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BIOLOGIA
La belleza mortal TEXTO: M.V.Bengoa ABRA AQUARIUM-Getxo
FOTOS: Javier Urkiaga

Uno de los peces más espectaculares del arrecife coralino que puede encontrar un buceador en sus inmersiones es el pez león. Pertenecen a la familia de los Scorpaenidae, grupo de peces muy diversos pero todos ellos venenosos. Dentro de esta familia de peces destacan entre otros los peces león, los peces escorpión y los peces piedra. Todos se caracterizan por poseer espinas dorsales venenosas, siendo la de los peces león las más largas pero las menos peligrosa para el ser humano, mientras que algunos peces piedra, con espinas de menor tamaño pero con venenos más potentes, pueden llegar a matar a un hombre en menos de tres horas.
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Entre los peces león el más conocido está el pez león común o Pterois volitans. Este pez fue descrito para la ciencia por primera vez en 1758 por Linneus en su Systema Naturae. Dentro de la familia Pterois se han descrito 8 especies diferentes que se distinguen entre sí por el número de radios espinosos que componen sus aletas, por la coloración y por su tipo de escamas. La apariencia del león común es variable, aunque su cuerpo redondeado siempre presenta bandas rojas y blancas de advertencia, y sus aletas, muy grandes y sobre dimensionadas, tienen manchas. Su aspecto físico varía dependiendo de la edad, de la biogeografía y de la población genética. Los adultos no son de gran tamaño, alcanzando una talla de unos 38 cm y 1.5 kg de peso. Presentan una especie de antenas encima de los ojos, cuya función es de camuflaje, que pueden perder al llegar a adultos.

Espinas venenosas
Lo más característico de estos peces es la presencia de numerosas espinas venenosas de las que se sirven principalmente para defenderse. Las glándulas venenosas se encuentran en la base de las espinas y producen unas neurotoxinas proteicas que inyectan a través de las espinas en su potencial atacante. Cuando son molestados no suelen huir, sino que se colocan en posición vertical, descendiendo la cabeza y orientando sus espinas dorsales hacia el intruso que le molesta, en señal de hostilidad. Cada espina está recubierta con una especie de funda desde la punta hasta la base, la cual se comprime cuando la espina se clava en la piel de otro animal. Esta funda va a comprimir a su vez la glándula del veneno que se encuentra en la base de la espina haciendo que el veneno se libere a través del canal interior de la espina y se lo inyecta a la víctima a través de la herida propinada por la espina, provocando la paralización de sus músculos, incluido el corazón, y por tanto la muerte. Gracias a sus espinas venenosas el pez león es casi inmune a ataques de otros predadores, y sólo son atacados por alguna especie de tiburón, que parece inmune a su veneno. El pez león común Pterois volitans es una especie tropical que se encuentra ampliamente distribuida por las aguas cálidas de todo el océano Indo-Pacífico y el mar Rojo. Habita en las zonas exteriores de los arrecifes de coral hasta profundidades de 50 m. Son peces solitarios y defienden su territorio de otros individuos, ya sea de su misma especie o de diferente especie, utilizando sus espinas dorsales venenosas. Solamente se pueden encontrar pequeños grupos de varios individuos cuando son juveniles o en época de cortejo. Solo en esa época un macho adulto va a formar un grupo de 3 a 8 hembras. En la superficie a la vez que la hembra pone sus huevos que el macho fertilizará. Después la hembra se dirige hacia el fondo mientras que el macho va en busca de otra hembra.

Acuaristas en riesgo
Aunque muchos nativos lo utilizan como alimento o para la extracción de su veneno, principalmente es utilizado por el hombre como animal de acuario o como atracción turística. El hecho que el Pterois volitans o pez león común esté tan extendido entre los acuaristas en todo el mundo hace que sea peligroso, ya que sus lesiones pueden ser potencialmente delicadas. Las picaduras de estos peces son una respuesta de defensa al sentirse acorralados o atacados. En un acuario puede darse una picadura durante el mantenimiento del propio acuario cuando el acuarista tiene su atención fija en el trabajo y no en el pez león, que asustado por cualquier causa puede picarle. También ocurren accidentes durante el manejo y transporte de este pez. Se ha estimado que en todo el mundo se producen alrededor de 40.000-50.000 casos anualmente. El veneno inyectado es variable en toxicidad dependiendo de la especie de pez león, pero siempre se trata de una proteína termolábil, es decir, sensible al calor. Otro aspecto peligroso del ataque de un pez león es que parte de la espina se rompa quedando en el interior de la herida, lo cual podría ser más perjudicial a largo plazo que el propio veneno. Una picadura puede ser muy dolorosa para el ser humano y sus efectos son variables, ya que el veneno se trata de una neurotoxina, es decir, un tóxico que afecta al sistema nervioso. En la mayoría de los casos produce dolor agudo intenso con palpitaciones que se irradia por toda la zona afectada y posible aparición de ampollas. Algunas víctimas han experimentado otro tipo de respuestas como son sensación de mareo, nauseas, vómitos, dolor abdominal, temblores y en casos extremos debilidad muscular, delirios, falta de respiración, hipertensión, dolor de cabeza, taquicardia, fiebre, parálisis de miembros y dificultades motoras y repiratorias, perdida de conciencia y en caso de no disponer de tratamiento puede ocasionar la muerte por paro cardiaco congestivo o edema pulmonar.

Cómo actuar
En caso de recibir una picadura es imprescindible buscar ayuda médica profesional. Aplicar los primeros auxilios en casa ayuda a disminuir el dolor, pero para evitar un problema grave es indispensable una visita a emergencias. Lo primero es observar si en la herida hay restos de espinas rotas y en caso afirmativo intentar extraerlas con cuidado. Si la herida sangra y no hay ningún trozo de espina en la herida, hay que aplicar una presión directa para ayudar a detener la hemorragia. Después el tratamiento incluye sumergir la zona afectada en agua caliente (40º-45º C) durante 30-40 minutos ya que el veneno contiene proteínas que son destruidas con el calor.
Si el ataque le ocurre a un buceador cuando esta en el mar, es preciso tomarse el tiempo necesario para subir a la superficie y evitar problemas más graves.

 


Expansión fuera de lugar


Estos peces han aparecido en lugares en los que antes no existían, es decir, que han sido introducidos por el ser humano. En los últimos años se ha informado sobre la aparición de peces león común en la costa este americana, desde Florida hasta Long Island, Nueva York. Aunque las causas de su presencia en estas zonas aún no se han aclarado está claro que se trata de la mano del hombre, y se barajan varias hipótesis:
1. Que fueran introducidas en el agua utilizada de lastre por los grandes trasatlánticos y barcos de transporte intercontinentales, que llenan sus tanques para obtener mayor estabilidad y la liberan al llegar a su destino. Esto es posible ya que las larvas de los peces león pueden sobrevivir a bajas concentraciones de oxígeno y a falta de alimento.
2. Que fueron liberados por acuaristas domésticos que poseían estos animales en sus acuarios, y al alcanzar un mayor tamaño o al darse cuenta que terminaban con el resto de los peces de sus acuarios decidieron librarse de ellos lanzándolos al mar.
3. Es posible que varios peces león quedaran en libertad cuando un acuario fue destruido en Florida por el huracán Andrew en 1992.
Sea cual sea la causa, su aparición en estas aguas es peligrosa debido a los problemas que pueden ocasionar en estos ecosistemas. Los peces leon son tanto cazadores activos como cazadores al acecho y al introducirlos en sistemas nuevos pueden competir y apartar a las especies nativas, llevándolas incluso a su desaparición, produciendo graves desajuste en los ecosistemas nativos que pueden llegar a colapsar.

 
 
   
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