ENTREVISTA
 
Carlos León/Arqueólogo

““La arqueología submarina no existe””

Carlos León Amores es licenciado en Prehistoria y Arqueología por la Universidad Autónoma de Madrid. Buceador profesional, ha trabajado como arqueólogo del Museo Nacional de Arqueología Marítima y Centro Nacional de Investigaciones Arqueológicas Submarinas de Cartagena (de 1989 a 1993). Combina la actividad docente y divulgativa (artículos de investigación, libros y conferencias) con su participación en prospecciones arqueológicas y la dirección de diversos proyectos museográficos. Recientemente ha presentado su libro "Buceando en el pasado", una completa descripción de los naufragios más importantes de la historia, desde los barcos de la Edad de Bronce hundidos en el Mediterráneo hasta los grandes galeones españoles de la Flota de Azogues del siglo XVIII. Crítico con el trabajo de los buscadores de tesoros, el autor denuncia el expolio sufrido por gran parte de naufragios antiguos ante una legislación fácil de sortear.



¿Qué lugar ocupa la arqueología subacuática dentro de la arqueología, se la considera una actividad “menor”?
La arqueología submarina no existe, existe la arqueología, ya sea bajo el agua, en una cueva o en un entorno urbano. En realidad lo que cambian son las técnicas concretas para adaptar la metodología arqueológica empleada en tierra al fondo submarino.

¿Cómo es que se decanta por la arqueología marítima?
Yo comienzo la especialidad de arqueología en la Universidad Autónoma de Madrid cuando ya llevaba tres años buceando, y descubro que puedo unir estas dos pasiones, la arqueología y el submarinismo. Además soy loco de los barcos y de la historia del comercio marítimo.

¿Qué papel desempeña la arqueología española submarina en el panorama internacional?
España está consiguiendo tener un papel importante en este campo gracias a la actividad del Ministerio de Cultura a través de la Subdirección General de Protección del Patrimonio Histórico, a la actividad del Centro Nacional de Investigaciones Arqueológicas Submarinas y gracias a algunos hallazgos concretos como son las dos naves de época fenicia halladas en Mazarrón,
A raíz de ciertas actuaciones de buscatesoros parece que ha habido una reacción en la protección de nuestro patrimonio ¿Es suficiente?
Desde luego que no es suficiente, pero este hecho ha generado una conciencia social y política que hasta ahora no existía. Todo lo que pase en el medio marino a nivel natural es muy sensibilizador, pero a nivel cultural no lo ha sido nunca.

¿Necesita la arqueología marítima más divulgación entre el gran público?
Desde luego, los arqueólogos y las administraciones responsables de la cultura debemos tratar de llegar siempre al gran público y devolver a la sociedad las conclusiones de nuestras investigaciones y nuestras exploraciones.

¿Cómo cree que acabará todo el asunto de la fragata Nuestra Señora de las Mercedes?
Bueno, el tema está ahora en manos de los abogados y creo que estamos avanzando para que Odissey devuelva el material arqueológico que se llevó y que de las coordenadas del hallazgo.

¿No deberían juzgarse estos casos por tribunales internacionales neutrales auspiciados por la ONU?
Desde luego, dada la importancia del delito cometido contra el patrimonio histórico.

¿Servirá de algo la Convención sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático de la UNESCO?
Es un marco general que da las claves para una forma de hacer arqueología bajo el mar y de proteger el patrimonio cultural sumergido. Ahora los países tienen que cumplir y garantizar la protección, el estudio y la divulgación de este patrimonio.

¿Hay algún modo de conjugar los intereses privados de las compañías cazatesoros y los de la arqueología marítima?
¿Me harías esa pregunta si estuviéramos hablando de arqueología de tierra?

¿Qué ocurre cuando un buceador encuentra lo que puede ser un yacimiento arqueológico? ¿Qué debería hacerse en este caso?
Posicionarlo con la mayor precisión y dar los datos del hallazgo casual a la autoridad de cultura competente en cada autonomía. Nunca sacar objetos pensando que, si no, se lo llevará el siguiente. Un yacimiento arqueológico submarino es el escenario de un accidente. Los expertos son los que deben hacer el atestado.

¿Dónde se encuentran mejor los resto arqueológicos marítimos, en el fondo del mar o en un museo?
Depende, hay restos que están bien bajo el agua, han estado siglos conservados allí y pueden estar otros tantos. En los museos hay poco espacio y pocos medios para tratar la recuperación de barcos enteros. Hoy por hoy se pueden estudiar de forma muy detallada los naufragios sin necesidad de extraerlos.

¿Exactamente qué información nos puede aportar un pecio?
Un barco hundido es el accidente de un vehículo de transporte; del que podemos saber la carga, los puertos de origen, el destino, los tripulantes, el tipo de barco, la forma de vida, las costumbres, etc... Información imprescindible para reconstruir nuestra historia.

¿Y qué información nos puede adelantar usted de su libro?
Mi libro es un recorrido por los naufragios más conocidos de la historia desde la Edad del Bronce hasta el siglo XVIII: Está pensado para que cualquier aficionado al tema naval o marítimo lo encuentre interesante. No son las monografías arqueológicas sino más bien un paseo por los naufragios y por la historia de su recuperación.

¿Cuáles son los proyectos arqueológicos subacuáticos más ambiciosos en estos momentos?
Por mi parte estoy trabajando en el inventario de barcos españoles hundidos en aguas americanas entre los siglos XV y XVIII, comenzando por Centroamérica y continuando por el resto hasta el Cono Sur. Esta será una herramienta fundamental, como estudio de archivo, para comenzar a trabajar en la colaboración con los distintos países para poder localizar, estudiar y proteger este patrimonio.

 
Copyright (c) 2001 BUCEO XXI - S.G.I. Asociados - Todos los derechos reservados