Los
buzos clásicos están a la merced de múltiples
riesgos pero dos son los más comunes y peligrosos por
no decir mortales dependiendo de la profundidad.
A) Remontada en globo:
Estando el buzo en el fondo, la válvula de expulsión
de aire, puede averiarse o sufrir rotura, con lo cual el buzo
no podría evacuar el aire sobrante y al ser estanco
el traje empezaría a hincharse como un globo e inmovilizando
las extremidades y brazos. En forma abierta el buzo, empezaría
una cada vez más rápida subida a la superficie
que aparte de un accidente de descompresión le causaría
un estallido de sus pulmones a partir de cierta profundidad.
Ante la imposibilidad de ir soltando aire de sus pulmones
debido a la presión reinante dentro del traje.
Aparte también podría golpear de forma muy violenta
el casco de la embarcación de apoyo.
B) Efecto ventosa: coup de ventouse
El caso contrario dependiendo de la profundidad puede ser
terrible, ocasionando una muerte horrenda al buzo, podría
ser que el buzo sufriera una avería en la válvula
que ocasionara una brusca pérdida de presión
en el interior del traje o sea que la válvula quedara
tarada en forma abierta sin posibilidad de cerrarla, el casco
actuaría a modo de una ventosa de gran potencia que
aspiraría primero toda la sangre y partes blandas ojos,
tripas, pulmones, en fin toda la pulpa humana incrustada dentro
de un casco de bronce (pensemos en buzos clásicos que
se movían alrededor de los sesenta metros y los ciento
diez con mezclas ya en la II Guerra Mundial) se cuenta que
en Bristol (Inglaterra) se enterró una escafandra con
lo quedaba del buzo dentro del casco debido a un golpe de
ventosa.
Aparte de estos dos existían también accidentes
de descompresión, rotura del umbilical, rotura de un
cristal del casco, inundación del traje, etc.
Y por no hablar de reuma, necrosis, envejecimiento prematuro.
En fin una profesión muy dura y plagada de riesgos.
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