Por motivos de mal tiempo y lluvias torrenciales, tuvimos
que abandonar aquella exploración y aprovechamos para
visitar otras posibilidades. Urgitxi estaba impracticable,
salía agua como chocolate y no se podía bucear.
Pero aquello quedó en el tintero y en cuanto se pudo,
emprendimos su exploración.
De un tiempo a esta parte estamos acostumbrados a ver en televisión
y revistas reportajes de grandes y profundos sifones, con
bonitas imágenes de largas navegaciones subacuáticas
en aguas cristalinas, con buceadores abarrotados de material
y tecnología punta. Urgitxi no es nada de eso; más
bien todo lo contrario. Urgitxi es un sifón poco profundo
y corto, pero no por eso sencillo o carente de peligro. Es
sucio, no se ve la galería ni nada, y tampoco es una
galería recta y definida. El primer sector recto, termina
en una sala aérea, puedes sacar la cabeza y hablar
con el compañero. Además es alta e invita a
mirar para arriba buscando posibles continuidades. Pero no
es por ahí; hay que volver a meter la cabeza y continuar
buceando hacia la derecha. A la sala llega un meandro sumergido
que es por donde hay que continuar. Poco después, vemos
el espejo y se puede salir. No podemos poner pie en el suelo
porque la profundidad es de tres o cuatro metros, pero se
puede avanzar nadando con la cabeza fuera por una galería
de un par de metros de ancha y con un techo que tenemos entre
uno y dos metros sobre nuestras cabezas. Este meandro inundado,
nos lleva a una gran galería perpendicular.
No hemos dejado de nadar, y el suelo sigue estando entre los
tres y cinco metros. Un extremo de esta galería se
cierra en unas amenazadoras dunas de fina arcilla y el otro
extremo se cierra en una pared rocosa. Ha llegado el momento
de volver a sumergirse. En realidad este segundo sifón
no es más que un enorme bloque que cierra el paso de
la galería, pero se ve evidente una cornisa inalcanzable
a unos 10 metros de altura. Una vez superado este segundo
y corto obstáculo subacuático, se empiezan a
ver posibilidades de escaladas para alcanzar galerías
superiores secas que facilitarán la exploración.
Como la indumentaria que llevábamos no era la adecuada
para trepar, si no más bien para bucear, decidimos
atacar el tercer sifón. Este resultó impenetrable,
un tremendo caos de bloques inundado donde no era posible
la progresión.
Ante estas expectativas y con estos datos, el A.D.E.S., en
su afán de exploración, ha localizado una boca
justo por encima de la entrada sifonada y ya no es necesario
bucear para entrar al complejo subterráneo. En estos
momentos el sistema tiene explorados y topografiados alrededor
de 3.500 metros, y la exploración se vuelve a cortar
en un sifón aguas arriba. El sifón de Urgitxi
ya no va a ser más la vía de exploración
del sistema, pero ha sido el gran protagonista de este complejo
subterráneo, ya que sin su exploración, las
grandes galerías de su interior seguirían sumidas
en la oscuridad de lo desconocido. De todas formas, no ha
terminado el trabajo de los espeleobuceadores. En la punta
de la exploración espera un nuevo y desconocido sifón,
¿será corto, largo, profundo, sucio...? No lo
sabemos y es eso, precisamente, lo que nos llama a los exploradores:
¿qué habrá más allá?
|