Nadie
diría que estas bailarinas son moluscos, parientes de los
caracoles y las babosas, salvo por la textura de su piel. Se sostienen
en flotabilidad neutra gracias a una ondulante cortinilla que hace
las funciones de aleta natatoria y que rodea todo su cuerpo. Sus
ojos, extremadamente evolucionados, aunque no le permitan distinguir
colores, son inquietantemente parecidos al logotipo de Batman, y
como los vampiros, tiene hábitos nocturnos. Como el resto
de su familia, los cefalópodos, tiene tentáculos,
en concreto 10, dos de los cuales son más largos y suele
llevarlos enrollados. Rodean éstos su boca, que tiene la
forma y consistencia de un pico de loro en miniatura con el que
desgarra a sus presas: pequeños crustáceos, moluscos
y pececillos que atrapa con sus dos tentáculos más
largos. Su tamaño va desde los 15 hasta los 40 cm, habiendo
ejemplares que pueden llegar a alcanzar unos 70 cm. Suelen rondar
por aguas poco profundas hasta un máximo de -150 m. en arenas,
piedras y algas, mimetizándose con el paisaje gracias a un
original mecanismo de coloración de la piel. Unas células
de la capa más superficial de la piel, llamadas cromatóforos
y que están llenas de pigmentos rojos, amarillos y negros,
pueden contraerse o expandirse a voluntad. Bajo esa capa superficial
hay otras células con pigmentación blanca o verde
que pueden reflejar la luz. Combinando contracciones y relajaciones
de los cromatóforos, las sepias pueden volverse unos auténticos
espectáculos de luz y color. Cambian los diseños de
su piel, los dotan de movimiento y fluorescencias, imitan las texturas
y colores de su alrededor, expresan su género o su deseo
de aparearse y la aceptación o el rechazo de sus pretendientes.
Pero no sólo con piel se expresa la sepia. Sus tentáculos
y las posturas corporales le ayudan a reforzar con la mímica
un discurso eficaz y destinado a reproducirse.
 Fieles
toda la vida
Una sepia pude vivir un máximo de dos años y medio,
pero son fieles amantes que acompañan a su pareja hasta el
final. Durante la época de reproducción, que suele
ser la primavera, aunque puede alargarse durante el verano, los
machos se ponen a lucir sus mejores diseños cebra intermitente,
que a las hembras les hace ruborizarse, algo que en
lenguaje sepia se hace cambiando el jaspeado por un gris uniforme
pero que a los efectos significa lo mismo. El macho interpretará
que hay plan y se dedicará a entregar su cargamento seminal
encapsulado. A las pocas horas los huevos fecundados decoran, en
forma de racimos, los recovecos de las rocas. Pueden ser más
de 500 por hembra, tienen forma de limón y cada uno tiene
un grosor unos 8 mm. Dos meses después, de cada huevo nacerá
una mini sepia de 1 cm. pero totalmente desarrollada. Cuando mida
9 cm. al cabo de un año, ya será capaz de reproducirse.
Pero
no todo es llegar y reproducirse. También es necesario cortejar
a la novia y algo de sensibilidad por parte del novio. Lo primero
es impresionarla dando signos de salud, fuerza y potencial genético,
para lo cual el tamaño importa, pero también la coloración
brillante y ser un peleón. Una vez eliminada la competencia
que habrá escapado descolorida y avergonzada, hay que ser
detallista: unas caricias con los tentáculos entre los ojos
y un refrescante chorrito de agua calmarán a la inquieta
novia quien, finalmente, acogerá a su pareja con los tentáculos
abiertos.
Si un macho está enfermo y no puede adoptar las coloraciones
y gestos de los de su género, puede ser confundido por otros
machos quienes intentarán inútilmente aparearse con
él.
Las habilidades cromáticas del macho no acaban ahí,
y puede mostrar una doble faz simultáneamente. Si otro macho
trata de interrumpir en medio del coqueteo, puede mostrar una coloración
relajada y agradable de cara a su pareja, y otra agresiva y disuasoria
en la parte del cuerpo que ve su contrincante.
Pero la sepia también ha empleado la creatividad en su carrera
armamentística evolutiva. Sus contramedidas consisten en
nubes de tinta y en un sistema de propulsión a chorro que
las catapulta como si fueran unos proyectiles, lo que les permite
huir de algunos de sus depredadores naturales: las morenas, los
congrios, algunos tiburones y peces de gran tamaño. Sin embargo
si su sofisticado sistema de camuflaje ni su valiosa tinta la salvan
de ser pescada por el hombre. Además, lo que es un arma defensiva,
se vuelve apetitosa salsa o interesante botica en manos de este
superdepredador.
La sepia más común es la Officinalis, pero en el Mediterráneo
hay dos especies más que son la Orbignyana, que tiene una
espina visible en la punta del jibión, y la Elegans, ambas
más pequeñas que la Officinalis.
Código de señales
Para
algunos estudiosos de las sepias, estos cefalópodos no sólo
utilizan los cambios de textura y coloración de sus pieles
junto con sus movimientos natatorios y de tentáculos para
aparearse. Los cambios de color tienen un significado primario que
viene complementado con lo que sucede con la disposición
de las manchas o los movimientos de los tentáculos. De ese
modo pueden llegar a crear frases en un hipotético lenguaje
de sepias. Por ejemplo, una coloración brillante puede querer
decir aquí estoy; si añadimos unos tentáculos
alargados, separados en forma de racimo, puede querer decir aquí
estoy, más fuerte que ninguno; y si le añadimos
un parpadeo de manchas, puede querer concluir ...y busco pareja
para esta noche.
Que los cefalópodos son unos seres asombrosamente inteligentes,
está demostrado. Pueden resolver problemas que requieren
un aprendizaje y evaluación de la situación que sólo
un chimpancé podría resolver. Tienen una interesante
memoria y han sobrevivido a muchos avatares de la evolución.
Pero aun así, probablemente su lenguaje no sea muy complicado
porque tampoco lo es su modo de vida. Y es que para vivir tan poco
tiempo, con comer, aparearse y no ser comidos tienen bastante trabajo.
Así que lo poco que hablan lo hacen, sobretodo, para poder
encontrar pareja.
Breves
Diminuto caballito de mar
Una nueva especie de hipocampo se suma a las 32 que hasta ahora
estaban registradas tras el hallazgo en Indoneisa se un caballito
de mar que apenas mide 16 mm, más pequeño que una
uña, y que ha sido bautizada como Hipocampo Denise. Pequeño
pero matón, porque comparado con sus hermanos mayores este
hipocampo es muy activo. Por esa razón su descubridora, Sara
Lourie, lo llamó Denise derivado de Dionysus,
dios griego del vino y del placer y que significa salvaje
y frenético. Algo tendría que ver también
en la elección del nombre el hecho de que basara sus investigaciones
en el increíble trabajo del reconocido fotógrafo submarino
Denise Tackett quien ha obtenido un total de 1.997 fotografías
del pequeño hipocampo en su ambiente natural.
Cangrejos asesinos
En la Bahía de Sanborombón, a escasos 200 kilómetros
de la Ciudad de Buenos Aires, las playas rodeadas de pantanos y
cenagales se hacen inaccesibles para los humanos y presentan condiciones
ideales para los cangrejos. Se mueven por la arena como un ejército
de miles alimentándose de todo lo que hay a su paso. Con
la marea baja se forman charcas donde quedan atrapados gran cantidad
de peces, momento que aprovechan los cangrejos para alimentarse
abalanzándose sobre sus víctimas y devorándolas
en pocos minutos.
Es normal la presencia en la zona de ganado salvaje que, al llegar
a los pantanos se pierde, los cascos de los terneros hacen vacío
en el terreno cenagoso y quedan atrapados. Ante los mugidos de auxilio
los cangrejos acuden a una velocidad de un metro y medio por segundo
y dan cuenta del atrapado animal en una verdadera orgía de
sangre y pinzas, hasta que sólo quedan los huesos.
Más espacio para el tiburón ballena
Belice ha creado una nueva zona de protección para el tiburón
ballena en las aguas circundantes a la isla Little Water Caye. Esta
pequeña isla, ubicada a unos 30km de la costa de Belice,
albergará una estación de investigación marina
y servirá de central de control para las reservas Gladden
Spit Marine Reserve y Laughing Bird Caye World Heritage Site. La
mayor parte de la isla fue adquirida por Amigos de la Naturaleza,
una organización no gubernamental compuesta por 5 asociaciones
de Belice con la ayuda financiera de Conservation International.
Éste área, rica en biodiversidad, es el hogar de más
de 25 especies de peces de arrecife y el único lugar en el
mundo conocido hasta ahora donde los tiburones ballena se reúnen
cada primavera. Conservation International se encargará de
administrar y preservar la flora y fauna de la nueva reserva, así
como controlar el eco-turismo que sepractique.
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