HISTORIA DEL BUCEO

TEXTO: Jonathan Blair
Galeones, mercurio y huracanes

El naufragio de la flota de Azogues revivido en el Museo de la Ciencia de la Fundación Caixa
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El pasado mes de octubre, en el Museo de la Ciencia de la Fundación Caixa, se celebraron conferencias reviviendo la Historia del naufragio de dos galeones españoles del siglo XVIII, dando a conocer los aspectos más relevantes de la Ruta del Mercurio y el papel económico que jugó, así como la vida cotidiana a bordo de los barcos, el naufragio de la flota de Azogues y el descubrimiento de sus pecios.
Entre los conferenciantes se encontraban Tracy Bowden, especialista en la localización de pecios en el Caribe, y Carlos León Amores, Arqueólogo Subacuático y codirector del programa “Galeones de Azogue”.
La trágica suerte de los náufragos de la Flota de Azogue de 1724, fue uno de los episodios más interesantes de la historia naval española y uno de los mayores descubrimientos de la historia de la arqueología submarina.
“Fue un naufragio que duró mucho tiempo y que supuso una gran pérdida para la corona española porque la carga era de mercurio” , explicó León sobre lo sucedido con dos navíos que, el 13 de julio de 1724, partían del puerto de Cádiz cargados con más de 500 toneladas de mercurio con destino a Veracruz (Méjico).
Las más de 1200 personas embarcadas jamás llegaron a su destino, ya que un huracán veraniego acabaría hundiendo a los dos barcos, el Tolosa y el Nuestra Señora de Guadalupe, en la bahía de Samaná, al este de la República Dominicana. Los historiadores de la época culparon al comandante de la flota, el teniente general Baltasar de Guevara y Vinuesa.
Parece ser que Baltasar de Guevara era bastante déspota, pero también me extraña que un teniente general desoyera las advertencias de su primer piloto, que le avisó de la posibilidad de mar revuelta , apuntó el autor de ´Huracán´, quien consiguió mucha documentación sobre lo ocurrido en el Archivo General de Indias, donde obtuvo una carta escrita por el maestre de plata, en la que se relata todo lo ocurrido durante el naufragio.
El Tolosa acabó con su casco a 20 metros de profundidad con todos sus pasajeros ahogados o devorados por los tiburones, a excepción de siete que permanecieron 37 días en la torre vigía comiendo calabazas y bebiendo agua de mar , relató León, uno de los arqueólogos privilegiados que ha podido excavar los restos de estos dos navíos.

Más suerte
La historia de Nuestra Señora de Guadalupe fue distinta: Se hundió sólo a ocho metros, muy cerca de la costa. Cuando ocurren los hechos unas 80 personas deciden tirarse al mar y mueren, mientras que otras 500 personas aguantan en el barco hasta el día siguiente. De estos, unos 300 emprenden un recorrido de 300 kilómetros por la costa y el resto, casi todos enfermos, quedan en la costa , tal y como parece por unos restos que fueron encontrados por unos pescadores.
“Había realizado un trabajo arqueológico muy interesante y tenía mucha documentación, pero necesitaba ponerme en la piel de los náufragos y hacer su mismo recorrido; y aquella experiencia está en el libro” , señaló León, quien acompañado por un fotógrafo, un militar dominicano y otros dos arqueólogos españoles recorrió esa misma ruta en las mismas condiciones.
De las incursiones arqueológicas realizadas por el equipo español del que forma parte León, han dado como fruto otros dos libros de carácter mucho más científico y una exposición que se puede ver en el Museo de la Ciencia-Cosmo Caixa. Asimismo, León tiene la intención de seguir investigando este naufragio y su próxima meta es encontrar la fosa común en la que se enterraron los cadáveres de las 80 personas que saltaron del Guadalupe.
Finalmente, este escritor novel reconoció que escribirá la segunda parte de ´Huracán´, en la que contará la historia de la embarcación de buceo que la corona española envío para recuperar el mercurio que transportaba la flota de Azogues, que también fracasó y sobre la que ya ha recogido suficiente documentación.

 

 


 
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