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Cinco de cada cien españoles son
diabéticos. Esta enfermedad es conocida médicamente
con el nombre de Diabetes mellitus, término de origen griego
que significa dulzura o miel. Consiste en un desorden metabólico
en virtud del cual se dificulta el proceso de conversión
del alimento en energía para las células. El factor
esencial del proceso es la insulina, una hormona segregada por el
páncreas que permite la entrada de la glucosa en las células
de nuestro cuerpo. El resultado de este desorden se traduce en una
elevada concentración de glucosa en sangre (hiperglucemia)
que, en altos niveles puede producir importantes daños.
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Existen dos tipos de diabetes:
- Diabetes Tipo I, también denominada diabetes juvenil,
puesto que las personas típicamente afectadas son menores
de 30 años. El páncreas no produce insulina o
la produce en poca cantidad por lo que es indispensable inyectarse
insulina para poder vivir.
- Diabetes Tipo II, que surge en adultos principalmente a partir
de los 40 años cuando las células del cuerpo no
responden a la insulina producida por el páncreas. Cuando
la dieta y los medicamentos orales ya no son efectivos, se requiere
inyectar grandes cantidades de insulina para mantener un nivel
normal de glucosa en sangre
Existen otros tipos de diabetes secundarias que pueden aparecer
como consecuencia de otras enfermedades diferentes, como la
extracción quirúrgica del páncreas, hipertiroidismo,
etc., pudiendo conducir a una diabetes Tipo I o a una diabetes
Tipo II.
Una orina muy frecuente, tener sed cada poco y beber grandes
cantidades de agua, perder peso a pesar del aumento de apetito,
visión borrosa, infecciones de la piel, etc., puede indicar
la aparición de una diabetes. Se diagnostica mediante
controles de glucosa tanto en sangre (glucemia) como en orina
(glucosuria).
La práctica de buceo entraña cierto riesgo para
el diabético. Para muchos de ellos esta actividad está
totalmente contraindicada, sin embargo, en algunos casos la
diabetes no se considera una limitación absoluta para
la práctica del submarinismo.
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Para ser autorizado se requiere un examen médico
exhaustivo. La persona debe gozar de un buen estado
físico y padecer una diabetes estable. Deben
abstenerse de bucear todos aquellos pacientes que además
de la diabetes padezcan otras patologías asociadas
como enfermedades micro o macro vasculares progresivas
o severas, retinopatía (enfermedad en la retina),
nefropatía (enfermedad de los riñones)
o neuropatía.
Si el diabetólogo considera que un paciente en
concreto puede bucear deberá seguir las siguientes
indicaciones comunes a todos los buceadores diabéticos,
independientemente del tipo de diabetes que padezcan:
- En caso de estar tomando medicación oral, no
debe administrarse desde la noche anterior a la inmersión,
excepto si su médico personal se lo indica.
- Se debe descansar correctamente la noche anterior.
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- Es recomendable aumentar la ingesta normal de líquidos
durante las 24 horas anteriores al buceo.
- Se debe evitar hacer una actividad agotadora durante
el día y el día anterior a la inmersión.
- Las inyecciones de insulina en la jornada de buceo
deben administrarse en el área abdominal puesto
que la absorción de la insulina desde un miembro
que se ejercita es más rápida y más
errática que lo normal.
- Deben realizarse un control de la glucosa justo antes
de la inmersión.
- Deben bucear siempre con un compañero de buceo
informado, no diabético, así como familiarizado
con la prueba o control de la glucosa y el protocolo
a seguir ante una reacción de hipoglucemia.
- Durante la inmersión no pasar frío y
evitar ejercicios fuertes. El frío y el agotamiento
son las dos causas principales de un desvanecimiento
durante la inmersión por culpa de una hipoglucemia
- Cualquier buceador diabético debe llevar un
kit especial que incluya tabletas de glucosa oral, glucagón
para inyección subcutánea o intramuscular,
aparato de control de glucosa, barritas de glucosa oxidada,
y el protocolo de actuación ante cualquier problema.
Todo diabético que esté interesado en
practicar buceo, debe ser autorizado expresamente por
su diabetólogo, quien al conocer la evolución
de su diabetes, le indicará las recomendaciones
necesarias para poder practicar este deporte con seguridad.
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