estos animales están en grave peligro de
extinción. A pesar de que desde mayo del 2004 todas las especies
de caballitos han sido incluidas en la lista del CITES y de que
muchas especies de Signatidos aparecen desde el 2000 en la lista
roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para
la Conservación de la Naturaleza (IUCN), su situación
actual es muy crítica. El caballito y las mulas de mar se
pescan en Asia, especialmente en Filipinas, Tailandia, India y Vietnam,
como alimento, pero sobre todo para surtir las boticas de la medicina
tradicional china, donde, una vez secado, los signatidos son un
producto básico para la elaboración de supuestos remedios
de todo tipo: se emplea para curar el asma y la impotencia, pasando
por la arteriosclerosis, los desórdenes de tiroides y los
problemas cardiacos atribuyéndoseles incluso poderes afrodisíacos.
Y aunque la ciencia no ha probado la eficacia de ningún uso
medicinal del hipocampo, por los más apreciados caballitos,
los más grandes, se llegan a pagar en Hong Kong más
de 550 dólares el medio kilo. Además, a nivel mundial
se capturan cada año cientos de miles de caballitos y mulas
de mar para venderlos en cautiverio para acuarios, exportándose
principalmente a América del Norte, Europa, Japón
y Taiwán. Sin embargo, a su dificultad para reproducirlos
en un acuario se une su fragilidad, por lo que la mayoría
mueren en cautiverio poco tiempo después. Otras amenazas
son su creciente demanda como piezas de artesanía o adorno,
la pesca accidental por las diferentes formas de pesca con redes
y la destrucción de praderas de algas, arrecifes de coral
o manglares, hábitat natural de estos bellos animales.
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