El oxigeno es un elemento químico cuya forma mas
frecuente es la molécula de dos átomos representada
por la grafía O2. Constituye el 21% del aire que
respiramos. Este gas es esencial para la vida, participa
en casi todas las reacciones de la química orgánica
y es el responsable de la respiración celular. Sin
embargo, en determinadas condiciones, puede tener efectos
perjudiciales para el organismo.
Existen
dos tipos de intoxicación por oxígeno, una
afecta al sistema nervioso y la otra al sistema respiratorio.
Hoy nos ocuparemos de esta última.
La intoxicación pulmonar por oxígeno ocurre
ante una exposición a elevadas presiones parciales
de oxígeno durante un periodo de tiempo prolongado,
del orden de varias horas.
Los riesgo de sufrir esta intoxicación pulmonar
son muy bajos en el buceo recreativo ya que los submarinistas,
aun respirando mezclas nitrox, con porcentajes mayores del
21% de O2, no suelen exponerse durante periodos suficientemente
largos.
Sin embargo el riesgo aparece si, como resultado de un
accidente de buceo, la víctima debe ser tratada en
cámara de recompresión a un tratamiento hiperbárico.
En estos casos, la toxicidad pulmonar es un riesgo cierto
y sus consecuencias pueden ser muy graves.
La severidad de la intoxicación va a depender de
la presión parcial de oxigeno, de la duración
de la exposición y de la susceptibilidad del individuo.
Pero ¿por qué resulta tóxico el oxígeno?
Los pulmones están revestidos de un fluido viscoso
que actúa como surfactante ayudando al intercambio
de oxigeno y disminuyendo la tensión superficial
de los alvéolos para evitar que se colapsen durante
la respiración. La irritación de los pulmones
ante este tipo de intoxicación es debida a que el
oxigeno ataca al surfactante y además provoca cambios
en las enzimas alterando el funcionamiento de las membranas
celulares.
Los síntomas son sensación de quemadura en
el pecho, dolor al respirar y tos irritativa. Si el paciente
con estos síntomas no reduce su exposición
a la hiperoxia, las secuelas pueden ser severas e irrecuperables.
La irritación de estas superficies de intercambio
gaseoso en los pulmones degenera los tejidos y se produce
el encharcamiento del alveolo sin posibilidad de recuperación.
Por tanto, esta intoxicación entraña alto
riesgo y su mecanismo de acción debe ser muy bien
conocido por enfermeros y médicos que cuidan a pacientes
sometidos a hiperoxia. Paradójicamente, el exceso
de oxigeno provoca una situación de asfixia ya que
se reduce la capacidad de los pulmones de transferir dicho
elemento a la sangre.
En el próximo artículo trataremos la toxicidad
del oxígeno que afecta al sistema nervioso, que si
entraña riesgos para los buceadores recreativos y
que debe ser bien conocida por todo buceador que se sumerja
con nitrox.
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