El momento más feliz de un viaje no empieza al subirse al avión sino mucho antes, cuando lo preparamos. Muchos destinos de buceo se encuentran en nuestras latitudes e incluyen inmersiones que nos permitirán conocer los singulares ecosistemas del Mediterráneo o del Atlántico. Sin embargo, la mayoría de nosotros queremos bucear en el trópico, al menos un vez en la vida o, si el tiempo y el ahorro nos lo permiten, hasta una vez al año.
Los preparativos para bucear en zonas tropicales son parecidos a los de cualquier otro destino pero, como algunas de estas zonas de buceo pueden encontrarse aisladas, intentaremos preparar un equipaje que nos de la mayor autonomía posible.
Si disponemos de equipo propio hay que decidir si llevarlo al completo o no. Algunas compañías aéreas penalizan sin piedad el exceso de equipaje. El ordenador, el regulador y el traje son los elementos que se deben llevar siempre, ya que la seguridad, la comodidad y la higiene son incuestionables por muy lejos que vayamos.
Las aletas y el jacket los podremos alquilar en el lugar de destino, así hacemos un hueco en la maleta para traer los regalos a los niños o a quien corresponda.
El traje ideal para viajar a un mar tropical puede ser un mono largo de 3 milímetros con un chaleco de calor y capucha para evitar el frío en las inmersiones sucesivas y nocturnas.
Llevaremos nuestra caja con las herramientas y repuestos imprescindibles: llave allen del 8 y del 4, fijas del 12, 14 y otras según la medida de nuestros latiguillos, sacajuntas, juego de tóricas, tiras de máscara y aleta, grasa de silicona, mosquetones y cabo de 3mm.
Aunque en los barcos y centros de buceo debe haber un pequeño botiquín no esta de más llevar el nuestro. Es imprescindible que contenga medicamentos para combatir la diarrea del viajero, apósitos, desinfectante, antibióticos, loción antimosquitos, crema antihistamínica corticoidea para las picaduras de animales marinos, biodramina con cafeína, medicamentos para tratar el dolor, inflamaciones, infecciones del oído, congestión nasal, lociones protectora del sol y calmante, así como los medicamentos que cada uno use habitualmente. Cuanto más alejados de la civilización vayamos a estar, más completo deberá ser este botiquín.
Con la antelación suficiente, podemos contactar con la agencia de viajes de buceo o con la embajada del país de destino para conocer los riesgos de las enfermedades tropicales más frecuentes e informarnos si existe tratamiento profiláctico o vacuna.
Si viajamos, por ejemplo, a la selva o a zonas húmedas con muchos mosquitos debemos iniciar con semanas de antelación el tratamiento profiláctico contra la malaria, paludismo o fiebre amarilla a base de paludrine y cloroquina.
La Organización Mundial de la Salud recomienda que, además de los medicamentos antimaláricos, los viajeros lleven en su botiquín un tratamiento médico de emergencia por si se presentan los síntomas de la malaria y no hay ayuda médica disponible. Es responsabilidad de cada uno informarse sobre los posibles riesgos y prevenciones de enfermedades tropicales. En la web del Ministerio de Sanidad www.msc.es podemos visitar un apartado muy interesante con consejos para el viajero que incluye recomendaciones si se viaja a zonas tropicales.
Si planificamos un viaje de vida a bordo no suele ser necesaria vacuna alguna (excepto la vacuna antitetánica, obligatoria para buceadores de toda latitud y condición). No obstante, si al regresar a nuestra vida cotidiana notamos algún síntoma o molestia tendremos que acudir al médico indicándole que hemos viajado a una zona tropical y, si el nos lo indica, acudir a un centro médico especializado en enfermedades tropicales.
Para disfrutar más de las inmersiones tropicales podemos recopilar información de la zona de buceo, como el tipo de fondo, la temperatura media del agua, la mejor época para observar determinadas especies marinas, los organismos más comunes, conocer la localización de las inmersiones más interesantes. Conviene también investigar sobre posibles actividades para hacer en tierra firme e informarse sobre las costumbres y tradiciones del país. Recuerda que a veces las condiciones climáticas nos impedirán realizar inmersiones.
Si disponemos del tiempo necesario podemos asistir a un curso de biología que nos ayude a comprender mejor la zona en la que vamos a bucear. Por ejemplo un curso sobre el arrecife de coral si vamos a viajar a una zona tropical donde se desarrollan este tipo de formaciones calcáreas. Durante la preparación del viaje, podemos informarnos de cursos disponibles en Internet y también adquirir guías de identificación de especies de la zona. No olvides comprar en el destino algún libro sobre la biología marina local. |