ENTREVISTA
Enrique Dauner. Intrépido viajero, experto en técnica fotográfica aérea y subacuática y, biólogo
 
¿Cómo empezaste en el mundo acuático?
Mi punto de arranque es el lago de Bañolas. Cada año pasaba temporadas en él con mis abuelos. A partir de ahí empiezan los acuarios, es más, con sólo nueve años ya tenía peceras en casa. Al acabar Biología seguí un curso sobre reptiles venenosos en la Universidad Autónoma de Méjico. Vivía en casa de mis primos, era el año 76, y ellos pasaban las Navidades en una casa que tienen en Acapulco. Yo llevaba una Nikonos 3, la primera que había llegado a España y que entré yo de estranquis. Como siempre me habían apasionado los anfibios la compré para no mojar mi Pentax. Y mis primos al verla pensaron: “tiene una Nikonos , es decir Buceo”. Total que un día me dicen: “Oye Enrique, vamos a ir a bucear”. ¡Y yo qué no había buceado en mi vida, había leído mucho sobre buceo pero...! Total que sí, me pongo la Nikonos al cuello y para adentro. Bien, hacemos la inmersión y ningún problema. La verdad, no creo que haya mucha gente que tenga fotos de su primera inmersión hechas por él mismo. Mis primos al enterarse después de que nunca antes había buceado cogieron un enfado de narices.

Aquella misma tarde me apuntaron a un cursillo de Padi de dos días con un instructor que se llamaba “Perro Largo”. Y bueno, como un mes después fui a Yucatán, a Isla Mujeres, donde conocí a Ramón Bravo. Seguí buceando un poco y al volver a Barcelona pensé en hacer un cursillo en serio. Un amigo mío me dio la referencia del Club Submarinista Barcelona en San Andrés”.

¿Cómo empieza tu relación profesional con la fotografía submarina?.
En los años setenta se practicaba fotografía submarina pero había bastante poca información y aparatos más bien raros. En España, concretamente, se encontraban muy pocas fuentes. Yo empecé a dar la lata a los que hacía tiempo que la practicaban: a Admella, a Hugo y Paco en Madrid; en Barcelona a Paco Fraile y a Daniel Escrig, que llevaban algunos años más. Y pronto vi que aquello se acababa ahí y entonces empecé a zapatear ferias, leer revistas, libros, acumulando información y cuando había algo que no encontraba lo construía.

¿Y cómo empezaste a comercializar tus fotografías?

Pues curiosamente con unas fotografías que hice en un viaje al Mar Rojo, en el año 79. Tomaba fotos submarinas sobre las especies que me interesaban para mí, sobre todo las que conocía por los acuarios. Empecé a ver revistas y pensé que estaban mejor de las que hacía la mayoría de la gente. Me enteré que la Federación convocaba un concurso de fotografía submarina en el Salón Náutico y pensé que aunque no hubiera hecho ningún curso de fotografía submarina para lo que hacían los otros, yo también podía participar. Y, gané el segundo y el tercer premio. Pero bueno, el caso es que fue así. Ya tenía relación con revistas de acuarios, con “Vida Acuática”, que por esas fechas la compraba, y publicaba también en otras revistas de Alemania. En España aún no habían revistas de buceo. Al final de los años setenta empezó a salir “Vida Submarina”, que editaba “Yate y Moto náutica”, y también ahí empecé a publicar.

Ahora estoy perfeccionando el lenguaje de las sepias, en el que ya empiezo a aclarar bastantes símbolos, por cierto es muy curioso. Estos días, en Gran Canaria, domestiqué una sepia. Fui a bucear al mismo sitito tres veces y la sepia nadaba a mi lado. Salía de la arena y se me ponía así - con los dedos simula el movimiento de las antenas de una sepia alzada- y yo le contestaba imitando el mismo movimiento con mis manos. Con lo que cambiaba de color y se quedaba a mi lado.

Es aquello de “oye ¿tú no bajas a hacer fotos espectaculares?”. “ ¡No, yo bajo para charlar con una sepia!”.
Por otro lado estoy trabajando mucho en blanco y negro, porque me gustan los contrastes y así puedo prescindir de la luz artificial. Estoy usando películas ya prerparadas. Cuando estuvimos en el Artico llevábamos Kodak crhome 1000, que no existe. La preparó Kodak sólo para ese viaje: 10.000 rollos. Los agotamos en un mes. Tuvimos que llevarlos en varias maletas metálicas enormes sólo con los carretes, para que ocupasen menos espacio. Era para National Geographic y ellos pagaban, ¡o no pagaban!. Eso no lo sé. Sí te diré que a veces utilizo películas un poco raras y revelados aún más inusuales.

El hecho de ser biólogo, ¿no crees que te da una visión diferente respecto a los que no saben cómo funcionan el medio marino?
Es lo de menos. Yo conozco mucho biólogo que no tiene ni idea de lo que hay en el agua. Creo que hay que tener una sensibilidad por el medio en que estás, seas psicólogo, psicoterapeuta...Yo, por ejemplo, no soy biólogo marino, mi especialidad son los reptiles y anfibios. Claro que se un montón de cosas, llevo con acuarios casi cuarenta años, mirando peces, estudiándolos. He publicado más de doscientos artículos sobre ellos, he criado más de cien especies en casa.



¿Tu eres capaz de bajar sin la cámara?
Sí, lo que pasa es que nunca lo hago. Podría lograrlo, ¡pero aquel día seguro que estaban las mantas apareándose!.

¿Qué le está pasando al mar, crees que tiene futuro ante tanta explotación de sus recursos, pesca intensiva?
El mar sobrevivirá, por supuesto, lo que me gustaría saber es qué resortes tendrá. Probablemente tendrá algún mecanismo oculto a nosotros. Porque la naturaleza tiene todas las de ganar, en todo, creo yo. Tú puedes decir: sí pero es que ahora se está contaminando, sí pero pueden venir cuatro erupciones volcánicas y ....

Nosotros nos extinguiremos antes que la tierra.
Exacto, en la historia de la vida de este planeta ha habido muchísimos ciclos. Existen muchos fenómenos tanto medioambientales, como marinos, que no sabemos exactamente cuál es su duración. Fíjate en lo que pasaba con las estrellas de mar en la barrera de Australia, con la corona de espinas. Primero había una invasión y empezaron a liquidarlas, y resultó que cuantas más aniquilaban más habían. Y ahora trasciende que probablemente aquellas estrellas formaban parte de un ciclo biológico que arrastra parte del coral viejo para que salga el nuevo, como una poda. Claro, cuánto tiempo hace que estudiamos de cerca un arrecife coralino, ¿70 años?. Es como mirar una estrella desde un pulsar, pero a ver cuándo es cada pulsación. Pues en el mar es lo mismo: tenemos pulsaciones, pero cada cuándo.


Y cambiando de tema ¿crees que hay corrientes, escuelas ?

Sí que las hay. Me gusta bastante la alemana, es bastante depurada. En el tema de la fotografía submarina también hay claves. En España ya abemos quién son. Pero dado que la fotografía submarina es una actividad que nació en Catalunya, es normal que sea elitista.

¿ Quién fue el primero?
Louis Boutan, de Banyuls Surmer, Rosellón, Catalunya Nord. La fotografía submarina nació en Catalunya.

¿Crees que el nivel fronteras adentro o afuera, es diferente?
Estamos bien. Aquí hubo mucho tiempo en que no se encontraban materiales. Me acuerdo cuando empecé a importar las cajas estancas de sealux , Subtronic, que luego continuó Miguel. Creo que ahora no hay materiales que no puedas tener. A mi lo que más me divierte, pero de verdad, es pensar en aplicaciones nuevas, hacer la foto que todavía no se ha hecho, a lo mejor porque no se ha inventado la forma de hacerla. Plantearme entonces qué haría falta usar y llegar a eso.

Es el proceso al revés, pensar qué vas a hacer primero para hacer la foto luego. Por ejemplo iluminar un barco de cara a cuarenta y cinco metros. Con un simpático...o dejar la cámara colgada y con el flash ir iluminando.
O con un montón de flashes de bombillas de colores o de lo que sea...O fotografiar con luz de fibra óptica fotografías de plancton. ¡De todo se puede hacer!, ¿no?. El problema es que quizás se ha vulgarizado la fotografía submarina demasiado deprisa y han surgido una especie de gurús que no tienen idea de nada, ni de estética, ni de nada. Porque les hablas de colores complementarios y vuelan. Ves gente que no tienen ni idea de fotografía y se creen que las cámaras lo hacen todo. Además de un problema de comercialización, que desde mi punto de vista es un gran error, las mal llamadas cámaras de iniciación. Son cámaras para frustración.

¿Crees que en general se entiende más la fotografía subacuática como un arte o como un deporte?
Yo creo que más como un deporte y además el problema que les pasa a muchos es que a lo mejor saben fotografiar pero no saben ver. Me he encontrado en inmersiones en el Hierro por ejemplo, con gente que no ha visto nada, cuando en la misma inmersión se han podido ver morenas con sus crías, todo tipo de estrellas, y se han hecho unas fotos alucinantes. Aquí quizás sí que los conocimientos de biología que decías sean importantes, pero también lo son algunos conocimientos de lógica.

¿Crees que está reconocida la fotografía submarina por parte de los organismos que como disciplina artística deberían impulsarla?. Fuera del circuito de buceo se realizan pocas exposiciones.
Sí, pero si los fotógrafos se consideraran a sí mismos artistas eso no se produciría. Si hubiese cincuenta personas pintando se encargarían ellos mismos de hablar con las galerías, y de enseñar sus obras.

Hemos hablado poco de tus numerosas expediciones, y además has estado trabajando en proyectos de investigación ¿verdad?
Sí estuve en el Ártico canadiense en un proyecto de investigación de cinco años, pasé ahí tres meses buscando el barco español más antiguo de los que se habían localizado hasta el momento, un barco ballenero vasco. Era un trabajo para National Geographic, y además salí yo en la portada. Lo más curioso es que cuando se lo dije a mi madre, me preguntó qué había hecho. Claro, normalmente si sales en la portada de esta revista es que eres un papua, bosquimano....o un puma. Luego expediciones hemos hecho más, de otros ámbitos distintos. Una expedición que me hizo mucha ilusión, y que no tiene nada que ver con el agua, fue al Sudán Central en busca de restos de la cultura de Napata, el Reino de Kush, todos los reinos faraónicos y prefaraónicos de Nubia. Ya había ido al Sudán varias veces y había visto posibilidades de que allí hubiera restos importantes. No había ninguna expedición española, ni europea, ni de ningún lado. Y un día estando por Barcelona, no se por qué, vi un anuncio del Museo de Arte Egipcio del Jordi Clos y se me ocurrió ir a hablar con él. Me comentó que no habían estado en el Sudán, que era imposible conseguir permisos. Fui al Sudán, hablé con el Presidente y volví con el permiso. Se montó la expedición y se encontraron emplazamientos nuevos, se desenterraron pirámides y se realizaron varios reportajes con fotos mías que se publicaron en revistas de arqueología. Además dio lugar al último libro que se publicó de exploración arqueológica científica en el Sudán. Yo sólo había pedido que si hacía la expedición las fotos fueran mías.

¿Y África?
África es como el Hierro; cuando pones el pie pro primera vez en él o tienes ganas de salir pitando o dices, “me quedo”. Y África me entusiasma, es la sencillez de la gente, la brutalidad misma si quieres. Las experiencias que pasas, el todo vale, es una cura de humildad impresionante. Es el placer de la naturaleza en su estado más salvaje y más puro, con lo bueno y con lo malo. Con lo bueno: gozar del paisaje y la sencillez de la gente y la falta de malicia digamos. Cuidado, puede llevar asociada una crueldad inmensa, pero que no va con malicia, no es agresividad. Lástima que los europeos hubiesen llegado ahí, lástima que se haya maltrecho tanto. Es el problema de la buena fe del negro: los han esclavizado los europeos, antes los habían sometido los árabes, los chinos, se han esclavizado entre ellos. Sólo tienes que leer a Wilbur Smith....Pero para mí África es el placer, el continente al que tengo cariño.

 


 
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