BIOLOGIA
El Pegasito de Poseidón

Si hay un icono que repetidamente ha sido utilizado para representar al océano ha sido el caballito de mar. Este diminuto ser alado no sólo sorprende con su belleza y originalidad. Cuando nos adentramos en sus costumbres, descubrimos aspectos tan originales como su manera de reproducirse. Sin embargo, y quizás por esos atributos que lo hacen especialmente raro, corre el grave peligro de extinguirse de nuestros mares.
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No todo el mundo sabe que son peces, concretamente de la familia de los singnátidos (syngnathidae) denominación que hace referencia a la unión de las mandíbulas que forman un tubo por el que “aspiran” su alimento. A esta familia pertenecen también los peces aguja o pipa. Su característica singular más destacada es que son peces sin aletas caudales, que han sustituido por una cola prensil con la que se sujetan a las algas y corales entre los que se camuflan. También utilizan sus colas para relacionarse entre ellos. Es el caso de los caballitos mediterráneos las hembras se sujetan con las colas al macho, algo peculiar que les diferencia de otras evitando cruces indeseados. Con frecuencia podemos ver a varios adultos trenzando sus colas a modo de danza. Pero no sólo utilizan la cola para sujetarse a las algas, a veces trepan por ellas ayudados de su cabeza. El hippocampus ( del griego “hippo” caballo y “campe” lagarto ) suma un total de 35 especies con 100 subespecies distribuidas por todo el mundo. Viven en aguas tranquilas y templadas, en mares tropicales, pero también son habituales en el Mediterráneo, donde destacan dos especies: Hippocampus hippocampus y el guttulatus (algo mayor). En el Atlántico la especie más común es el Hippocampus hudsonius.
Sus aletas pectorales y la dorsal son muy finas y tienen forma de abanico. La dorsal, que tiene en su lomo, le impulsa horizontalmente agitándola a una velocidad de 3 veces y media por segundo. Para los desplazamientos verticales coordina los movimientos de sus aletas pectorales y el volumen de aire de sus vejigas natatorias, un sistema parecido al de nuestro chaleco pero en miniatura. Como es muy lento se defiende de sus depredadores a través del camuflaje. Hay ejemplares australianos de hasta 30 cm. que llegan a desarrollar apéndices carnosos en forma de hoja de alga. Tampoco necesitan correr mucho para alimentarse. Los caballitos de mar, que miden entre 5 y 36 cm. dependiendo de las especies, y no llegan a vivir más de cinco años, se alimentan de pequeños organismos pelágicos y larvas. Los encontraremos en los 10 primeros metros de profundidad, entre praderas de fanerógamas, algas y coral.
Tienen en común con los camaleones que sus ojos se mueven independientemente y que sus cuerpos, formados por anillos óseos, cambian de color.

El se queda preñado
Sin duda, su reproducción es tan singular como su morfología. Elige la primavera y el verano para procrear. La hembra es la encargada de traspasar sus huevos al macho desde su cloaca, sirviéndose de una papila genital de unos 3mm.. Los inserta en una bolsa ventral que es una incubadora recubierta de un tejido compartimentado que ordena los huevos de forma independiente, quedando instalados y fecundados en unas células esponjosas a modo de placentas. El macho puede ser visitado por varias hembras. Sus huevos tardarán entre 50 y 60 días en eclosionar. Los pequeñines se quedarán allí hasta que consumen la yema.
Después, el padre se agarra con la cola a un soporte y frotando el vientre contra una concha o una roca y son eyectados en un parto agotador que llega a rasgar sus tejidos internos. Un macho grande puede llegar a dar a luz hasta 400 alevines que nacen completamente formados pero con tamaños que rondan 1 cm. Los primeros día suelen volver a la bolsa de su padre si hay peligro. Esta estrategia puede ser ventajosa para que la hembra pueda reunir las reservas necesarias para una nueva puesta y de ese modo incrementar las posibilidades de reproducción.

Boticas y adornos
El hippocampus ha pasado de ser una especie floreciente a situarse en una situación de peligro de extinción en muchos lugares donde se ha sobreexplotado. Unos 20 millones de caballitos son víctimas anualmente del comercio legal e ilegal y su población ha descendido un 50% en los 5 últimos años. Desde la antigüedad se creía que las cenizas de los caballitos servían para curar muchos males y también podían ser utilizados como veneno. Los chinos los utilizan como medicinas, afrodisíacos y comida. A mediados de 1993, los precios en Hong Kong de caballito de mar seco rondaban de 350$ a 1.200$ el kilo.

El 95% de las capturas mundiales van a parar a la industria farmacéutica china quien los utiliza como remedio eficaz para la impotencia y la esterilidad, el asma, enfermedades del riñón y del corazón, y enfermedades de la piel. En Brasil mueren para servir de amuleto, adorno y remedios milagrosos.

Otro peligro que acecha a esta especie es su demanda para acuarios. Por unos 20$ se venden anualmente en los lugares de que son pescados un millón de caballitos vivos que acabarán encontrando su muerte en el acuario de algún cliente occidental. Los caballitos son difíciles de mantener en acuarios porque necesitan condiciones del agua específicas y un constante suministro de comida fresca. Hay que alimentarlos con larvas y organismos vivos o comida congelada. Como comen lentamente no pueden compartir el espacio con especies que compitan por su comida. Además necesitan agua rica en oxígeno y, a veces, tragan las burbujas que se forman al airear los acuarios. Éstas les hacen subir a la superficie, donde no tardan en morir.
Pero la mayor amenaza para estos frágiles seres la comparten con otras especies y es la agresión a la que se ve sometido el medio en el que viven. La contaminación afecta al plancton que es la base de la cadena alimenticia, pero no es la única agresión: puertos deportivos, destrucción de fondos, destrucción de praderas de fanerógamas, algas y corales, hacen que la especie haya entrado en una dinámica de franco retroceso. Abstenerse de molestarlos en el fondo o de adquirirlos como souvenir en la superficie son dos actitudes responsables para cualquier buceador respetuoso con el medio.
 
   
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