El tema que nos ocupa nada tiene que ver con la medicina.
Sin embargo sumergirse con un equipo descuidado puede ser
extremadamente peligroso. La seguridad del submarinista
depende de su buen juicio, lo que incluye también
el mantenimiento personal de su equipo de buceo. Resulta
útil conocer algunas recomendaciones para el cuidado
de las diferentes partes del equipo, tanto después
de las inmersiones del día como al final de la temporada
de buceo.
Todos
los buceadores conocen la importancia de endulzar el equipo
después de sumergirse en agua salada, debido a que
los cristales de sal formados al evaporarse el agua son
muy abrasivos. Si entre una inmersión y otra, el
equipo no se va a secar completamente, podemos dejarlo sin
endulzar ya que no se cristalizará la sal.
Para lavar el equipo conviene sumergir los diferentes elementos
en agua dulce y no solo rociarlos. El jacket se debería
lavar también por dentro varias veces vaciando primero
el agua salada, llenándolo de agua dulce y liberando
después el agua por la traquea o alguna de sus válvulas.
El traje de neopreno conviene lavarlo por dentro y por fuera
dándole la vuelta, nunca secarlo al sol y si es posible,
en un lugar bien ventilado. El traje seco se lavará
solo por fuera y cuando este bien seco se cubre la cremallera
con grasa de silicona.
En los centros de buceo hay recipientes para endulzar las
diferentes partes del equipo por separado, por un lado el
equipo ligero, por otro chalecos y trajes y uno reservado
para cámaras o material delicado como reguladores
y ordenadores.
Para lavar el regulador, lo ideal es hacerlo mientras aun
está conectado a la botella, pero si esto no es posible,
debemos poner el tapón en la primera etapa y tener
precaución para que no pase agua a su interior ya
que favorecerá la formación de óxido
en zonas delicadas del regulador. Tampoco debemos apretar
el botón de purga cuando lavemos la segunda etapa,
por idéntico motivo.
Para lavar cámaras y ordenadores conviene no tener
prisa y dejarlos sumergidos bastante tiempo, presionando
todos los botones y accionando todos los mandos móviles
aunque no los hayamos tocado durante la inmersión.
Si la hora de volver se echa encima y no hemos endulzado
el regulador, el ordenador o las cámaras, conviene
dejarlos sumergidos en agua tibia durante un par de horas
o más, cuando lleguemos a casa. Este baño
disolverá todos los cristales de sal.
También se debería lavar el equipo si las
inmersiones son en aguas confinadas para eliminar el cloro
de la piscina, mucho más corrosivo que la sal.
Si damos por terminada la temporada de buceo y queremos
almacenar el material durante un largo periodo de tiempo,
una vez que todos los componentes estén limpios y
secos conviene recordar lo siguiente: regulador dispuesto
de tal manera que no se doblen los latiguillos, aletas sin
doblar, máscara en su caja, jacket en una caja rígida
revisando que no queda nada dentro de los bolsillos. El
traje de neopreno es mejor colgarlo en una percha para evitar
que se formen dobleces innecesarios, los manguitos de neopreno
suave, de latex o de silicona conviene empolvarlos con talco
para que no se adhieran. La silicona es muy porosa y sufre
transferencia de pigmentos por lo que nunca debe dejarse
en contacto con elementos de neopreno. Si se trata de un
traje seco seguir las recomendaciones de cada fabricante,
meterlo en la lavadora es una buena idea.
Si tenemos una botella propia guardarla de pie y dejar
algo de aire dentro para que no entre humedad y tener en
cuenta que según la legislación actual debe
pasar una inspección visual cada año y una
prueba hidrostática cada tres años. Nunca
debe bucear con una botella que no esta al día en
las inspecciones aunque sea suya.
Cada buceador tendrá sus propios trucos. Un buceador
cuidadoso, trasladará esa forma de hacer al cuidado
de su equipo. De lo contrario, el material le durará
mucho menos en buenas condiciones de utilización
y aumentará el riesgo en sus buceos.
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