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BIOLOGIA
El cardenal en peligro TEXTO: Mª. Victoria Bengoa Ruigómez
FOTOS: J.Urkiaga & E.Santiago

El cardenal de Banggai (Pterapogon kauderni) pertenece a la familia Apogonidae, familia con más de 22 géneros y más de 200 especies diferentes. Fue descubierta por el Dr. Walter Kaudern en 1920 cuando capturó dos especimenes en una expedición a las islas Célebes. Años más tarde, en 1933, fue descrito por primera vez para la ciencia occidental por Koumans. Tras mucho tiempo olvidado fue re-descubierto por Gérald Allen en 1995 y presentado en sociedad en el INTERZOO en 1996. Es a partir de ese momento cuando su presencia se hizo muy popular, lo que le ha situado a este pez endémico y de baja fecundidad en peligro de extinción.
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Es un pez de pequeño tamaño que alcanza los 8 cm al llegar a adulto. Muestra una típica coloración a franjas negras y plateadas, con puntos blancos en sus flancos, puntos que varían de un individuo a otro, son sus “huellas dactilares”. Presentan bocas y mandíbulas grandes y ojos considerables. Los juveniles forman grupos de 2 a 200 individuos, pero cuando maduran sexualmente normalmente son más solitarios, sobre todo en el momento de la reproducción. A diferencia del resto de los cardenales, que son nocturnos, el Pterapogon kauderni es muy activo durante el día, alimentándose en las horas de luz de invertebrados como crustáceos, moluscos, anélidos, larvas de insectos e incluso de pequeños peces. No presentan dificultad para ser mantenidos en cautividad en los acuarios pero pueden mostrar varias enfermedades, entre las que destacan una infección en la boca causada por hongos, la podredumbre de las aletas que afectan principalmente a su gran aleta dorsal y un problema en su vejiga natatoria que le imposibilita mantener el equilibrio y le impulsa hacia la superficie. Además su reproducción en cautividad es relativamente fácil comparándola con las dificultades que conllevan otras especies marinas.

Distribución y hábitat
Tienen una distribución muy restringida en un área inferior a 10.000 km2, siendo endémicos de las 16 islas del archipiélago de Banggai, en Indonesia, al este de Sulawesi (antiguas Islas Célibes). Viven en zonas protegidas, en fondos arenosos con algas o plantas marinas, bahías y arrecifes superficiales, aunque también se le puede encontrar en lugares con fuerte oleaje y corrientes moderadas. Normalmente habitan a escasa profundidad, entre 0,5 y 2,5 metros, pero también ha sido observado a mayor profundidad, hasta 4,5 m, en un rango de temperatura que varía de 28 a 31ºC. Normalmente se mantienen cerca del fondo, en pequeños micro-hábitats. Presentan una característica peculiar, viven en asociación con diferentes seres vivos, principalmente invertebrados como son los erizo de mar (Diadema setosum), anémonas que comparten con peces payaso (Amphiprion spp.) y gambas (Periclimenes sp.), corales duros (Acropora sp., Porites sp., Goniopora sp.) junto a otros cardenales, doncellas, y otros peces coralinos, hidrozoos y raices de manglares (Rhizophora sp.). Estos invertebrados les sirven de protección, no siendo raro ver individuos resguardándose entre los largos pinchos de los erizos, en las urticantes anémonas o entre las ramas de los corales, sobre todo a juveniles de esta especie. Aunque prefieren aguas limpias también se encuentran en zonas con aguas de escasa visibilidad, incluso con cierta contaminación.

Reproducción
Pterapogon kauderni no presenta diformismo sexual secundario, es decir, no se puede distinguir los sexos, siendo claro solamente en el momento de la reproducción al observar su comportamiento. Pterapogon kauderni presenta un modo de reproducción único entre los peces coralinos teleósteos. Lo más destacado es que esta especie es incubador bucal, es decir, uno de los progenitores, en este caso el macho, mantiene los huevos en la boca hasta que eclosionan y, a diferencia de otros peces, mantiene las larvas en su boca durante diez días más, hasta que éstas pueden valerse por sí mismas. En ese periodo, cercano al mes, el macho no se alimenta. Pterapogon kauderni tiene un ciclo reproductivo lunar, es decir, está influenciado por la luna. El cortejo y la puesta se realiza principalmente con luna llena y en un porcentaje mucho menor en su último cuarto. También se ve influenciado el momento en que las crías abandonan la boca del padre, teniendo lugar a su vez principalmente con la luna llena, y en un porcentaje mínimo con la luna nueva.

En peligro de extinción
El pez endémico cardenal de Banggai, Pterapogon kauderni, es el único entre los cardenales que carece de fase larvaria pelágica en su desarrollo, que combinado con su baja tasa de fecundidad (unos 50 huevos por puesta frente a los miles y cientos de miles de huevos en otras especies) y su firme establecimiento en ciertos microhábitats cerca de los fondos, explica su limitada distribución geográfica. Además también influye la particular oceanografía de la zona, caracterizada por profundos canales con fuertes corrientes que separan las diversas islas impidiendo la expansión de esta especie. Todos estos factores limitan la dispersión del cardenal de Banggai e impiden la colonización de nuevas regiones geográficas haciéndole muy vulnerable a catástrofes tanto naturales como las producidas por el hombre, pudiendo llevarle a su extinción. Desde su re-descubrimiento en 1995 Pterapogon kauderni se ha convertido en una especie muy popular entre los diversos acuarios de Norteamérica, Japón y Europa lo que ha conllevado el desarrollo de un comercio muy importante en la región de Banggai y ha hecho que las capturas de esta especie en su medio natural hayan aumentado drásticamente. Además también está amenazada por otros peligros tales como son la contaminación costera, la degradación de sus hábitat, y las prácticas pesqueras destructivas como el uso de cianuro o de dinamita. Los exportadores compran estos peces a los pescadores, sin importarles la talla, por menos de 0,01euros, mientras que son exportados al precio de 0,10 a 0,12euros y cuando llegan al mercado occidental pueden costar más de 30 euros. Esta diferencia de precio se dice que está justificada por la mortalidad que presenta esta especie en su transporte. Se estima que su población en su hábitat natural es de 1,7 millones de individuos, y teniendo en cuenta que anualmente se exportan más de 700.000 individuos la situación se ha hecho muy preocupante

 
 
   
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