MEDICINA

TEXTO Y FOTOS:
Jesús González
Ahogamiento
 
 

A pesar de ser “conocido”, esta entidad clínica es la causante de mayor número de víctimas entre los practicantes de actividades subacuáticas, además de ser lo suficientemente significativa en cifras globales como para que cualquiera que haga del medio acuático parte de su ocio o de su profesión conozca algo más acerca del concepto, fisiopatología, clínica y primeros auxilios del ahogamiento.
Como introducción basta decir que el ahogamiento es la causa de aproximadamente 140.000 muertes anuales en el mundo, siendo la mayoría de estas en aguas interiores y constituyendo la causa más frecuente de mortalidad infantil accidental. Se define como ahogado a aquella persona que fallece por asfixia al estar sumergido, o que sobrevive como máximo 24 horas tras el accidente.
TIPOS

• HIDROCUCION: parada cardiaca súbita al entrar en contacto con agua fría. Más frecuente en jóvenes. Se cree que se debe a un reflejo vaso-vagal.
•AHOGAMIENTO SIN INHALACION DE AGUA: constituye el 10-15% de los casos. Se produce laringoespasmo con oclusión de las vías aéreas y la muerte sobreviene por hipoxia (falta de oxígeno). Este cuadro es reversible de inmediato, si el tiempo de sumersión no excede los límites de la vida.
• AHOGAMIENTO CON INHALACION DE AGUA: es el más frecuente (75-80%). Si sobrevive puede ocurrir el llamado “ahogamiento secundario” horas o días después, como consecuencia de las complicaciones producidas por esta aspiración de líquido.
En cuanto a las alteraciones que presentan los ahogados, son de gran importancia y de diferente naturaleza:
• Alteraciones a nivel sanguíneo (cambios en los electrolitos plasmáticos, volumen y densidad sanguínea).
• Alteraciones a nivel pulmonar (insuficiencia respiratoria, edema precoz y colapso alveolar).
• Alteraciones a nivel neurológico (consecuencia de la hipoxia cerebral).

Gran parte de las víctimas presentan obstrucción de la vía aérea por contenido gástrico como consecuencia del vómito por la deglución de gran cantidad de agua. Cuando ocurre en agua dulce y hay inhalación, se produce una alteración muy importante del surfactante (sustancia que impregna los alvéolos y que es imprescindible para un optimo intercambio gaseoso). Por fenómenos de ósmosis hay un gran paso de volumen de agua al sistema circulatorio ocasionando hemodilución, rotura de glóbulos rojos (hemólisis) y aumento de los niveles de potasio (hiperpotasemia) por liberación del potasio intracelular. Si se trata de agua salada, los fenómenos de ósmosis actúan de manera inversa, teniendo lugar un gran trasudado de líquido desde el torrente circulatorio hacia los alvéolos, que ocasiona edema pulmonar precoz y hemoconcentración.
Las complicaciones infecciosas (neumonías) son generalmente tardías, es decir, tras las primeras 12-24 horas de evolución del cuadro.
En todo ahogado hay que considerar las situaciones que hayan podido provocar el incidente, como por ejemplo infarto agudo de miocardio, arritmias cardíacas, crisis epilépticas, agotamiento, situaciones de pánico, etc.
El agua fría induce hipotermia progresiva, que puede producir obnubilación y ahogamiento. Sin embargo, la hipotermia protege al cerebro de la hipoxia ya que disminuye el metabolismo neuronal y con este la demanda de oxígeno por parte de estas células, habiéndose observado recuperaciones completas después de sumersiones en agua muy fría durante más de 30 minutos.

NORMAS DE ACTUACIÓN
A efectos prácticos describiremos algunas posibles situaciones que pueden tener lugar en el medio en el cual nos desenvolvemos durante nuestras jornadas de inmersión, así como la pauta a seguir con estos accidentados:
• El paciente está hipotérmico, no se trata de un verdadero ahogado, puede presentar taquicardia debida a un estado de ansiedad y estar algo desorientado. Debe ser recalentado, colocado semiincorporado en un lugar tranquilo y trasladado para ser valorado por un médico y descartar la posibilidad de una aspiración de líquido aunque sea mínima.
• El paciente presenta hipotermia marcada y gran agotamiento físico. Pueden asociarse hipotensión y bradicardia. Desorientación, ligera agitación o por el contrario hipotonía (más frecuente). Debemos proceder al recalentamiento corporal, administración de oxígeno y traslado a un centro sanitario para su valoración.
• Si el paciente presenta además de lo anterior dificultad respiratoria, ligera cianosis (color amoratado de la piel y mucosas) y estado de conciencia semicomatoso. Tomaremos las medidas anteriores prestando atención a la posición del paciente durante el traslado para evitar una posible aspiración de un eventual vómito y requerirá la administración de infusiones para tratar la hipotensión y compensar la posible acidosis metabólica por lo que el traslado a un centro sanitario debe ser urgente.
• El verdadero ahogado presenta obstrucción de las vías respiratorias, hipoxia manifiesta con pérdida de conciencia y frecuentemente agitación. Tomaremos las medidas del caso anterior además de vigilar estrechamente su ventilación. Mantendremos cerca una cánula de guedel si disponemos de ella en el material de primeros auxilios para una eventual colocación en caso de evolucionar hacia un coma.
• Existe ya una hipoxia severa, el paciente está en coma, gran dificultad respiratoria e incluso parada respiratoria, la parada cardíaca está próxima, cianosis intensa y pupilas dilatadas (midriasis), hipotonía generalizada y ausencia de reflejos. Se deben iniciar las maniobras de RCP (resucitación cardio pulmonar) o soporte vital básico con ventilación y masaje cardíaco externo, aviso a unidades de emergencias o traslado urgente a un centro sanitario sin suspender las maniobras de RCP durante el traslado. De aquí la importancia del aprendizaje social de esta técnica y obviamente por parte de instructores y guías de buceo.

 


 
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