El
fitoplancton está formado por vegetales microscópicos,
unicelulares, que viven en el océano flotando en la columna
de agua y que se encuentran a merced de las corrientes marinas,
con una capacidad mínima de movimiento, aunque pueden formar
cadenas o colonias
y presentar adaptaciones que faciliten su flotación y su
permanencia en la zona iluminada. El fitoplancton lo constituyen
microalgas de muy diversos tipos como son las algas verdeazuladas
(cianobacterias), diatomeas, cocolitofarales, criptomónadas
y dinoflagelados. Aunque estas microalgas son incoloras, cuando
aumenta su concentración pueden teñir el agua de color,
lo que ocurre en el mar de forma natural cuando se dan estos “blooms”
o cuando se cultivan para su uso en acuicultura. Las microalgas
son capaces de realizar la fotosíntesis, es decir, de producir
materia como carbohidratos a partir de CO2, agua y sales minerales
o nutrientes, y de la luz solar que es captada por sus pigmentos
como la clorofila, que sólo poseen los vegetales.
Base piramidal
Las microalgas constituyen el alimento natural primario de toda
la cadena trófica, es decir, es la base de las cadena alimenticia
en el mar. Estas cadenas tróficas siempre comienzan por seres
fotosintéticos como son las microalgas, y terminan en animales
que pueden ser de gran tamaño como tiburones, ballenas o
el mismo ser humano. Empieza con la asimilación de nutrientes
inorgánicos por el fitoplancton (autótrofo) mediante
la f otosíntesis
y la energía del sol capturada por sus pigmentos. El resto
de los organismos, los consumidores o productores secundarios y
terciarios (heterótrofos) se alimentan de esta materia orgánica
de los niveles inferiores. El segundo nivel trófico lo forma
el zooplancton herbívoro y el siguiente nivel lo forma el
zooplancton carnívoro. En los últimos niveles estarían
los animales carnívoros que se alimentan de otros carnívoros,
como medusas, cefalópodos, peces y mamíferos. Entre
los diversos eslabones de la cadena siempre se produce una perdida
de energía, por eso los seres que forman parte de los primeros
niveles (microalgas p.e.) son siempre más numerosos que los
que forman parte de los últimos niveles (atunes p.e.).
Termoclina
En el mar casi la única fuente de energía para el
comienzo de la cadena trófica es el sol. La radiación
solar calienta el agua superficial, que es menos densa y flota sobre
el agua profunda más fría y por lo tanto más
densa. En latitudes frías (los polos) hay poca diferencia
de temperatura entre la superficie y el fondo ya que el agua superficial
no experimenta incrementos de temperatura importantes. En cambio
en latitudes templadas como las nuestras, el agua superficial se
calienta, el viento la agita y transmite el calor hacia aguas más
profundas creando una capa de mezcla de agua caliente. Debajo de
esta capa de mezcla, de unos 200 metros, la temperatura disminuye
drásticamente. A esta zona de cambio brusco de temperatura
se llama termoclina. A mayor profundidad la temperatura sigue disminuyendo
lentamente y en la mayor parte del océano en todo el planeta
la temperatura a 1000 metros de profundidad nunca es superior a
4º C. Además en los mares templados
hay también termoclinas estacionales entre 20 y 40 m, que
se establecen durante el verano y se forman cuando la radiación
solar es intensa y la fuerza del viento escasa, con lo
que no se produce una mezcla del agua caliente con zonas más
profundas y frías. Estas termoclinas estacionales desaparece
en otoño, cuando la radiación solar disminuye y aumenta
la fuerza del viento, permitiendo la mezcla del agua superficial
con aguas más profundas.
Afloramietos de nutrinetes
Pero para que haya vida también se necesitan nutrientes,
es decir, sales minerales. Normalmente las aguas iluminadas son
pobres en nutrientes, ya que éstos son consumidos por las
microalgas. Por otra parte las aguas profundas son ricas en nutrientes,
pero carecen de luz que permita el crecimiento del fitoplancton.
Pero si se produjera un movimiento de agua tal que permitiera la
llegada de estos nutrientes a aguas superficiales se originaría
una zona de gran productividad y generaría gran riqueza de
vida marina. Estos fenómenos se denominan afloramientos o
upwelling. Los afloramientos, por tanto, se producen cuando asciende
a la superficie agua de fondo fría y rica en nutrientes.
Más del 80% de la pesca mundial procede de estas áreas
de afloramiento donde se sitúan los caladeros más
importantes y ricos. Un afloramiento se produce cuando el viento
sopla de forma paralela a la costa y el agua se mueve alejándose
de la costa, dejando un vacío que permite la emergencia de
aguas de unos 200 m de profundidad, que aporta nutrientes. En nuestras
costas son muy importantes las corrientes de Canarias, procedente
de la costa africana, que origina el caladero marroquí, y
las corrientes gallegas, esenciales en la productividad de sus rías.
Blooms
Los “blooms” de microalgas tienen lugar cuando una especie
encuentra unas condiciones de luz, temperatura y nutrientes muy
favorables para su crecimiento, aumentando su concentración
en el medio de forma drástica, llegando incluso a colorear
el agua pudiendo ser captados por los satélites. Estos “blooms”
se conocen como mareas rojas, aunque no siempre presentan este color.
Aunque algunas mareas rojas pueden ser tóxicas, no siempre
lo son, incluso pueden ser esenciales para el desarrollo de la pesca
de una región. En caso de serlo, la toxicidad de se debe
a la presencia de sustancias tóxicas presentes en algunas
especies de microalgas, dinoflagelados principalmente, que pueden
incluso expulsar al medio. Estas sustancias son captadas por los
filtradores (mejillones) y acumuladas en sus tejidos sin verse afectados,
aumentando así su concentración. Cuando otros animales
de la cadena trófica, o incluso el ser humano, los consumen,
pueden sufrir diversos trastornos digestivos, amnesia, parálisis
o incluso la muerte.
En el presente caso, el “bloom” primaveral ocurre debido
a que en invierno las sales minerales se van acumulando en las aguas
frías, porque al ser menor la radiación del sol y
las temperaturas más frías en invierno, el fitoplancton
no puede crecer. Pero con la primavera la radiación solar
y la temperatura del agua aumentan permitiendo el crecimiento de
las microalgas, lo que conlleva el crecimiento del zooplancton y
de toda la cadena alimenticia, siendo esencial para el desarrollo
de la vida en la zona, y por supuesto de la pesca.
También en otoño ocurre este fenómeno, pero
debido a diferentes causas. En verano se produce la termoclina estacional,
ya que al haber mayor radiación solar y menor fuerza del
viento, las aguas no se mezclan y la superficie se calienta más.
Esta termoclina impide el paso de los nutrientes de aguas frías
hacia la superficie, pero cuando en otoño la radiación
disminuye y la fuerza del viento aumenta, las aguas se mezclan y
la termoclina desaparece permitiendo el paso de las sales minerales
a la superficie y a pesar de que la radiación solar haya
disminuido, es suficiente para permitir la formación de otro
“bloom” de fitoplancton en otoño.
Aunque normalmente en el mar abierto, con pocos nutrientes, el número
de niveles de la cadena trófica es elevado, pudiendo llegar
hasta 7, en estas épocas de gran productividad las cadenas
tróficas se acortan, y entre las microalgas y los peces como
el atún, pueden darse solamente 3 o 4 eslabones, con el consiguiente
ahorro de energía.
|