TEXTO: F.J. Romero Prieto-Puga “URRI”
Instructor de espeleobuceo de la Escuela Española de Espeleología e instructor de espeleobuceo ACUC

BUCEO TECNICO
Engullidos por la piedra
La práctica de la espeleología requiere condiciones específicas
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Rondaban los años setenta, en plena expansión de la espeleología, cuando muchas personas se dedicaban a la exploración del mundo subterráneo, un mundo hasta entonces desconocido para el público, si no fuera por la famosa historia de Julio Verne “Viaje al centro de la tierra”. Estos espeleólogos en su afán de conocer, estudiar y explorar las cuevas y simas de nuestro planeta, se encontraban en muchas de sus incursiones con una barrera infranqueable, que detenía su progresión; el agua. Esta inundaba por completo las grutas y hasta entonces, no se conocían técnicas seguras para poder solventar los problemas que acarreaba este muro líquido. Aunque esporádicamente si se realizaban algunas exploraciones.
Por otro lado, en el exterior, también se avanzaba mucho en el desarrollo de las técnicas y materiales de buceo, que permitían su práctica con notable seguridad.
La aplicación de las técnicas de buceo, para poder resolver las dificultades que los espeleólogos tenían, a la hora de franquear los pasos de las cuevas inundadas, fue lo que dio lugar al nacimiento de esta relativamente nueva y fascinante actividad, el espeleobuceo y a nuestro entender bien llamada “LA ÚLTIMA FRONTERA”.

Una primera aproximación a la definición de espeleobuceo, sería la práctica de inmersiones en cuevas, como su propio nombre indica. Este concepto es tan amplio que nos obliga a realizar diferenciaciones específicas dentro del mismo, pues son muchas las disciplinas que abarca: cuevas del litoral, surgencias (grandes fuentes), sumideros (recogidas de agua), sifones en el interior de simas (cuevas verticales), grandes pozos, etc. También son muy diferentes las situaciones que nos podemos encontrar, dependiendo de factores como la ubicación de las grutas, el entorno donde se hallan, la longitud, profundidad, morfología, etc. El espeleobuceo en sí, es la combinación de complejas y avanzadas técnicas de espeleología y buceo. A priori, es una practica que conlleva un riesgo muy elevado, por las especiales condiciones en las que se desarrolla, ya que además de estar en un medio extremadamente confinado, nos encontramos con ausencia de total luz, aguas muy frías, turbidez, corrientes, etc.
Además tenemos que tener en cuenta otros factores, como nuestra condición física, ya que en determinadas circunstancias, tendremos que progresar por complicadas, angostas y verticales paredes dentro de las cuevas, largos recorridos sumergidos que aletear y transportar material consideradamente pesado y voluminoso. Nuestro equipo es otro factor de extrema importancia, pues todo lo que sea susceptible de avería, o nuestra seguridad dependa de ello, habrá que llevarlo como mínimo por duplicado; linternas, reguladores, botellas, etc. Pero un factor que pasaría desapercibido en principio, es vital: la preparación psicológica. Partiendo de la base de que el agua no es nuestro medio, la presión hidrostática o sea el peso del agua a la que nos vemos sometidos aumenta con la profundidad, ausencia de gravedad (horizonte esférico), los equipos son voluminosos y muy engorrosos, lo que dificulta los movimientos y el avance (no solo por la resistencia hidrodinámica, sino por los posibles enganchones), el entorno es oscuro (dificulta no solo la visión, sino también la comunicación) y la más importante, la presencia de un techo, que no nos permite abandonar la inmersión, sino que tendremos que recorrer todo el camino de vuelta hasta la salida, obligándonos a solucionar cualquier incidente “in situ”.

Debemos hacer una llamada a la precaución a aquellos buceadores que, sin conocimientos específicos previos de espeleobuceo, se meten en cuevas en la realización de sus inmersiones de buceo recreativo. Esta práctica ya ha producido muchos accidentes, fáciles de evitar si el buceador hubiera tenido una formación básica.
Si hace unos años no existía un sistema ni programa de enseñanza de espeleobuceo, hoy no es así. Afortunadamente disponemos de técnicas muy elaboradas a partir de experiencias adquiridas en todo el mundo, por lo que el riesgo está reducido a niveles muy aceptables, siendo esta afirmación aplicable para las personas que realizan un aprendizaje y entrenamiento escalonado y sistemático.
Consideramos imprescindible adquirir estos nuevos y apasionantes conocimientos, a través de cursos debidamente dirigidos y organizados, donde aprenderemos todas las técnicas de progresión en cualquier tipo de sifón. Nos hablarán de corrientes (de entrada y salida), de aguas turbias, de orientación, de cómo solucionar los fallos de equipo, tendido del cordel guía y su etiquetado, de cómo evitar incidentes (enganchones, fallo en la planificación, rotura del cordel...), equipos de iluminación, compensadores de flotabilidad, trajes secos, aleteos y su evolución, planificación de las inmersiones, límite de aire, llegadas a burbujas, etc.
Una vez adquiridos estos conocimientos, no solo podremos desarrollar esta maravillosa y fascinante actividad con seguridad, para disfrutar de las cuevas, sino que estas técnicas, también las podremos utilizar en cualquier otra situación, como puede ser, el buceo en fosas, grandes tuberías, alcantarillados, garajes inundados, minas, pozos, buceo bajo hielo, grandes barcos hundidos, centrales nucleares, etc.

 


 

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