ENTREVISTA
FOTOS: Archivo Fotográfico TRITON
Miguel Ángel Castro / Espeleobuceador
"Este es un deporte duro en el que la competitividad está excluida"


Miguel Ángel Castro Garrués nació en Estella en 1964. A los 12 años de edad empezó a escalar y pocos años después también practicaba espeleología. Con 21 años, y a resultas de un accidente de escalada en hielo, decidió hacer un curso de escafandra autónoma. A los pocos meses ya hacía inmersiones en cuevas. En 1987, junto con otros compañeros, funda la Agrupación Deportiva Tritón, orientada al desarrollo del entonces incipiente Buceo Técnico. Realizaron numerosas inmersiones en importantes manantiales y sifones, rescates, así como, posiblemente, la primera inmersión bajo el hielo realizada en España. Pasados unos años de menor actividad, retoma el espeleobuceo en 1998 continuando con las exploraciones que por falta de experiencia y material se habían dejado paralizadas. En 2002, se refunda Tritón como Grupo de Espeleobuceo adscrito a la Federación Navarra de Espeleología, participando en numerosas campañas de exploración en Navarra, Guipúzcoa y Burgos. Entre 2002 y 2003 participa como buzo de seguridad y fotosub en las dos inmersiones en cuevas más profundas realizadas en España: Fuente Azul y Cueva de la Mora. En 2002 participa en la fundación de Buex, sociedad que preside durante un año y abandona finalmente por discrepancias de “estilo”. En 2003 y después de algunos sustos debidos a la profundidad excesiva, comienza a bucear con helio para realizar exploraciones profundas en cuevas de Burgos y Navarra.
 


A todos nos ha atraído en alguna ocasión la aventura, pero ¿cuál es el secreto para perseverar en una afición como la tuya?
Es esencial que tu pareja comprenda y comparta el espíritu de aventura que nos motiva a todos los que practicamos este tipo de actividades. Dentro del refranero montañero hay un dicho : “recio que se casa, cuerda que se pudre”, que expresa con claridad el principal motivo por el que se dejan de practicar estas actividades. Para mi fortuna, mi mujer conserva esa chispa de aventura que nos hizo empezar a compartir la vida. Por otra parte, creo que hay un cierto componente genético en la familia que compartimos tres hermanos, posiblemente heredado de unos abuelos lo suficientemente “irresponsables” como para habernos apoyado en la práctica de unas actividades que hace no muchos años eran consideradas absolutamente suicidas, componente que espero haber transmitido a mis hijos.

La mayoría de la gente no entiende qué hay de interesante en meterse en un oscuro agujero, y mucho menos si está inundado...
Una vez que metes una buena iluminación en una cueva, sumergida o no, y los espeleobuzos sabemos de ello, los agujeros dejan de ser tan oscuros, convirtiéndose en muchas ocasiones en lugares extremadamente bellos. La agradable sensación de moverse en el espacio en tres dimensiones, olvidada después de las primeras inmersiones en el mar, sigue presente en las cuevas al tener referencia visual con las paredes. Pero, sobre todo, es especialmente grata la satisfacción que produce encontrarse en un lugar reservado a muy pocos, la posibilidad de practicar posiblemente el único deporte de aventura que todavía no se ha masificado y de explorar, al lado de casa, lugares que nunca han siso vistos por el hombre.

Vuestra actividad resulta muy útil para las distintas administraciones: ¿Son las sinergias suficientemente satisfactorias?
La exploración de las cavidades y los niveles freáticos resultan muy importantes de cara a evaluar el potencial de los acuíferos y su aprovechamiento. Desde el inicio de Tritón, hemos contado con el apoyo del Departamento de Obras Públicas del Gobierno de Navarra, que ha subvencionado parcialmente algunas de las exploraciones que hemos realizado. Colaboramos activamente con el grupo Edelweis de Burgos, posiblemente el club de espeleología más potente de España, que ya ha visto cómo alguno de sus trabajos han servido para abastecer a poblaciones con carencia de agua potable.

¿Hay distintas sensibilidades o “estilos” dentro de la actividad?
El espeleobuceo es un deporte duro, con un componente de investigación y exploración importante, en el cual la competitividad está excluida, o al menos así lo entendemos la mayor parte de los practicantes europeos. Recientemente ha llegado a Europa desde Estados Unidos, una filosofía de buceo que en determinados aspectos podría considerarse sectaria, y que es fruto del espíritu tan competitivo que a menudo percibimos en los ciudadanos de aquel país. Ese sistema simplemente no cuaja entre los que entendemos el espeleobuceo a la europea, y ni siquiera su técnica se adapta al tipo de cuevas e inmersiones más comunes en nuestro continente. Por otra parte existe el espeleoturista, no motivado por la exploración y las penalidades que conlleva, sino tan sólo por el aspecto exclusivamente lúdico de la inmersión en cavidades. Desgraciadamente, resulta complicado encontrar el relevo generacional en la categoría de exploradores, aunque no desistimos de ello.

Sustos, riesgos, locuras... ¿has dicho alguna vez ¡una y no más, Santo Tomás!?
No hace muchos meses, explorando un sifón en Burgos, experimenté la muy desagradable sensación de constatar que no podía regresar atravesando un estrecho laminador que habíamos superado al entrar. Afortunadamente, dimos con otra galería que nos condujo a la salida, pero de no haber existido, la situación podría haberse puesto muy fea. En otra ocasión, y a causa de la narcosis, me encontré en una cueva a casi 400 metros de la entrada y 60 de profundidad, junto con un compañero que tenía un regulador inutilizado, con el tercio de aire superado y cerca de 45 minutos de descompresión pendientes. Y lo más grave fue que ello no me parecía muy preocupante. Estas dos inmersiones gloriosas me han hecho reflexionar bastante, y sacar conclusiones que he procurado aplicar después.

¿Cómo ha evolucionado el Buceo Técnico desde los ochenta hasta hoy?
Posiblemente la principal evolución se haya debido a la popularización de las mezclas ricas en oxígeno y en helio. Hasta hace muy poco, la utilización de este gas quedaba reservada a los militares y profesionales, y dentro de estos sólo a empresas más avanzadas técnicamente. Hoy en día, casi cualquier aficionado con interés y preparación puede bucear con seguridad a cotas de profundidad impensables hace unos años.

Comparados con el extranjero ¿cómo está nuestro nivel?

Las diferencias son todavía patentes. Sin ir más lejos, las dos surgencias más profundas exploradas por nuestros vecinos franceses llegan a -315 y -208 m. de profundidad, con 21 cavidades que superan los 100 m. En España sólo tres cavidades alcanzan o superan esta cota de -100m.
De cualquier modo, la progresión en nuestro país durante los últimos cinco años ha sido muy importante, y buena parte de las barreras psicológicas y miedos han caído. Además, varios de los grupos de espeleobuceo que esparcidos por nuestra geografía trabajábamos de forma autónoma, hemos comenzado a apoyarnos mutuamente y los resultados empiezan a verse.
La relación con espeleobuzos franceses y británicos también empieza a dar sus frutos, y la lista de espeleobuceo está sirviendo como medio de comunicación fomentando la cooperación y apoyando a los que están empezando.

¿Por qué en el mundo del buceo técnico se utiliza tanto la expresión “caja de madera”?
Quizás forma sólo parte de la leyenda negra de este deporte, motivada por las numerosas muertes aparentemente estúpidas que hubo en los primeros años de esta actividad. Con sensatez, un buen entrenamiento, material, y especialmente siendo consciente de cuáles son tus límites, no hay razón para que te suban la prima del seguro de accidentes.

Intenta diferenciar a un buceador deportivo de un buceador técnico.
En primer lugar quiero indicar que la expresión “buceo técnico” no me gusta. Sinceramente me suena a reclamo de marketing importado de EEUU. Frente a ella prefiero utilizar las expresiones buzo recreativo vs. buzo deportivo, entendiendo por recreativo aquel que busca en la inmersión disfrutar sin complicarse la vida y por deportivo aquel que planifica sus inmersiones con independencia del gas, el entorno o la profundidad que alcance, y que pretende progresar e ir superando sus límites. Un tipo suicida buceando con aire a 70 m de profundidad en una cueva, idiotizado por su ordenador, puede ser mucho más recreativo que uno que bucea a 40 m en el mar controlando perfectamente todos los parámetros de su inmersión.

¿Qué recomendaciones darías a un buceador deportivo que quiere adentrarse en el buceo técnico?
Pienso que no merece la pena quemar etapas, ni lucir titulaciones para presumir. Es preciso ir poco a poco, y no dar el salto hasta sentirse realmente cómodo y motivado a hacerlo.
No hay que plantearse llegar a ser buzo técnico como un fin, sino como un medio para bajar más profundo con seguridad o poder explorar determinada cavidad. Si esa motivación no existe, es absurdo complicarse la vida. Si finalmente ves que “te va el rollo”, llega el momento de recibir un curso o integrarse en un grupo que te quiera enseñar. Los cursos tienen la ventaja de que pueden facilitar la relación con personas que compartan tus inquietudes y de ese modo formar un grupo que permita seguir practicando ese tipo de inmersiones.

¿Qué tipo de información debe tenerse antes de adentrarse en una cueva?
Como requisito imprescindible, tener muy claras tres reglas elementales que son:
-Seguir siempre un hilo guía que nos conduzca hasta aguas abiertas.
-Disponer de un suministro de aire doble e independiente, y no emplear en ningún caso más de la tercera parte de nuestro gas en el avance, reservando al menos dos terceras partes del mismo para salir.
-Llevar al menos tres fuentes de luz.
Siguiendo escrupulosamente estas tres reglas, y partiendo de una buena habilidad en aguas abiertas, se puede comenzar a hacer alguna inmersión en cueva, aunque sigue habiendo muchos factores subjetivos y objetivos que podrían comprometer seriamente nuestra inmersión.

Tus conocimientos han sido autodidactas o han sido a través de distintos sistemas de enseñanza?
Básicamente he sido autodidacta, en buena medida debido a que cuando empecé a practicar el espeleobuceo no existía posibilidad alguna de recibir formación académica. Supongo que por eso mismo, posteriormente hemos apadrinado desde Tritón a muchas personas que se han acercado a nosotros con mucha ilusión pero con carencias de formación y medios.
De cualquier modo, hoy en día existen numerosas agencias de formación en espeleobuceo que permiten iniciarse con seguridad y seriedad. Dentro de ellas, recomendaría sin duda TDI.


 

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