El tema que nos ocupa en esta sección de medicina,
la osteonecrosis disbárica, puede ser una de las
manifestaciones clínicas derivadas de la Enfermedad
Descompresiva, en adelante ED, aunque también puede
ocurrir en buceadores que nunca han sufrido un accidente
disbárico.
Recordemos que la enfermedad descompresiva esta relacionada
con la absorción de nitrógeno, contenido en
el aire que respiramos de la botella, por parte de los tejidos
corporales cuando se somete al cuerpo a un aumento de presión.
El nitrógeno es un gas inerte que nuestro cuerpo
no utiliza y que debe ser liberado lentamente parta evitar
la formación de burbujas en los tejidos.
La ED afecta a todo el cuerpo y sus síntomas van
a depender de la gravedad de la lesión.
Aunque hace unos años la ED se clasificaba en tipo
I y II hoy en día la comunidad científica
utiliza una clasificación que describe las diferentes
manifestaciones clínicas. Así, se habla de
disbarismo descompresivo cutáneo si se manifiesta
a nivel de la piel, disbarismo descompresivo muscular si
afecta al aparato locomotor, disbarismo descompresivo neurológico
si afecta al sistema nervioso o disbarismo descompresivo
óseo si afecta a los huesos.
Esta última, la necrosis ósea disbárica
se ha observado principalmente en buceadores profesionales
pero también puede aparecer en personas que trabajan
en ambientes sometidos a aire comprimido como los trabajadores
de túneles y diques. El aire comprimido en este tipo
de obras se usa para evitar que las paredes se desplomen
antes de echar el recubrimiento definitivo.
No presenta síntomas perceptibles y puede manifestarse
meses o años después en personas que han estado
expuestas a ambientes hiperbáricos durante una largo
período de tiempo.
La osteonecrosis afecta con exclusividad a la cabeza de
los huesos largos (fémur, humero y tibia) y al hueso
ilíaco debido a la escasa o nula circulación
en estas zonas. Consiste en la muerte celular del tejido
óseo debido a que las burbujas de nitrógeno
bloquean los vasos sanguíneos que nutren los huesos.
A nivel celular, las burbujas obstruyen las arteriolas terminales
de los huesos y se acumulan en la médula ósea
o en el tejido adiposo medular favoreciendo la agregación
plaquetaria y la formación de trombos. Se ha comprobado
que el nitrógeno comprimido es 5 veces más
soluble en el tejido adiposo que en otros tejidos o en la
sangre por lo que actúa como un almacén de
burbujas de nitrógeno.
La incidencia de esta enfermedad es muy baja en la población
general pero es alta entre los buzos profesionales y en
determinados sectores poblacionales como los buceadores
que se sumergen en busca del preciado coral.
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