ENTREVISTA
 
Roberto Rinaldi /Realizador de documentales submarinos

“Debemos empezar a distinguir entre
la gente que bucea y los buceadores”



Romano, de la quinta del 63, desde niño soñaba con viajar a los lugares más lejanos del planeta para explorarlos. Tras sus primeras experiencias en las costas romanas y el en lago de Bracciano, entra en 1981 a formar parte del equipo de enseñanza de la escuela subacuática de Roma, en el cual permanece hasta 1987. Posteriormente, una colaboración con la Micoperi (una empresa italiana de actividades marítimas) le brinda la oportunidad de experimentar la vida a bordo de una plataforma marina. En 1987 también fue instructor de fotografía subacuática para la unidad subacuática de la armada italiana. Un año después participa en varios concursos ganando algunos premios como el Campeonato de Italia de fotografía subacuática. Pero el gran salto lo da en 1988 cuando tuvo la posibilidad de embarcarse como fotógrafo oficial del Calypso con el comandante Cousteau, descubriendo los lugares más inexplorados del océano: Tailandia, Malasia, Java…Pasó unos años haciendo inmersiones fantásticas en lugares inexplorados para la época, incluidos lugares como el Danubio, el Mar Negro, el Mekong, Laos, Camboya y Vietnam. Algunas inmersiones fueron irrepetibles, como la realizada a 5.000 metros de altitud en un lago tibetano, o bajo metro y medio de hielo en el lago Baikal de Siberia, con una temperatura exterior de -50º C. Este fue el último documental de Cousteau antes de su muerte. Entre viajes, Rinaldi continuó colaborando con diversas revistas italianas como Aqua, Airone, Mondo Someros, Playboy, Class, y con algunas extranjeras de alemania, Francia, Australia, Holanda, Escandinavia… Sus fotos han aparecido en dos ocasiones en el National Geographic. Además de otras publicaciones, ha producido guías para Australia y Cuba, ha participado en expediciones a la Patagonia y a la Antártida, en la que ha fotografiado a la peligrosa foca leopardo. Tantos años colaborando en la filmación de documentales en 16 mm le han dado a Rinaldi experiencia también como cámara, participando en diversas filmaciones para la RAI.

¿Usted ha buceado en lugares francamente extremos. ¿Ha sentido miedo alguna vez?
Bucear es algunas veces una aventura. Cada buceador debe estar prevenido de que bucear puede ser, en ocasiones, también arriesgado. El modo de minimizar el peligro en el buceo es estar muy atento a la planificación de todo lo que se pueda. En el buceo para estar seguro debes prevenir el accidente. Pero por muchas razones puede suceder algo que no estaba previsto, que algo vaya mal, o que fotografiando algún animal “peligroso” tenga una reacción inesperada. Cuando algo así sucede, especialmente si estoy a gran profundidad, nunca siento miedo, Nunca me siento asustado. Lo que me pasa es que me vuelvo incluso más frío y me siento más y más concentrado. Me concentro en mi mismo y en el problema que he de resolver. Puedo decir que varias veces he sentido apuro, pero la reacción ha sido la que he explicado antes. Buceando, si quieres sobrevivir, no hay tiempo para tener miedo, ni hay forma de ser irracional o instintivo, Especialmente durante el peligro.

En el lago Baikal, con -50º C fuera, ¿el agua parecería caliente a pesar de estar helada? ¿Hay vida a esas temperaturas?
Esa era exactamente la primera sensación cuando finalmente te decidías a saltar protegido por un grueso traje seco de neopreno. Con una temperatura cercana a los 0º, El lago Baikal ofrece maravillosos escenarios subacuáticos. Aveces es muy rico en peces y otras el fondo está cubierto de un bosque de esponjas verdes. En el lago viven focas que son las únicas víctimas de los cazadores furtivos. Es una joya, y nio hay que olvidar que representa un 20% del agua dulce de todo el planeta

¿Cómo era la vida a bordo del Calypso? ¿Qué fue lo más positivo de convivir con Cousteau y su equipo?
Cómo contestar a una pregunta que pide resumir en unas líneas 15 años de viajes, navegación, exploración…Es muy difícil y la respuesta será totalmente incompleta. Queriendo precisar sólo una “cosa positiva” puedo decir que en el Calypso, y en general en todo el equipo de tierra o en las tripulaciones del Alcyone, la sensación era la de formar parte de una gran aventura en donde todo el mundo estaba lleno de entusiasmo. En el Calypso cada cual estaba en su sitio, haciendo su trabajo, sin necesidad alguna de reglas u órdenes. Cousteau era el espíritu de todo aquello: su gran fortaleza era su entusiasmo y el deseo de compartirlo con la humanidad.

¿Cuándo el Comandante decidía un destino cuáles erna su motivos?
Durante el tiempo que estuve en el Calypso estábamos rodando para una gran serie que se llamaba “El redescubrimiento del mundo”. Así que los dos barcos y el equipo de tierra estaban siguiendo un larguísimo itinerario alrededor del planeta entero. En ese itinerario también la gente de la tripulación podía proponer un nuevo destino. Todo el mundo debía de ser “redescubierto”. Cousteau personalmente estaba muy interesado durante años en mandarnos a China, al lago Baikal y al Mar Caspio. El Alcyone fue el primer barco que entró en ese mar con una bandera que no pertenecía a los paises ribereños.

¿Qué vida hay en un lago tibetano a 5.000 metros? ¿Cómo desplazaron hasta allí sus equipos de buceo?
No se ve mucho en esos lagos. Como pasa en todos los lagos, en los primeros metros tienes algas y después un fondo fangoso. Bucear no era muy duro. Si recuerdo bien el agua estaba alrededor de 4º y fijar las tablas de descompresión no fue difícil. Más difícil fue hacer funcionar el motor de la Zodiac a esa altitud, donde no hay oxígeno. O hacer funcionar el compresor: ¡tardamos un montón en llenar nuestras botellas!

Usted ha experimentado el tránsito de la fotografía clásica a la digital. ¿Ha sido difícil? ¿Cuál prefiere?
No pienso que la fotografía digital sea difícil. Slo que me desagrada por completo. Odio pasar horas frente al ordenador organizando mis imágenes, trabajando en los archivos originales y demás. Odio la idea de que una foto que he hecho pueda ser dramáticamente cambiada. ¿Cómo era el agua? ¿Era azul, o verde o qué? Nunca más lo sabremos con la fotografía digital. Cada vez más podemos descubrir que esa imagen con un arrecife de coral y un banco de peces sobre él es el resultado de dos imágenes superpuestas. Eso puede ser arte, pero nunca más un reportaje, y a mi me gusta hacer reportajes, es decir, enseñar la realidad de un lugar, o un animal o lo que sea. Es más: los editores están ahorrándose el dinero de editar y de separar el color dejando ese trabajo a los fotógrafos. Pero no desean pagar al fotógrafo por ello. Y ese trabajo es tiempo consumido. Además, Photoshop y en general el trabajo en el ordenador ahorra errores a un montón de fotógrafos poco brillantes. Estoy convencido de que el resultado debe obtenerse en el trabajo de campo, no frente al ordenador. Una buena foto nace en el mundo salvaje, no después. Creo que esta actitud modificará a largo plazo el impacto de los reportajes o la toma de fotografías. La misma difrencia que hoy tenemos entre un reportaje o un documental y un film de ficción.

¿Por qué son “peligrosas” las focas leopardo? ¿Fueron un peligro para usted?
Pienso que en aquel momento las focas leopardo eran peligrosas porque nadie antes se había encarado con ellas en el agua. Una vez que nos acostumbramos a ellas, todo fue más fácil. Siendo más racional, está claro que un animal que está en lo alto de la cadena alimenticea es potencialmente peligroso. Es evidente que un animal con semejantes dientes y con 450 Kg. De peso is peligroso. Es evidente también que un mamífereo es más listoq ue un pez, así que la foca leopardo es más peligrosa que un tiburón, potencialmente. Tuvimos algunos problemas con ellas, sí. Estoy seguro que los problemas fueron una cuestión territorial. Al principio de las inmersiones las focas eran siempre juguetonas con nosotros. Entonces, poco a poco, siempre comenzaban a darnos claros signos de agresividad. En mi opinión esto era consecuencia del hecho de que nosotros estábamos en su territorio y tras algún tiempo querían indicarnos quién era el jefe. Ese era el momento de salir, sí, pero aunque reaccionaramos muy rápido, no era lo suficientemente rápido para una foca. Por eso fui malamente golpeado un par de veces. También me di cuenta que todos los ataques eran contra la gran bóveda de mi cámara. Creo que atacaban su propia imagen reflejada en ella. Por la misma razón tuvimos un Zodiac mordido. La foca nos dio avisos claros pero continuamos filmando hasta que mordió los flotadores.

Muchos lugares que eran vírgenes cuando usted los visitó hace años ya no lo son ¿No le da pena?
No es una pena cuando vimos un lugar hace veite años con la gente muerta de hambre y ahora encuentras el mismo lugar con la gente trabajando para los turistas. Es una pena cuando ves lugares como el Mar Rojo donde estamos destruyendo la línea de costa, los arrecifes, donde no estamos pensando en la flotabilidad. Es algo vergonzoso que podría evitarse.

Lleva más de 25 años buceando ¿Qué cambios destaca en el buceo? ¿Y en el medio marino?
Comencé a bucear a mediados de los setenta cuando era un niño. Entonces me sentía el dueño del mar. Podíamos hacer lo que fuera porque nadie estaba en el mar. Era siempre un nuevo descubrimiento, algo siempre nuevo. Era más difícil ya que cada buceador debía saber manejar un barco, navegar, encontrar el punto de inmersión, conocer el entorno…El equipamiento era sólo un traje de 5mm y un regulador, así que debías ser buen nadador y vigilar el consumo de aire. No había BCDs, así que debías medir muy bien los plomos. Los nuevos equipamientos han hecho todo más fácil. Las distintas agencias de formación dan la oportunidad de bucear a todo el mundo. Eso es a la vez bueno y malo. Porque en nuestros días encuentras buceadores que son nadadores horribles, incapaces de navegar o de hacer un nudo, completamente ignorantes de la fisiología humana… Estoy convencido de que debemos cambiar esto. Estoy persuadido de que debemos dejar que los americanos y sus negocios continúen con su camino y ofrecer un punto de vista más “europeo”. Todo el mundo a bucear, estoy de acuerdo. No necesitas ser un nadador para bucear unos minutos a poca profundidad. Pero me parece extraño que un individuo como el que he descrito pueda seguir adelante en el buceo sin mejorar sus recursos básicos. Creo que debemos empezar a separa y distinguir entre la gente que bucea y los buceadores. Creo que eso evitaría gran número de accidentes.

¿Quedan todavía lugares sin explorar en los océanos?
Conocemos más de Marte que de nuestros mares. Durante una expedición que hice con Laurent Ballesta en Nueva Caledonia el pasado febrero, documentamos dos especies que nunca se habían visto antes. Sólo necesitas pasar 20 días buceando todos los días a 80 metros (a penas la altura de un rascacielos) para ver algo desconocido para nosotros.


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