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TEXTO: BUCEO XXI
¿Cuáles son los primeros síntomas que nos permiten
determinar la recuperación de unos fondos?
En primer lugar hay que reconocer que si los fondos del mar están
degradados cerca de la costa, no lo están siempre de la misma
forma ni con la misma intensidad. Excepto en las zonas sometidas a
una contaminación muy aguda, en general los fondos se conservan
bien para todas las especies (vegetales y animales) menos aquellas
que son objeto de fuerte explotación pesquera, como los peces,
algunos crustáceos como las langostas o en el Mediterráneo
el coral. La recuperación de unos fondos previamente sobre-pescados
se detecta primero por un aumento de la densidad y del tamaño
de los peces objeto de la pesquería. Si la causa de la sobre-pesca
ha sido la pesca submarina, tras la recuperación se observa
también un cambio de comportamiento; y si la zona es muy visitada
por buceadores los peces se vuelven mucho más confiados que
cuando eran pescados.
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En el caso de las Islas Medas ¿Cómo se consiguió
hacer efectiva la protección de la reserva natural?
En honor a la verdad, la protección de las Medas empezó
a finales de los años 70, bastante antes de que recibieran
algún tipo de protección legal. Aunque entre los practicantes
de las actividades subacuáticas de la época, y especialmente
entre los clubs locales de Barcelona y del resto de la costa catalana,
la pesca submarina tenía muchos adeptos, se estableció
un cierto consenso de que las Islas Medas eran demasiado singulares
y bellas para ser pescadas, y los pescadores submarinos renunciaron
voluntariamente a pescar en ellas. Fueron esos mismos clubs los que
lanzaron la idea de crear una Reserva Marina en las Medas (propuesta
del doctor Ballester del CSIC presentada en la revista del CRIS, creo
que en 1979).
La idea fue recogida por el joven gobierno autonómico de la
Generalitat de Catalunya poco después de su creación.
En 1983 la Dirección General de Pesca Marítima del Departamento
de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Generalitat promulgó
una Orden por la que se creaba el Área Marina Protegida de
las Islas Medas, lo que constituyó la primera reserva marina
del Mediterráneo español. Las limitaciones territoriales,
de competencias y poder coercitivo de aquella Orden animaron a la
Generalitat a aprobar una Ley en 1990 que ampliaba el ámbito
espacial y competencial del área protegida hasta la forma que
ahora conocemos. Desde entonces, un esfuerzo sostenido (aunque con
altibajos y cambios de responsables) por parte de la administración
catalana, pero sobre todo el civismo y la colaboración de los
ciudadanos, han hecho posible que las islas Medas se hayan convertido
en un referente para el Mediterráneo en cuanto a conservación
y en cuanto a resultados, al menos para la mayoría de los peces
y especialmente los meros. Sin embargo hay que reconocer que subsisten
los problemas con la recuperación de otras especies de animales
invertebrados como el coral o las langostas.
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Aún quedan furtivos en las Medas, como los que están
acabando con las langostas. ¿Se preveen medidas de control
complementario? ¿Cómo acabaremos con esa plaga?
Las Medas son como un museo al aire libre: cargado de tesoros,
pero sin paredes. Y eso es muy difícil de defender si
no es con la colaboración de todos. A medida que el expolio
del resto de la costa continúa, el valor patrimonial
de las Reservas aumenta y ese aumento en el diferencial patrimonial
las hace más apetecibles para los furtivos. Es una plaga
contra la que es difícil luchar en términos absolutos,
aunque es obligado reconocer que se podría hacer mucho
más de lo que se hace en las Medas. Me refiero a servicios
de vigilancia más profesionalizados, competentes y efectivos.
La suerte de las Medas es que se han ganado un respeto en la
opinión colectiva, y el nivel de furtivismo actual es
muy limitado. Pero también soy consciente de que ese
estado de opinión es muy delicado y me preocupa que podría
invertirse fácilmente.
Hay otro aspecto que juega en contra. Con los actuales niveles
de frecuentación incluso un furtivismo estrictamente
residual puede resultar fatal. Veamos el ejemplo que citabas
de las langostas. Después de más de diez años
de seguimiento científico podemos afirmar sin lugar a
dudas que la Reserva no ha sido eficaz para recuperación
de las langostas. La población de langostas de las Medas
ronda un poco por encima de los cien ejemplares ( sin llegar
en ningún caso a las dos centenas) en unos fondos que
podrían albergar varios miles de individuos; la tendencia
es descendente y la mayoría son jóvenes del primer
o segundo año, es decir inmaduros sexualmente. Sin afirmar
que el declive sea responsabilidad de los escafandristas (porque
también podría ser una consecuencia indirecta
de la recuperación de los peces que son sus depredadores
naturales) que diríais vosotros de un colectivo en el
que sólo uno de cada mil visitantes cediera a la tentación
de llevarse una. Ejemplar ¿no es así? Pues aún
en ese caso, tras los más de 60.000 buceos que se realizan
en las Medas cada año, esa pequeña tentación
sería anualmente responsable de la desaparición
de la mitad de la población. Creo que esos números
dan mucho que pensar.
Pero por suerte hay un aspecto que juega a nuestro favor: en
los museos de Patrimonio Natural que son las reservas
marinas, y a diferencia de los Museos de Arte, los tesoros crían;
nuestros cuadros crían cuadritos.
Mientras el balance entre el furtivismo y la capacidad reproductora
de la Naturaleza sea favorable a esta última, siempre
apreciaremos una mejora con el tiempo. Aunque el argumento que
acabo de esgrimir no pueda ser declarado públicamente,
los biólogos que trabajamos en la gestión del
Patrimonio Natural de las Reservas Marinas contamos con él
como el mecanismo que mejor explica el éxito de las reservas;
porque con el furtivismo es muy difícil acabar de forma
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¿Qué
especies se han recuperado mejor? ¿Ha actuado la Reserva
como reclamo para nuevas especies?
Ya he dicho que las especies que mejor responden son las que
sufrían mayor nivel de explotación, por ejemplo
los peces. Y dentro de éstos, las más agradecidas
son las especies muy sedentarias, de vida larga y de dinámica
poblacional parsimoniosa, como por ejemplo los meros. En cambio,
para muchas especies de animales invertebrados que viven fijados
en el fondo, como el coral o las gorgonias, el beneficio no
ha sido evidente porque la falta de expolio activo se ha visto
substituida por una erosión pasiva, involuntaria pero
igualmente lesiva, por parte de los visitantes submarinos.
Es muy difícil afirmar que la Reserva haya actuado como
un reclamo para nuevas especies. Actualmente nuestro conocimiento
de los desplazamientos y límites de distribución
de las especies es muy imperfecto excepto para algunas especies
invasoras, como el alga Caulerpa taxifolia. Pero esas vale más
que no lleguen nunca. La mayor parte de los organismos marinos
sacan provecho de las corrientes marinas para dispersarse pasivamente
a grandes distancias. De forma que todos los fondos tienen la
posibilidad de ser colonizados, supuesto que en la región
existan suficientes reproductores como para que se disponga
de un número adecuado de larvas. Lo que pueden mejorar
las Reservas es la supervivencia de los organismos una vez llegados.
¿Cuál es el impacto de las actividades subacuáticas?
Como podéis suponer Las Medas son un excelente laboratorio
para estudiar ese impacto y nosotros llevamos años
estudiándolo. No hay ningún problema con los
peces; al contrario, hemos observado una correlación
positiva entre la frecuencia de buceo y la densidad de peces,
quizás porque los escafandristas alejan a los pescadores,
sean submarinos o de otro tipo. En cambio si hemos podido
observar efectos nocivos sobre la fauna fijada. Es el caso
de las especies de invertebrados que presentan esqueletos
rígidos pero frágiles, como algunos corales,
gorgonias o briozoos. En un experimento realizado en las Medas
observamos que la apertura de una nueva zona al buceo redujo
en un año a la mitad la población del briozoo
Pentapora fascials ( a veces conocida como rosa de mar). Las
tasas de mortalidad por arranque de la gorgonia roja Paramuricea
clavata, uno de los animales más emblemáticos
de los paisajes submarinos mediterráneos, se multiplican
por cinco en las Medas respecto a los valores observados en
lugares de control poco buceados de la costa inmediata. El
impacto sería poco apreciable excepto cuando la frecuencia
de las visitas es tan enorme como ahora lo es en las Medas.
En el caso de las gorgonias ¿Cómo podemos evitar
su deterioro?
Evidentemente se pueden tomar medidas. La primera norma es
bucear correctamente lastrado para no arrastrarse por el fondo
y mantenerse a una distancia prudencial de las gorgonias.
En segundo lugar, nunca debemos sujetar las gorgonias como
punto de agarre contra las caídas o las corrientes.
Una forma de conseguir eso es buceando en grupos pequeños
y en el caso de las Medas esos grupos deberían ser
acompañados bajo el agua por un guía de la reserva
que vigilara primariamente de la integridad del Patrimonio
natural. Pero como los daños ya se han producido y
desgraciadamente se repetirán en el futuro, estamos
trabajando en técnicas de trasplante que permitan recuperar
y replantar las colonias arrancadas involuntariamente.
Teniendo en cuenta que las gorgonias no tienen raíces
ni necesitan extraer nada del fondo sino un punto de soporte,
la viabilidad de esos trasplantes no parece ninguna quimera
y los resultados provisionales son muy positivos.
Además
de los beneficios en conservación ¿qué
otros aspectos han mejorado en las Medas y su entorno? (investigación,
turismo, economía....)
En ese sentido yo sería muy categórico: el beneficio
más evidente no ha sido de conservación sino
económico. Actualmente las Medas no son una Reserva
que se gestione por criterios de conservación de la
fauna y flora (a pesar de lo que rece la Ley), sino que se
acerca mucho más a lo que puede ser un parque acuático
de atracciones o un parque temático con animales marinos.
Las Medas han representado un éxito sin precedentes
de promoción del turismo subacuático y de los
cruceros turísticos de exhibición de sus fondos
y actualmente son víctimas de su propio éxito
económico. El principal peligro actual para la conservación
de las Medas es el poder que han alcanzado las empresas turísticas
que operan en ellas y que deciden la política a seguir
exclusivamente en función de sus intereses económicos.
En más de diez años de asistir a las reuniones
de su Consejo Asesor, no he oído hablar más
que de cupos, concesiones, respeto del mercado turístico,
etc.... Una vez aprobada la Ley, nunca más se ha tomado
una sola decisión atendiendo a los intereses de conservación
de tal o cual especie o ecosistema.
Donde la creación de la Reserva ha supuesto también
una mejora es en el aspecto científico. Además
de, o arropando a, los estudios de monitorización iniciados
en 1990 alrededor de la Reserva se han realizado numerosas
tesis doctorales y trabajos científicos de la más
diversa índole : corrientes, sedimentación,
plancton, praderas de Posidonia, alimentación de los
invertebrados filtradores, biología de las gorgonias,
dinámica y estructura del coralígeno, interacciones
entre peces-erizos-algas..... Esos estudios ayudan a comprender
el funcionamiento de los fondos marinos y aportan criterios
de gestión muy importantes.
¿Se ha pensado aumentar la superficie de la reserva
para evitar una superpoblación en un espacio
reducido como las Medas?
En primer lugar, el riesgo de superpoblación
creo que es inexistente, al menos para las especies que hemos
deseado recuperar. Entre los peces, quizás un día
se demuestre que en las Medes se ha llegado a rebasar la capacidad
de carga para sargos (Diplodus sargus) o salpas (Sarpa salpa).
Pero no existen precedentes de que ninguna reserva se haya
acercado a esos valores de capacidad de carga; y en todo caso,
los peces se mueven fuera de las Reservas por sí mismos
sin pedir permiso a nadie. Ese spill over o rebosamiento
de la biomasa de peces excedentaria es uno de los efectos
predichos y más deseados de la reserva; pero hasta
la fecha ha demostrado ser uno de los más difíciles
de probar.
Es cierto que hay planes de ampliar la extensión de
la zona protegida de las Medas a la costa adyacente del Montgrí.
Pero esos planes se hacen para aumentar la oferta turística
y para satisfacer las ambiciones expansionistas de las empresas
que han medrado a la sombra de la reserva. Los criterios biológicos
y conservacionistas sólo se utilizan de forma retórica
y como tapadera. Probablemente, si hoy se hiciera una ampliación,
tendría más sentido situar en régimen
de reserva fondos blandos de la plataforma (donde nadie irá
nunca a bucear) para protegerlos de la excesiva presión
de la pesca de arrastre.
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