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BIOLOGIA
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TEXTO:
David Díaz y Pere Abelló
FOTOS: David Díaz |
Desalojo
a cañonazos |
El dátil de mar ha pasado de ser un recurso pesquero a ser
una especie a proteger estrictamente
cc |
El
dátil de mar (Lithophaga lithophaga) es un molusco bivalvo
filtrador perteneciente a la familia de los mitílidos
(la misma que los mejillones), que presenta la peculiaridad
de vivir en agujeros en la roca calcárea que él
mismo perfora mediante la segregación de un ácido.
Tiene una forma cilíndrica alargada con valvas de igual
forma y tamaño, de un color marronáceo, lo cual
hace parecerlo al fruto de la palmera. Esta especie es muy apreciada
gastronómicamente en todo el litoral mediterráneo
y hace que su extracción esté presente por todas
las costas mediterráneas que presentan el hábitat
adecuado.
Es muy fácil poder observar los orificios que han excavado
en las rocas calcáreas. Así, si hacemos inmersión
en las Islas Medas o en el vecino macizo del Montgrí,
reductos calcáreos en la predominantemente granítica
y metamórfica Costa Brava, podremos fácilmente
observar, principalmente a profundidades comprendidas entre
los 5 y los 20 m, unos pequeños agujeros redondeados
de unos 2-3 cm de diámetro, excavados perpendicularmente
a la superfície de la roca. En algunos de ellos podremos
observar las valvas del molusco, semiabiertas y filtrando los
organismos del plancton y partículas en suspensión
de los que se alimenta.
Este bivalvo perforante tiene su hábitat preferencial
en zonas rocosas de poca profundidad, de 0 a 25 metros, de origen
calcáreo, aunque puede encontrarse con densidades menores
en rocas metamórficas con elevado contenido en carbonato
cálcico. Las mayores densidades se encuentran en extraplomos
o paredes verticales, lo cual evita la sedimentación
que acabaría por colmatar los orificios donde vive. |
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Suele
perforar la caliza perpendicularmente al suelo, con lo
cual puede optimizar el espacio y aumentar la densidad,
puesto que la superfície de roca disponible puede
ser considerada como un recurso limitante. Las comunidades
en las que habita el dátil son muy ricas en fauna
bentónica sésil, como esponjas, cnidarios,
poliquetos sedentarios, ascidias, briozoos, etc., así
como de algas incrustantes, esciáfilas (amantes
de la sombra) o semiesciáfilas. Existe un alto
recubrimiento biológico sobre la roca calcárea
que en ocasiones puede ser de varios centímetros
de grosor.
El dátil forma parte de la comunidad endolítica,
palabra derivada del griego que significa en el
interior de la piedra. Al producirse orificios en
la roca, inevitablemente se crean refugios para otros
organismos con la muerte del dátil. Lógicamente
estos orificios no se encuentran disponibles para otras
especies hasta que los dátiles desaparecen, quedando
así su huella biológica en el lugar. Una
de las principales causas de mortalidad natural de los
dátiles parece ser la depredación por parte
de estrellas de mar. La estrella verde, Marthasterias
glacialis, es uno de los mayores depredadores de estos
bivalvos. A menudo podemos encontrar conchas vacías
de dátiles recién muertos en la base de
las rocas o acantilados en las cercanías de una
estrella verde. Diversos blénidos, tales como Parablennius
rouxi, utilizan estos agujeros como refugio, así
como pequeñas ofiuras. La langosta roja, Palinurus
elephas, los utiliza como refugio preferente en sus primeras
fases como juvenil recién asentado en el bentos.
El dátil de mar es una especie muy longeva y de
crecimiento lento. Así, se ha estimado que pueden
alcanzar edades superiores a los 50 años! Una baja
tasa de crecimiento, unida a una elevada longevidad y
muy posiblemente (porque no existen demasiados estudios)
con una talla de primera madurez relativamente longeva,
es decir, que empiezan a reproducirse a una edad tardía,
predisponen rápidamente a esta especie a tener
problemas en caso de una explotación no controlada.
Es muy difícil, si no imposible, la consecución
de niveles de explotación sostenibles en especies
de crecimiento lento, vida larga y adquisición
tardía de la madurez.
La explotación del dátil ha sido desde siempre
una actividad tradicional en las costas rocosas calcáreas
de Italia y Yugoslavia, así como en el litoral
mediterráneo español. Los métodos
de extracción de este bivalvo son muy dañinos
para la comunidad de organismos que tapizan las paredes
y rocas. Tradicionalmente se usaban mazas y escarpas con
los que se picaban las rocas abundantes en dátiles.
Ésta, la rotura de la roca con la consecuente destrucción
de la fauna y flora bentónicas acompañante,
es la única forma de extracción, ya que
debido a que el agujero que va formando el dátil
en el interior de la roca a medida que va creciendo es
mayor en su parte media que en el orificio de entrada,
es imposible su extracción si no es rompiendo y
fragmentando el hábitat donde vive. Actualmente,
el uso de martillos neumáticos o la simple extracción
de rocas a la superficie y su posterior rotura, ya en
la barca, hacen de esta actividad una práctica
que requiere una prohibición y control drásticos
de su extracción. Recientemente se están
empezando a explotar las poblaciones de dátil en
Marruecos, en las que al parecer se están utilizando
incluso explosivos, para su exportación al litoral
mediterráneo español, donde existe la mayor
demanda de su consumo. |
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Esta
práctica ha hecho mella en los foros de discusión
internacionales para especies amenazadas. Así, el dátil
está incluido en la lista de especies con protección
especial en el anexo IV de la Directiva Hábitats, en
el anexo II del Convenio de Berna y en el anexo II del Convenio
de Barcelona.
El dátil de mar requiere hoy en día una total
protección a todos los niveles. Actualmente las poblaciones
están muy mermadas y parece difícil que puedan
recuperarse si no existe una protección efectiva de sus
poblaciones. Para llevar a cabo esta protección, se debería
en primer lugar considerar esta especie no como un recurso de
pesca, sino como una especie incluida en directivas que la consideran
especie amenazada y requieren de un estricto programa de conservación.
El Principio de Precaución, reflejado en el Código
de Conducta para la Pesca Responsable de la FAO, invoca que,
ante síntomas evidentes de sobreexplotación de
una población, unido al asimismo evidente impacto ambiental
de las técnicas extractivas y a una escasez de conocimientos
científicos sobre la biología y dinámica
de las poblaciones explotadas, se tomen medidas prioritarias
destinadas a la protección de las poblaciones, antes
de que éstas entren en un proceso dinámico de
colapso.
A menudo encontramos contradicciones en las normativas legales,
ya que esta especie consta en algunas normativas como especie
protegida, cuya extracción no está permitida,
mientras que por otra parte su comercialización está
permitida o tolerada en algunas comunidades autónomas.
En cualquier caso, dada la fragilidad de las poblaciones de
dátil de mar, unido al grave impacto ambiental de las
técnicas extractivas y a su inclusión en las listas
de especies a ser protegidas por parte de diversos organismos
internacionales, proponemos que la comunidad de amantes de la
mar y de la vida submarina se niegue a la compra y consumo del
dátil de mar, a pesar de que su comercialización
esté todavía permitida o tolerada en gran parte
del litoral mediterráneo. |
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