ENTREVISTA
Tomás Rodríguez Cuevas / Buzo profesional
"Me gustaría descubrir que la gente aprende a respetar lo que encuentra"
Buzo profesional, instructor, profesor y Alférez de navío de la Armada, nació el 5 de Mayo del año 1923 en Casas de Ves (Albacete). En 1940 se incorporó a la comisión de la Armada y en 1943 ingresó en la escuela de Buzos, realizó estudios en la Marina americana en Washington en el año 55. Pionero en utilizar mezclas de Helio-oxigeno en España, participó de forma muy directa en numerosos salvamentos en diferentes puertos del litoral. Gran conocedor del buceo profesional escribió el libro Historia del Buceo junto a Juan Ivars.
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¿Cómo comenzó su relación con el buceo?
En aquella época había que trabajar si querías comer, y en el puerto de Valencia había muchos barcos hundidos y había mucho trabajo, me metí de aprendiz en una empresa de buceadores profesionales, y con 17 años ya comencé a realizar trabajos profesionales.

¿Cuál fue su función en la academia americana?
El objetivo principal era aprender y obtener la máxima información para traer a la Armada Española, tanto en materiales de buceo como en las formas de realizar trabajos subacuáticos. Realicé un curso llamado Gran Profundidad en el cual aprendimos a fabricar mezclas y realizábamos inmersiones de hasta 120 mts. También nos hacían realizar diferentes trabajos con aire a 90 mts de profundidad que era el límite permitido.
Pero lo más duro eran los ejercicios en guas completamente heladas y sin guantes: nos preparaban para sufrir.

¿Ha realizado trabajos subacuáticos profesionales fuera de la armada?
Muchos, en una ocasión llegue a sacar 2000 toneladas de chatarra utilizando un soplete que lo fabriqué yo mismo ya que el buque se encontraba en un puerto y no se podía utilizar dinamita. El salvamento de buques era de los trabajos que más realizaba.

¿Cuándo era profesor de la armada que condiciones tenía que tener un futuro alumno para ser buzo?
Lo más importante era que pudiesen aguantar puesto todo el equipo y realizar desplazamientos con él, ya que la escafandra pesaba 18 kilos, las botas pesaban 4 kilos cada una y además llevábamos plomos. De todos modos los que no tenían opciones eran los chicos altos, ya que no contábamos con equipos para esas medidas.

¿En los salvamentos de buques estipulabais el tiempo máximo de fondo?
Por supuesto. En una ocasión para sacar un submarino del puerto de Gijón, llegue a estar más de una hora a 32 metros de profundidad, me metí en por una escotilla para cerrar una de las compuertas del submarino para que no saliese el aire y en el momento que iba a salir la inclinación que tenía en el fondo el submarino y el gran peso del equipo de buceo no me permitía salir de la escotilla.

¿Recuerda situaciones complicadas?
En cuatro ocasiones he estado en peligro mortal. En una ocasión tuve que sacar un barco hundido que estaba a 30 metros de profundidad, tuvimos que cerrar con planchas las bodegas y deje una de las entradas sin colocar porque tenía que entrar al interior del buque. Cuando me disponía a salir el cable que sujetaba el barco se partió por culpa de una galerna que entró, en ese mismo momento el barco tuvo un movimiento brusco y un cabo de popa que sujetaba el barco me aprisiono contra el casco del barco, impidiéndome respirar y moverme, pensé que era el fin pero mi compañero se dio cuenta a tiempo y me salvo la vida.

¿Qué le parece el buceo deportivo de hoy?
Creo que está en un momento muy bueno pero que mucha gente no le tiene el respeto que le tiene que tener. Hay quién bucea cuando no debe, no bucean en parejas, se meten en cuevas sin preparación. Estas son algunas de las cuestiones que se tienen que cuidar para que el buceo siga teniendo la misma proyección que tiene hasta ahora.

 

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