¿No crees que todavía
muchos ciudadanos no saben muy bien qué es el Parlamento
Europeo o la Comisión Europea?
Desgraciadamente sí. El problema, sin embargo, es que esta
percepción de distancia, y este desconocimiento, se contrapone
al cada vez mayor peso que esta institución tiene en nuestras
vidas. En este sentido es principalmente una obligación
de quienes trabajamos allí el hacer más visible
nuestra labor. En mi caso procuro hacerlo mediante un blog (http://blocs.mesvilaweb.cat/raulromeva)
que actualizo diariamente y en el que explico qué hacemos,
cuáles son los debates que tenemos, y cuál es mi
postura en ellos. No obstante, es importante también que
los medios expliquen más y mejor qué hacen las instituciones
europeas. El riesgo de no hacerlo, de sumir estas instituciones
en la opacidad y el oscurantismo, es que se apropien de su trabajo
los lobbies económicos y financieros, cosa que algunos
entendemos como muy preocupante. Por ello es necesaria más
transparencia.
¿Cuáles son las prioridades
europeas en materia de conservación del medio marino?
El marco de actuación más importante es la Política
Pesquera Común, a través de la cual se busca que
la presión de la pesca no supere los límites que
pueden soportar las poblaciones de peces. La PPC cuenta con medidas
de conservación, como son los totales admisibles de capturas,
la limitación del esfuerzo pesquero o las medidas técnicas
(normas referidas a las artes de pesca y tallas mínimas
de desembarque), y obliga a registrar y comunicar las capturas
y los desembarques. Asimismo, la PPC cuenta con diversas medidas
para limitar las repercusiones medioambientales de la pesca. Entre
ellas cabe mencionar la protección de las especies no objetivo
– mamíferos marinos, aves y tortugas –, los
juveniles y las poblaciones vulnerables (por ejemplo la estrategia
para prevenir las capturas accesorias y eliminar los descartes),
o la protección de los hábitats vulnerables (por
ejemplo las medidas para eliminar las prácticas pesqueras
destructivas). De momento estas acciones se hacen de forma coordinada
con los Estados miembros (competencias compartidas), sin embargo,
en caso de entrar en vigor el Tratado de Lisboa, la UE tendría
competencia exclusiva sobre la protección de los recursos
biológicos marinos en el marco de la política pesquera
común.
El número de accidentes de buceo
aumenta cada año en nuestras costas. ¿Pasa lo mismo
en el resto de la Unión? ¿Hay algún tipo
de preocupación por este asunto a nivel europeo?
El número de accidentes varía mucho según
los países, también porque el número de practicantes
es muy variable. Sin embargo, aparte del número, lo que
también difiere entre países es la formación
y el nivel de dichos practicantes. En este sentido, lo más
preocupante es la no armonización de criterios en cuanto
a licencias y práctica, algo que se debe regular con objeto
de mejorar tanto la seguridad como el impacto sobre el entorno
y el medio, facilitando así la movilidad intra unión
europea de los y las practicantes del buceo y las actividades
submarinas. Personalmente me sorprende, por ejemplo, que mientras
en algunos países se exige a todo buceador que muestre
su certificado médico, seguro y titulación adecuada
antes de cada inmersión, en muchos otros existe una actitud
mucho más relajada.
¿Crees que los practicantes de apnea,
bien sean pescasubs, fotosubs, o simples deportistas, deberían
recibir algún tipo de preparación y certificación
como ocurre con los practicantes de buceo autónomo?
En muchos países europeos ya existe esta exigencia, pero
el problema es que no hay una armonización a escala europea
al respecto. Por otro lado, mientras en el caso del buceo autónomo
se exige haber superado un curso tanto práctico como teórico
bastante extenso y completo, y que además limita también
aquello que se puede hacer en función de la experiencia
y de la titulación, no es este el caso para las actividades
en apnea, como el pescasub, que sólo requiere de una licencia
administrativa para su práctica que incluso se puede adquirir
vía cajero automático. Desde mi punto de vista sería
muy importante incrementar las exigencias de formación
y práctica para este tipo de actividades, puesto que en
muchas ocasiones no es necesariamente la mala fe lo que puede
provocar accidentes y prácticas incorrectas, sino simplemente
la poca formación. En este sentido la administración
tiene que asumir una mayor responsabilidad.
Existe una polémica a cerca del impacto
del buceo recreativo en las reservas, que está replanteando
la posibilidad de prohibirlo o restringirlo mucho. ¿Qué
opinas al respecto?
Las reservas son, por definición, espacios donde se persigue
que las especies que viven allí puedan regenerarse. Es
cierto que hay diferentes modalidades y cada una de ellas tiene
sus normas con relación a la actividad pesquera. Sin embargo,
a menudo me parece un contrasentido que se prohíba la práctica
del submarinismo, por su posible impacto (que no niego) y sin
embargo se permita la pesca, ya sea de superficie o submarina.
Ello muestra que en ocasiones no tenemos claro qué son,
y para qué sirven estas reservas. Al fin y al cabo es en
interés de todos los sectores que viven del mar que existan
reservas y se respeten.
Otro tema polémico es el hundimiento
de buques para la creación de arrecifes artificiales. ¿Existe
algún tipo de debate en las instituciones europeas sobre
este tema? ¿Cuál es tu opinión?
De entrada no soy muy partidario, a no ser que exista un exhaustivo
estudio sobre el impacto que dicha acción puede comportar.
Por lo demás, muchas veces dicho impacto no es tan importante
en términos de ecosistema, pero sí puede serlo en
términos de masificación. Es muy importante mantener
el equilibrio en cuanto a número de practicantes. Es triste
ver como, en ocasiones, zonas que son reconocidas por su belleza
y por la calidad de sus fondos, al atraer un número desmesurado
e incontrolado de visitantes, se estropeen y acaben perdiendo
su atractivo. Ello no conviene ni al entorno marino, por descontado,
pero tampoco al sector turístico recreativo que vive de
él, ya que pierde su valor añadido.
¿Qué siente un político
cuando se sumerge en el increíble reino de las profundidades?
Como cualquier otra persona, una indescriptible sensación
de belleza, libertad y armonía con la naturaleza. Personalmente
ya me sumergía mucho antes de ejercer de representante
político, y seguiré haciéndolo cuando cambie
de actividad. Soy un ferviente convencido de la máxima
de Cousteau: “Cuanto más se conoce algo, más
se ama, y más ganas y voluntad política existe para
defenderlo y protegerlo”. Pienso que seguimos estando aún
muy lejos de un compromiso firme y sostenible con los recursos
y fondos marinos, quizás precisamente por el gran desconocimiento
que aún existe sobre ellos, aunque éste sea cada
vez mayor. Si pudiera viviría bajo el agua, pero como no
puedo, me limito a contribuir, en la medida de mis posibilidades,
a difundir el amor y respeto por los mares y océanos desde
dónde pueda influir. Hoy, este lugar es el Parlamento Europeo,
mañana, quién sabe.