BUCEO PROFESIONAL
 
El cordón umbilical del buzo

El buceo con suministro de aire desde la superficie soluciona el problema de los trabajos profesionales que precisan de inmersiones de gran duración y complicación técnica, liberando al buceador de la necesidad de preocuparse por el equipo y permitiéndole una mayor libertad de manipulación de sus herramientas así como una mayor protección personal, a cambio de limitar sus desplazamientos.
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TEXTO & FOTOS: Alonso Bobo (Trabajos y Técnicas submarinas)

Trabajar con suministro de aire desde superficie tiene muchas ventajas: suministro de aire ilimitado; comunicaciones con superficie; posibilidad de uso de sistemas de video CTV; mayor seguridad para el buceador durante las operaciones ya que la asistencia desde superficie es una ayuda muy importante en los imprevistos como enganches, retrasos en el ascenso, etc.; en aguas muy turbias el contacto con superficie es un apoyo psicológico muy importante y al mismo tiempo el umbilical es siempre una vía segura para el retorno...
Pero también tiene inconvenientes: conlleva más equipamiento; embarcación de apoyo de mayor porte; en caso de operaciones importantes precisa de más personal auxiliar...
Las condiciones del medio (turbidez, contaminación, profundidad) son las que determinan la utilización de un material u otro. Por ejemplo, en aguas turbias y contaminadas es recomendable la utilización de máscara facial con presión positiva (tipo AGA divator) y traje seco, tal y como indica la legislación vigente.
En cuanto al suministro de aire, lo habitual es utilizar siempre dos medios de suministro, lo más frecuente es emplear un compresor de baja presión y una batería de botellas como fuente auxiliar, pero además el buceador debe llevar una botella de seguridad en su equipo.
Teóricamente, los buceadores durante su formación en los cursos de buceo profesional deben recibir conocimientos y experiencia suficientes para emplear esta clase de equipos que, por otra parte, serán los más habituales en su vida laboral. Pero con frecuencia notamos que los buceadores noveles no están muy familiarizados con éstos por lo que será la experiencia la que los formará.
Trabajar con un umbilical o “línea de vida” conlleva ciertas precauciones extras. Previo a su puesta en servicio, es necesario un control exhaustivo de todos los componentes del equipo: conectores, umbilical, comunicaciones, etc. Durante los trabajos se tiene especial cuidado en adujar los umbilicales y organizar todo el material de superficie para que las personas que asisten al buceador/es solamente estén centrados en las evoluciones del mismo, evitando innecesarias maniobras que pueden acabar en enganches del umbilical con la consiguiente interrupción de la inmersión. Igualmente, los buceadores deben controlar sus evoluciones para evitar enganches en el ascenso.

Con este sistema de suministro de aire principalmente se realizan trabajos de intervención en operaciones de reflote, obras hidráulicas (emisarios, construcción en puertos, pantanos) y en todas aquellas en las que se requieran inmersiones prolongadas, profundas y en medios hostiles. Hemos de puntualizar que en buceo de saturación será el único medio a emplear por las condiciones tan especiales de este tipo de buceo.
El buceador ayudante de superficie se centra en el control del umbilical, la persona que controla y atiende el cuadro de distribución de gases debe ser el jefe de equipo, y en su caso una persona experta asignada por él, ya que es bastante frecuente en operaciones profundas el tener que reorganizar y tabular la inmersión debido a retrasos, etc. Durante el trabajo, en superficie, además de los controles propios del buceador, se está en contacto con él mediante telefonía ya que es habitual que esté empleando alguna herramienta y puede solicitar más caudal de aire u ordenar alguna maniobra de grúa. La comunicación buzo-superficie se realiza mediante telefonía submarina por cable en la que la unidad de buzo se encuentra instalada en el mascarón, de tal forma que la recepción en superficie es constante para evitar que el buceador tenga que realizar alguna maniobra para comunicarse. Ello permite, al mismo tiempo, que en superficie se controle el estado del buceador (narcosis, crisis respiratoria, etc.).
Habitualmente y dado que la mayoría de los trabajos se realizan en cotas inferiores a 40 m de profundidad, se utiliza aire comprimido, pero en intervenciones profundas, hasta 90 m de profundidad, pueden utilizarse mezclas ternarias (He/N/O) y binarias (He/O).
Los tiempos y profundidades máximas en buceo profesional se contemplan de forma diferente al buceo deportivo ya que el empleo de sistemas con suministro desde superficie y con equipo pesado, permiten un mayor tiempo de permanencia debajo del agua y un mayor control de la descompresión.
En el buceo profesional se emplean tablas de inmersiones excepcionales. De hecho, valga como ejemplo, en inmersiones inferiores a 10 m de profundidad el tiempo de estancia bajo el agua podrá ser de 5 horas.
Respecto a la seguridad en este tipo de trabajos, los procedimientos de emergencia, como en todas las actividades de buceo, deben de estar preestablecidas. De hecho, en toda intervención de buceo profesional debe realizarse un Plan de Emergencia y Evacuación. El jefe de equipo tiene que haber realizado un curso de accidentes de buceo. Durante la inmersión siempre debe estar preparado un buzo de socorro.
Las técnicas y equipos de suministro de aire desde superficie siguen la línea de conseguir un mayor confort y seguridad en todos los materiales que componen estos equipos.

Con mayor frecuencia vemos en el mercado máscaras más ligeras con sistemas telefónicos más eficientes, trajes secos más confortables, centrales de suministro de gases portátiles, etc. Los trabajos con estos equipos cada vez se ven con más frecuencia en el mundo del buceo profesional, entre otras cosas, debido a una mayor facilidad para la adquisición de los mismos y a un menor coste.

Un equipo muy legal

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Según las Normas de Seguridad para el Ejercicio de Actividades Subacuáticas (BOE 22-noviembre-1997), el número de personas mínimo que deben intervenir en un trabajo de buceo depende del sistema utilizado.
Para buceo autónomo se exige un jefe de equipo, dos buceadores y otro de socorro preparado para intervenir en todo momento. Sólo en casos excepcionales podrá bajar sólo un buzo amarrado a un cabo guía que sostendrá un ayudante en superficie.
En el caso del buceo con suministro desde superficie, se necesitará un jefe de equipo, que atenderá a la distribución de gases, pudiendo designar a otra persona para ello, un buceador, otro de socorro (que no será necesario si bucean dos) y un ayudante por buzo que controlará el umbilical en todo momento.
Si trabajamos con una campana húmeda o una torreta de inmersión necesitaremos, igualmente, un jefe de equipo que atenderá al cuadro de distribución de gases, dos buzos, otro de socorro, un operador del umbilical de la campana y un operador de los mandos de arriado e izado de la campana o torreta.
Para trabajos de saturación, además del jefe de equipo se necesitarán tantas personas como requiera el perfecto funcionamiento del complejo utilizado (cámara hiperb*rica, mezclador de gases...) según recomendación del fabricante.
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Pendientes de un hilo

Texto: BUCEO XXI

El suministro del aire es uno de los principales retos a los que se enfrenta el buceo tanto deportivo como profesional. En el caso del buceo profesional, sobre todo el ligado a los trabajos de ingeniería y mantenimiento subacuáticos, el suministro de aire desde superficie a través de un tubo flexible, ha sido la solución elegida desde los comienzos del buceo. Según el tipo de flujo, libre o por demanda, se han desarrollado equipos que permiten al buceador concentrarse en su trabajo sin preocuparse por la cantidad de aire que le queda. El buzo clásico era un ejemplo de flujo libre, con un casco rígido que ahora ha sido sustituido por uno más ligero de fibra de vidrio. El casco puede ir unido al traje de buceo o estar sellado alrededor del cuello por medio de un “collar” de neopreno. Este tipo de cascos de flujo constante suelen seguir usándose para trabajos de construcción pesados de ingeniería civil. Entre otras, tienen las siguientes ventajas sobre los equipos de buceo autónomo: protección de la polución del agua, protección-aislamiento de la cabeza, posibilidad de realizar trabajos más duros debido a la ausencia de impedimentos mecánicos y flujo de aire sin límites, en caso de desmayo el buzo pude seguir respirando, permite comunicaciones habladas con el exterior, mayor campo visual...
Pero sin duda alguna, el casco de demanda o máscara de banda, se ha transformado en el más popular. A diferencia del de flujo constante, aquí el aire se suministra a través de un regulador similar al que usamos en buceo autónomo deportivo, pero que va unido al casco por medio de una máscara que cubre boca y nariz. Tiene ventajas sobre los cascos rígidos: tiene mayor maniobrabilidad, la mascarilla naso-bucal impide que acumulemos CO2 en el casco y consumimos sólo el aire necesario.

Bombeando el aire
El aire que necesitamos se suministra con un compresor de baja presión situado en la plataforma de inmersión o en tierra firme conectado a una batería de botellas de aire a alta presión. El diseño del sistema de suministro de aire es fundamental para evitar accidentes. El aire suministrado por el compresor entrará en un acumulador que purgará aire a la atmósfera si la presión excede la capacidad estipulada. Hay que instalar y comprobar las tuberías con sumo cuidado, comprobando que no hay fugas en cada conexión y evitando caídas de presión. Los filtros, rejillas y separadores deben estar limpios. Los niveles de lubricante, combustible y refrigerante deben controlarse regularmente. La función del acumulador es esencial porque separa el agua y actúa como “espacio” de respiración si hay un fallo de suministro hasta que ponemos en funcionamiento el suministro de emergencia.
En caso de cascos de flujo libre, se necesitan 2 atmósferas de presión por encima de la presión ambiente del buzo y 70 litros por atmósfera al minuto. Así, por ejemplo, si queremos tener trabajando un buzo a 50 m. de profundidad a 6 atmósferas de presión, necesitaremos 8 atmósferas de presión para el suministro y un total de 560 litros por minuto (8 x 70).
En el caso de los cascos de demanda el equipo funciona de forma similar a la de un regulador monotráquea: el tubo de suministro de aire que llega de la superficie es similar al latiguillo de media presión, y el regulador es la segunda etapa. La presión de suministro va desde las 3 a las 11 atmósferas por encima de la presión ambiente, siendo el óptimo 8-10 atmósferas. La presión media se puede acomodar al esfuerzo respiratorio por medio de un ajuste en la segunda etapa. Se calcula el consumo mediante una tabla: El consumo en superficie de un buzo va de 25 litros por minuto en reposo, de 25 a 40 con trabajo moderado y de 40 a 70 con trabajo intenso. Para calcular la cantidad de aire que va a consumir un buzo por demanda a la misma profundidad de antes, 50 metros, basándonos en el valor máximo de consumo en un trabajo moderado tendríamos que a 6 atmósferas debemos tener una presión mínima de suministro de 9 atmósferas (6 + 3), por lo que consumirá 360 litros por minuto (9 x 40). Supone un ahorro de 200 litros por minuto respecto al flujo continuo.

Ojo con los cables
Depender de una “línea de vida” es una situación que requiere muchas precauciones. Para empezar, es necesario contar con un sistema de suministro de reserva que sea capaz de traer al buceador a la superficie contando con las posibles descompresiones. El cable o línea de vida debe protegerse de cortes y enganchones, para ello, según que trabajos, se necesitan buzos auxiliares que lo vigilen, penetrar en los agujeros con los pies por delante, hay que vigilar las líneas de amarre, cables de tensión...

La descompresión suele hacerse en superficie porque en el mar suelen ser largas, incómodas y peligrosas. Los auxiliares no pueden emplear más de 3,5 minutos en desequipar al buzo e introducirlo en la cámara y en ella deberá esperarle el personal médico, de ser preciso, puesto que el factor tiempo es fundamental. También lo es a la hora de ascender por lo que la velocidad de ascenso será de 18 metros/minuto (8 m/min. en caso de descompresión con oxígeno).



 

 

 
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