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ENTREVISTA |
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Claire Nouvian /Periodista |
“En los abismos hay claves para entender el origen de la vida” |
IMAGENES: LIBRO TITULADO “THE DEEP”
Periodista y realizadora, Claire Nouvian lleva diez años recorriendo el mundo para rodar series de animales como "Les Chroniques de la jungle perdue" (France 3, 2000) o "Les Nuits sauvages" (France 2, 2002). Su pasión por la fauna submarina y la inmersión le ha llevado a especializarse en este ámbito. Ha escrito el guión de "Océanautes", un documental sobre la conquista de las profundidades (Arte, 2005) y ha realizado un documental científico, "Expédition dans les abysses", sobre el reciclado de los esqueletos de ballena en los grandes fondos marinos (Arte, 2004). Ambas películas le han reportado numerosos premios: "Une nuit sous la mer", Palma de bronce del festival de cine submarino de Antibes en 2003; "Expédition dans les abysses", premio al mejor documental de aventuras del Festival mundial de cine Amazonas de Manaos, Brasil, en 2005; y "Océanautes", primer premio del festival Pariscience, 2005. En octubre de 2005 Claire Nouvian fue la corresponsal de la misión oceanográfica del Instituto Harbor Branch en el golfo del Maine. A bordo del sumergible Johnson Sea-Link-I, realizó para la ocasión una inmersión a 1.000 metros de profundidad. “Fue el momento más fascinante e increíble de mi vida, como si me hubieran ofrecido un viaje a la luna... Después, durante meses, no pensaba en otra cosa. Durante semanas no podía hablar de ello sin llorar. Todavía no lo he superado. Fue tan hermoso e intenso que me cambió para siempre”. Decidida a compartir con el mundo semejante descubrimiento, solicitó la cooperación de los más grandes investigadores internacionales y, en tres años de trabajo, reunió todos los negativos de las fotografías más recientes tomadas por los escasos sumergibles y robots capaces de sumergirse hasta los 6.000 metros de profundidad. De esta exclusiva colección, única en el mundo hasta hoy, seleccionó las imágenes más espectaculares: vampiros de los abismos, pulpos con orejas, monstruos de las profundidades, fósiles vivientes y frágiles criaturas bioluminescentes. El libro se llama “Criaturas Abisales” (The Deep).
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¿Cómo se nace el proyecto Criaturas Abisales?
Todo nació en el acuario de Monterey, en California, en 2001, cuando me di cuenta de lo que vivía en las profundidades marinas y que me era completamente desconocido. Tenía muchas preguntas a propósito de este medio ambiente que es lo más grande del planeta. Cuando uno piensa en volumen y no solamente en superficie; ¡el agua representa 99% de la Tierra y de las criaturas que lo pueblan! Pero mi curiosidad no podía ser satisfecha inmediatamente porque no existían publicaciones destinadas al público. Tenia ganas de saber, de entender todo, de conocer todo. El libro que querría encontrar y que no existía, me vino el deseo de hacerlo, al mismo tiempo que el deseo de compartir mi descubrimiento de esas novedades con el mundo entero. Pero para conseguir la menor idea de que tipo de animales había, como vivían, cuales eran los ecosistemas encontrados en el fondo etc., uno tenia que leer la literatura científica entera y tratar de sacar una imagen global de todos esos artículos muy especializados. Después de más de un año leyendo todo lo que hay escrito sobre los abismos, tenía una idea precisa de los capítulos que debería presentar al público para que tenga una visión fiel de las profundidades. Invité a uno de los mejores oceanógrafos del mundo a formar parte en la aventura. Estaban todos de acuerdo en escribir secciones cortas como les pedí y para que su instituto o universidad aparecieran al lado de otros institutos.
¿Cuál es la criatura de las fosas abismales que más le sorprende?
Las fosas son ecosistemas distintos que se ubican a partir de 6.000 metros y donde la mayor parte de la fauna está compuesta de holoturias (pepinos del mar). Pero en los abismos en general, tal vez los cefalópodos profundos, los que se llaman “los pulpos Dumbo”, con aletas que parecen como orejas, me sorprendieron mucho. No existen en aguas superficiales. Transforman sus formas todo el tiempo. Son sorprendentes, especialmente uno de ellos que se llama el Stauroteuthis syrtensis. Ha transformado sus ventosas, que utilizó cuando vivía en la superficie para pegarse al fondo, en fotóforos que crean luz. Son bioluminescentes porque cuando empezó a vivir a más profundidad, donde hay no luz, entre dos aguas, perdió la necesidad de las ventosas así que las fue transformándolas progresivamente en fotóforos, que lo ayudan a atraer los pequeños animales que come (como los copépodos). Es el único ejemplo viviente que tenemos para estudiar la evolución de la bioluminiscencia porque la mitad de sus ventosas todavía son ventosas, y la otra mitad ya son fotóforos. Fascinante.
¿Fuimos al espacio sin conocer nuestra casa?
Sí, fue el caso en los años 60. Pero es que hasta 1977 realmente pensábamos que no había mucho que ver abajo. Cuando hemos descubierto los oasis hidrotermales y la quimiosíntesis, ha sido como una avenida nueva para el desarrollo de la vida sobre el planeta, y también en el universo. Así que hoy, la búsqueda de vida en el espacio ha sido totalmente renovada por los descubrimientos en los abismos, y casi todas las grandes potencias se han equipado con las herramientas para la conquista de las profundidades.
¿Cómo fue su experiencia de descender hasta 1.000 metros de profundidad?
Fue el momento más impactante, más mágico, de toda mi vida. Por supuesto, me gustaría repetir y me di cuenta enseguida que iba a hacer todo lo posible para que suceda. Lamentablemente, hay muy pocos sumergibles en el mundo porque cuestan mucho y no permiten hacer inmersiones largas, están limitados por la capacidad humana. Al contrario, con un robot, un “remotely-operated vehicle” ROV, usted puede hacer más ciencia, con más investigadores porque se quedan sobre el barco en une habitación de controlo donde puede ver lo que esta haciendo el robot 4.000 metros abajo. Así que las probabilidades de sumergirme otra vez son muy pequeñas. Es un sueño.
¿Habrá más sorpresas allí abajo?
Ciertamente. Cada vez que miramos abajo encontramos algo nuevo, sea nueva especie o fenómeno. El descubrimiento del yacimiento hidrotermal que se llama “Lost City” ¡se realizó en el 2000! Completamente excepcional, nunca visto antes. La primera carcasa de ballena que fue encontrada al fondo ¡se halló en 1987! Hay muchos ejemplos similares a este: las fuentes de metano en 1984, etc. Hay mucho que descubrir. Sólo el 5% del fondo marino ha sido cartografiado en detalle.
¿Cuál es la mayor amenaza para el fondo marino?
Sin duda, el ser humano. Somos la razón de grandes cambios sobre la planeta como el cambio climático, que ya ha empezado a impactar en los fondos. Y por supuesto, la pesca de arrastre, que destruye todo que se ubica al fondo. Francia y España, más que ninguno, son los actores principales de este tipo de pesca. Es horrible pensar que solamente se trata de unos cientos de barcos en el mundo que están destruyendo arrecifes de corales profundos que tardaron más de 8000 años para formarse. También se destruyen los fondos oceánicos. Al principio de la pesca en profundidad, los pescadores perdían muchas redes con los corales. Así que empezaron a usar plataformas que arrasan los fondos. Se trata de corales que necesitan 10.000 años para crecer. Cuando han llegado los científicos allí no hay nada. ¡Unos 300 ó 400 barcos han arrasado una superficie como seis veces Europa! Lo peor es que les estamos pagando por hacerlo. Estos barcos no serían rentables sin subsidios, ni siquiera saldrían del puerto..Es insoportable e inaceptable, así que hay mucha gente que se moviliza para cambiar este hecho. Tenemos esperanza de que unas leyes internacionales vayan a prohibir este modo de pesca. Es importante que la prensa hable de todo esto al público. Sin el poder de la opinión publica, los políticos no cambian nada.
¿Sigue investigando sobre el mismo tema? ¿Habrá una segunda parte del libro?
Si acabo de abrir una exposición en Paris en el Museo de Historia Natural sobre el tema, y estoy preparando una película que tal vez será acompañada de un libro, pero todo eso será en unos años, como 4 o 5. ¡Hay tiempo!
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