TEXTO Y FOTOS: Carlos C. Cardiel
TDI FULL CAVE TRIMIX INSTRUCTOR

BUCEO TECNICO
Buceando en un cómic de moebius
Una inmersión en el cenote donde el dios Chac Mool guarda sus tesoros
zzzz

Después de planear nuestro buceo y conducir durante 45 minutos desde Akumal por la rivera maya en la península de Yucatán, mi esposa Celia y yo nos dirigimos al cenote donde los mayas de tulum arrojaban sus ofrendas producto de sus cosechas a “Chac Mool” dios del agua. Celia es buceadora de cuevas y de procedimientos de descompresión certificada por TDI (Technical Diving International) y yo soy instructor de buceo en cuevas y de trimix de TDI. Aparcamos a un lado del camino donde comenzamos a montar nuestros respectivos equipos compuestos por luces primarias y de emergencia, carretes de hilo guía, ordenadores de buceo, tablillas donde teníamos anotado el plan para la descompresión y nuestras bibotellas con Nitrox que contenían 50% de oxigeno y el restante de nitrógeno, es decir EAN 50.
Una vez montado el equipo, lo llevamos a lo largo de una vereda de aproximadamente 200 metros de largo atravesando la densa selva tropical hasta encotrarnos con el esperado cenote -techo colapsado de uno de tantos ríos subterráneos que existen en esta zona calcárea - que era como un pequeño lago de unos 40 metros de diámetro con agua verdosa producto de la clorofila disuelta de las hojas que durante muchos años habían caído sobre el cenote.
Allí repasamos el plan del buceo para luego ponernos el equipo y tirarnos al agua y refrescarnos del húmedo y agobiante calor (sin mencionar los molestos mosquitos). Ya una vez en el agua, nuevamente revisamos que el equipo siguiera en óptimas condiciones para luego iniciar la inmersión.
Descendimos solo tres metros para así cruzar el cenote a través de la densa nube verde que permanece en los primeros cinco metros de profundidad y que apenas le permitía a Celia seguir mis aletas, mientras yo seguía los 180º que mi brújula indicaba, para así llegar hasta el otro lado sin desviarnos. Allí nos encontramos con un túnel en forma Entre la salida del túnel y la transparencia del agua daba la sensación de arrojarnos al vacío de un acantilado, y en el fondo se podía apreciar una isla desierta con arboles “secos” sin hojas rodeado de un lago de intenso color marrón cubierto por una tenue capa de neblina blanca que despertaba nuestra curiosidad por verla más de cerca.
Mientras descendíamos con el bibotella en la espalda, luces por doquier y colgándonos de un lado la botella para la descompresión y del otro los carretes guía, nos daba la impresión de estar más bien aterrizando en algún planeta recóndito de color verde debido a la luz filtrada por la nube en la superficie. Mientras tanto, aproximándonos a la isla, notábamos que los árboles medían alrededor de siete metros de alto y que la isla era de aproximadamente 10 metros de norte a sur y 20 metros de este a oeste. Desde ahí abajo se podia observar toda la circunferencia del pozo que se ensanchaba como una gran olla. Para entonces, la luz del sol seguía siendo clara pero con ese dominante tono verde que tenía el paisaje con la isla, los árboles y el lago encerrados para siempre en la olla (según Celia, los paisajes de los cómics de Moebius se asemejan a ésta imagen de ensueño).
Pero la inmersión aún no ha terminado. Del lado norte, donde la superficie del lago subacuático a 27 metros de profundidad es más ancho, Celia y yo nos sujetamos para así seguir descendiendo mientras notábamos como desaparecía junto con nosotros el paisaje. Conforme nos sumergíamos más en este lago de color marrón tan oscuro, solo era posible ver el resplandor de nuestros potentes focos permitiéndonos con éstos, comunicarnos por medio de señales. Además se podía oler un olor sulfuroso del sulfuro de hidrógeno tal vez proveniente de la descomposición de la vegetación que yacía en la isla y el fondo. Menos mal que ésta segunda capa, sólo tenía alrededor de 3 metros de grosor, abriéndose nuevamente la visibilidad pero ésta vez con menos luz que en la parte superior del misterioso lago, debido a que la luz del sol ya había sido filtrada nuevamente dejando en penumbras la selva vertical proveniente del fondo hasta la cúspide que sobresalía de la capa de hidrogeno sulfúrico asemejándose a una isla.
Seguimos descendiendo y a los 50 metros de profundidad, nos encontramos con unas vasijas de barro de diferentes tamaños que los mayas habían arrojado aproximadamente 500 años atrás. Allí nos detuvimos unos instantes para apreciarlas con cuidado de no tocarlas y de ésta manera evitar romperlas. Pero teníamos un plan que ejecutar y hasta entonces todo iba como estaba previsto, así que continuamos bajando y al llegar al fondo que tenia 60 metros de profundidad, seguimos explorándolo por el borde.
Cuando nuestros ordenadores y cronómetros nos indicaron 18 minutos de buceo, es decir dos minutos antes de lo planeado, consideramos prudente iniciar nuestro ascenso pero antes verificamos nuestras tablillas donde habíamos anotado el perfil para la descompresión. Comenzamos a subir directamente hasta los 27 metros de profundidad atravesando la nube marrón percibiendo de nuevo ese pestilente olor a azufre, pero se compensaba con lo que a continuación veíamos.
Conforme salíamos de esta nube, o mejor dicho, emergíamos del lago, Celia, la pared del cenote, los arboles y por ultimo el resto de la isla iban apareciendo y al llegar a ésta aparente superficie, nos quedamos suspendidos con la mitad de nuestros cuerpos en el lago y la otra fuera. La impresión era de estar ya en la superficie a punto de salir caminando por la playa de la isla, pero aún teníamos 27 metros por ascender, aquí nos detuvimos para mirar nuestras tablillas y ordenadores durante un minuto, para después subir a 18 metros de profundidad y parar por un minuto seguido de otras paradas a cada 3 metros por tiempos específicamente establecidos, y de esta manera regresar bien a la superficie, habiendo estado sumergidos durante un total de 62 minutos.

Juego de la honestidad

Comentan que el buceo en cuevas y con trimix (N2, O2, He.) puede ser más peligroso que el paracaidismo, la escalada en paredes y hay quienes lo comparan con viajar a la luna (¿será que por esto nos llaman lunáticos?).
Tal vez si, pero cabe observar que todos los deportes extremos, tienen la peculiaridad de que el deportista depende de su equipo, con el cual se enfrenta sí mismo y a la naturaleza.
No puedo negar que el riesgo existe, pero todo depende de la preparación del equipo, la planificación de la inmersión, la experiencia que desarrolla el criterio para así evaluar la situación y antes que nada, haber tenido una buena iniciación que marca la pauta para el mayor o menor grado de peligro, en cualquiera de los deportes extremos.
¿Por qué ir tan lejos en una cueva, o ir tan profundo en el mar? ¿Acaso no quieres volver? . Estas son las típicas preguntas que me hace la gente cuando les narro alguna de mis anécdotas.
Todo depende de los ojos con los que lo miras, de hecho no gozas la experiencia hasta que regresas a la superficie y es cuando te sorprendes de lo que acabas de hacer, de dónde estuviste, lo que viste, lo que sentiste durante la inmersión, lo que resolviste y fuiste capaz de planificar y ejecutar de manera exitosa, dejándote un buen sabor de boca, deseando volver a hacerlo. Después de algo ahí, ¿tu que dirías?
Aunque las especialidades de buceo técnico (Nitrox Avanzado, Extended Range, Trimix, los tres niveles de Cueva) en España son recientes, poco a poco se dejarán ver en los centros de buceo. Para esto tomemos en cuenta que aunque pueden ser actividades recreativas, no dejan de exigir una preparación seria tanto técnica, como física y mental debido a que no se puede dejar lugar a errores de lo contrario los resultados serían muy lamentables.
No se trata de un buceo exclusivo para supermachos, ni para buscadores de récords, coleccionistas de certificaciones, ni mucho menos para los “yo no tengo límite”. Simplemente para hombres y mujeres de casi cualquier edad con experiencia buceando, inquietud y ante todo honestos consigo mismos para saber hasta dónde llegar y poder regresar. Y lo maravilloso es descubrir que nuestros limites van mucho mas allá de lo que a veces nos creemos.

* Atención Instructores, para enseñar Buceo Técnico no es suficiente con llenar una aplicación contando que tienen mucha experiencia, pagar una cuota y mandar dos fotografías. Antes de enseñar, debemos aprender, certificándonos, practicar y dominar el tema, y por último evaluarnos dando el curso en cuestión.

 

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