MEDICINA
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Oídos aplastados por el mar
 

Los buceadores están familiarizados con términos que llevan la raíz “baro” como barotrauma, accidente disbárico o medicina hiperbárica. El término procede del griego y significa peso. En relación con el buceo, hace referencia a que en inmersión sometemos a nuestro cuerpo a una presión superior a la que experimentamos en tierra firme. Al descender a 10 m de profundidad la presión que el agua ejerce sobre nosotros es el doble que en superficie.

Un barotrauma es un accidente provocado por un cambio brusco de presión en alguna de las cavidades aéreas del cuerpo. Veamos qué ocurre cuando esta cavidad es el oído.
Anatómicamente nuestro oído se divide en tres partes: oído externo, medio e interno. Cualquiera de estas tres secciones puede sufrir un barotrauma.

En el oído externo ocurre porque durante la inmersión el agua no inunda todo el canal auditivo externo debido a obstáculos como una capucha de neopreno demasiado justa, tapones para los oídos o un tapón de cera. Esta circunstancia impide que el agua ejerza presión sobre el tímpano. Al descender en la columna de agua y respirar aire a presión, se produce una distensión del tímpano hacia el exterior. El fenómeno suele atenuarse espontáneamente ya que el agua acaba filtrando hacia el tímpano. En la exploración ORL se observa una leve congestión sanguínea del canal auditivo. Se cura muchas veces sin necesidad de tratamiento médico aunque, eso sí, puede impedirnos bucear varios días.

El barotrauma del oído medio es una de las afecciones de buceo más frecuentes y se produce por una mala compensación entre la presión del oído medio y el externo. Si no se consigue compensar la lesión puede ser grave, llegando incluso a una rotura de la membrana timpánica. El buceador siente un dolor fuerte y pueden aparecer severas complicaciones como vértigos, zumbidos y sordera. Para evitar este tipo de incidente debemos compensar de modo correcto y no bucear si estamos resfriados o tenemos alguna infección en las vías respiratorias. Una infección en la zona provoca el engrosamiento de la mucosa de la trompa de Eustaquio lo que dificulta su apertura normal. Si hemos sufrido este tipo de barotrauma no significa que tengamos que abandonar para siempre la práctica del buceo pero si debemos extremar las precauciones. No se deben forzar nunca los oídos en una maniobra de compensación y ante el menor signo de dolor o molestias, ascender un poco hasta comprobar que se pasa el dolor o abortar la inmersión.

En tercer lugar, un barotrauma del oído interno consiste en la ruptura de la ventana oval o de la ventana redonda. Puede provocarse como consecuencia de una hipertensión en el oído medio, por una depresión del tímpano o por un exceso de presión en el líquido laberíntico como consecuencia de una maniobra de Vasalva brusca o de haberla realizado durante el ascenso. Estas lesiones son temibles, ya que se asocian a severas complicaciones médicas. Una infección del oído interno puede dejar sordo al enfermo o llevarlo a sufrir vértigos incompatibles con la vigilia y que exijan largos periodos de sedación.

 


 
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