¿Cómo
comenzó su relación con el buceo?
En aquella época había que trabajar si querías
comer, y en el puerto de Valencia había muchos barcos
hundidos y había mucho trabajo, me metí de aprendiz
en una empresa de buceadores profesionales, y con 17 años
ya comencé a realizar trabajos profesionales.
¿Cuál fue su
función en la academia americana?
El objetivo principal era aprender y obtener la máxima
información para traer a la Armada Española,
tanto en materiales de buceo como en las formas de realizar
trabajos subacuáticos. Realicé un curso llamado
Gran Profundidad en el cual aprendimos a fabricar mezclas
y realizábamos inmersiones de hasta 120 mts. También
nos hacían realizar diferentes trabajos con aire a
90 mts de profundidad que era el límite permitido.
Pero lo más duro eran los ejercicios en guas completamente
heladas y sin guantes: nos preparaban para sufrir.
¿Ha
realizado trabajos subacuáticos profesionales fuera
de la armada?
Muchos, en una ocasión llegue a sacar 2000 toneladas
de chatarra utilizando un soplete que lo fabriqué yo
mismo ya que el buque se encontraba en un puerto y no se podía
utilizar dinamita. El salvamento de buques era de los trabajos
que más realizaba.
¿Cuándo era
profesor de la armada que condiciones tenía que tener
un futuro alumno para ser buzo?
Lo más importante era que pudiesen aguantar puesto
todo el equipo y realizar desplazamientos con él, ya
que la escafandra pesaba 18 kilos, las botas pesaban 4 kilos
cada una y además llevábamos plomos. De todos
modos los que no tenían opciones eran los chicos altos,
ya que no contábamos con equipos para esas medidas.
¿En los salvamentos
de buques estipulabais el tiempo máximo de fondo?
Por supuesto. En una ocasión para sacar un submarino
del puerto de Gijón, llegue a estar más de una
hora a 32 metros de profundidad, me metí en por una
escotilla para cerrar una de las compuertas del submarino
para que no saliese el aire y en el momento que iba a salir
la inclinación que tenía en el fondo el submarino
y el gran peso del equipo de buceo no me permitía salir
de la escotilla.
¿Recuerda
situaciones complicadas?
En cuatro ocasiones he estado en peligro mortal. En una ocasión
tuve que sacar un barco hundido que estaba a 30 metros de
profundidad, tuvimos que cerrar con planchas las bodegas y
deje una de las entradas sin colocar porque tenía que
entrar al interior del buque. Cuando me disponía a
salir el cable que sujetaba el barco se partió por
culpa de una galerna que entró, en ese mismo momento
el barco tuvo un movimiento brusco y un cabo de popa que sujetaba
el barco me aprisiono contra el casco del barco, impidiéndome
respirar y moverme, pensé que era el fin pero mi compañero
se dio cuenta a tiempo y me salvo la vida.
¿Qué le parece
el buceo deportivo de hoy?
Creo que está en un momento muy bueno pero que mucha
gente no le tiene el respeto que le tiene que tener. Hay quién
bucea cuando no debe, no bucean en parejas, se meten en cuevas
sin preparación. Estas son algunas de las cuestiones
que se tienen que cuidar para que el buceo siga teniendo la
misma proyección que tiene hasta ahora.
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