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BIOLOGIA
Un planeta llamado Plástico

TEXTO: Mª. Victoria Bengoa Ruigómez
Dra. Biología

Desde que en la década de los 50 apareció el plástico en las sociedades desarrolladas, la vida del ser humano ha cambiado drásticamente. Y sus desechos también. Si hasta esos momentos predominaban los productos biodegradables, que desaparecían con relativa rapidez del medio, en la actualidad en todos los ecosistemas se están acumulando desechos cuya duración es enorme. En realidad en nuestros océanos se puede encontrar basura oceánica, principalmente plásticos, de hace más de 50 años. Teniendo en cuenta que anualmente se vierten al mar 6,4 millones de toneladas de plásticos y que éstos no se degradan fácilmente, sino que se van acumulando tanto flotando en su superficie como el lecho marino, se puede comprender la gran enormidad de este problema y más teniendo en cuenta que esos desechos afectan gravemente a los ecosistemas marinos y a sus habitantes, que o bien se enganchan entre los plásticos o bien los ingieren, produciendo directa o indirectamente su muerte.

La proliferación del plástico en nuestra sociedad se debe principalmente a su bajo coste de producción y a sus especiales características, tales como su bajo peso, su durabilidad y su resistencia a la degradación. Pero estas mismas características hacen de estos productos derivados del petróleo uno de los residuos más peligrosos para los ecosistemas marinos. A diferencia de otros muchos desechos, los plásticos no son biodegradables sino fotodegradables. Esto significa que los plásticos debido a la acción de a luz (rayos UV) y de la erosión van deshaciéndose en trozos cada vez más pequeños, llegando a niveles microscópicos, pero siguen siendo plástico, acumulándose en el seno de los océanos e introduciéndose en la cadena alimenticia. En realidad el 90% de la basura oceánica son plásticos. Muchos estudios han demostrado la existencia de plásticos en todas las playas del mundo, incluso existen zonas de los océanos en los que la cantidad de plásticos microscópicos es mayor que el plancton.

El gran parche
Se calcula que en término medio en los océanos existen más de 18.000 trozos de plástico por kilómetro cuadrado. Además los plásticos una vez llegan a los océanos son transportados por sus corrientes, acumulándose en ciertas zonas del globo como son los sistemas de giros de corrientes marinas entre las que destacan las del Pacífico norte y sur, las del Atlántico norte y sur y la del océano Indico. Así la mayor acumulación de desechos marinos se encuentra en el denominado “gran parche de basura del Pacífico”, situado en el Pacífico norte, entre América del Norte y Japón. Aunque no se conoce su tamaño real se sospecha que puede variar entre 700 mil km2 y 15 millones de km2 (España tiene una extensión un poco superior a 500 mil km2) y se calcula que en él se encuentran más de 100 millones de toneladas de plásticos. En realidad este parche de basura está aumentando por diez cada década desde 1950. Esta acumulación no es visible desde el espacio ya que los plásticos son translúcidos y permanecen bajo la superficie del agua, además en muchos casos éstos se han degradado a nivel microscópico y solo son detectados mediante análisis de agua, pero aún así, siguen siendo peligrosos para el medio ambiente. En realidad es uno de los mayores problemas a los que se enfrenta la vida marina.

Material asesino
Se ha estimado que el 80% de la basura marina tiene su origen en la tierra emergida y solo el 20% restante procede del mar, bien de los barcos comerciales, militares y de recreo que tiran ilegalmente sus desechos al mar, bien de barcos pesqueros que pierden sus artes de pesca (constituye el 10%) o bien de las plataformas petrolíferas. Las fuentes terrestres son variadas, como los vertidos en ríos, vertidos en ciudades y campos que son arrastradas por las lluvias hacia los ríos y que terminan en el mar, redes de saneamiento, desperdicios dejados en las playas, vertederos y actividades industriales.
Los restos de mayor tamaño son ingeridos por aves marinas, tortugas y mamíferos marinos. Se ha estimado que más de un millón de aves marinas y cientos de mamíferos y tortugas mueren anualmente por la ingesta de plásticos. Además muchos animales quedan enganchados en plásticos que les producen heridas graves e incluso la asfixia. Los de menor tamaño pueden ser ingeridos por el zooplancton y medusas, entrando así en la cadena alimenticia. Además teniendo en cuenta que estos plásticos tienen una gran capacidad de absorber productos químicos, muchos de ellos tóxicos, su introducción en la cadena alimenticia es muy grave. Asimismo los plásticos pueden desplazarse miles de kilómetros flotando lentamente impulsados por las corrientes marinas. De esta manera los animales y vegetales adheridos a ellos pueden viajar miles de kilómetros llegando a zonas muy alejadas de su origen invadiendo nuevos ecosistemas, con los problemas que ello conlleva para los seres que habitan estas zonas. Por otra parte muchos desechos plásticos no flotan y quedan en el lecho marino, cubriendo grades espacios e impidiendo tanto el intercambio gaseoso entre las aguas y los sedimentos marinos como la vida de animales bentónicos.

Verdugos de las tortugas
La basura marina ha matado o herido a gran cantidad de seres marinos. Según diversos estudios más de 267 especies se han visto afectados por los plásticos, entre los que destacan el 80% de las tortugas marinas, el 44% de las aves y el 43% de los mamíferos marinos. Pero muchos científicos creen que estas estimaciones se quedan muy cortas ya que muchos estudios no han tenido en cuenta ni a los peces ni a los invertebrados marinos. Sin embargo uno de los casos más estudiados es el impacto de los plásticos sobre las tortugas.
Todas los especies de tortugas marinas se encuentran en la Lista Roja de Animales Amenazados. Las tortugas marinas se enfrentan a gran cantidad de peligros en su medio ambiente, desde los naturales como depredadores sobre todo en su primeras etapas de vida (se cree que solo 1 o 2 de cada mil tortugas nacidas llega a adulta), hasta las producidas por el hombre, las más preocupantes. Entre éstas últimas destacan la contaminación, el cambio climático, las capturas accidentales o los plásticos. Un estudio reciente calcula que en todo el mundo se capturan entre 250 mil y 430 mil tortugas, de las cuales un 60% de las capturas se producen en el Atlántico y un 10% en el Mediterráneo. Solo la flota española que faena en el Mediterráneo captura unas 20.000 tortugas al año. También es un gravísimo problema el desarrollo urbano y turístico en las playas de puesta de las tortugas, que el ser humano está invadiendo, impidiendo a las tortugas llegar a ellas. Y si la puesta ocurre, sus nidos son destrozados por las actividades humanas o sus crías son confundidas con la luminosidad de sus poblaciones, ya que éstas se dirigen a las poblaciones humanas siguiendo la luz y no al mar. Otro grave problema son las colisiones con las naves cada vez más rápidas que sufren las tortugas cuando se encuentran en la superficie del mar respirando o “tomando el sol”. Cada año mueren miles de tortugas de esta forma.
Pero el problema más grave al que se enfrentan las tortugas es la contaminación de los océanos por plásticos. Más del 20% de las tortugas encontradas en el Mediterráneo presentaban restos de hidrocarburos y/o plásticos. Una de las especies más afectadas es la tortuga laúd, de las cuales 1/3 de las necropsias realizadas a animales muertos presentaban plásticos en su sistema digestivo. La tortuga laúd es el reptil más grande del planeta, tras los cocodrilos, pudiendo alcanzar más de 2 metros de longitud y unos 640 kg de peso. Confunden los plásticos flotantes con las medusas y los ingieren. Aunque solo el 8,7% de los casos es directamente mortal, esta ingestión afecta a las tortugas de muchas maneras. En algunos casos produce muere rápida por asfixia. Pero en otros muchos casos obstruye el sistema digestivo produciendo una lenta muerte por inanición. En ocasiones se acumulan en el estomago dando la sensación de llenado con lo que las tortugas no se alimentan y mueren por inanición. Otras veces se acumulan en el intestino disminuyendo la superficie de absorción de alimentos, lo que afecta a su salud y a su reproducción. Muchas tortugas no son capaces de acumular las reservas necesarias para sus migraciones y reproducción.

 
 
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