MEDICINA
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Como salmonetes a la plancha
La exposición al sol durante la actividad subacuática está garantizada, tanto en la travesía en barco como en las inmersiones desde la propia playa, incluso durante la inmersión, si estamos en el trópico y buceamos sin traje. Cierta exposición al sol resulta beneficiosa para la salud, puesto que es una fuente de vitamina D y contribuye a mejorar el estado de ánimo, pero una exposición prolongada e imprudente sin la protección necesaria, puede producir diversos síntomas como enrojecimiento, inflamación de la piel, dolor, vesículas, fiebre, escalofríos, debilidad y en casos extremos puede ser causa de shock, caracterizado por desmayos y presión arterial baja.
 

Algunas de las posibles consecuencias de exposiciones crónicas al sol son: cáncer de piel (carcinoma basal y melanomas), envejecimiento prematuro, cataratas y cambios en el sistema inmunológico.
Las quemaduras se pueden clasificar en función del espesor de piel afectada. Las de primer grado o superficiales sólo abarcan la capa externa de la piel (epidermis), mientras que las de segundo y tercer grado presentan destrucción de la epidermis y la dermis (primera y segunda capa de la piel). En las quemaduras de primer grado la piel se encuentra enrojecida o gris y puede haber dolor e hinchazón. En las de segundo grado, las más dolorosas, se forman ampollas y la piel adquiere un color rojo muy intenso; se pierden estructuras ligadas a la piel como los folículos pilosos, glándulas sudoríparas, glándulas sebáceas, etc. En las de tercer grado o más severas, también hay daños en el tejido adiposo, nervios, músculos y huesos, y si el daño de los nervios es considerable, hay ausencia de dolor. Las quemaduras de este tipo aparecen secas, al contrario que las de segundo grado, que aparecen húmedas.

La radiación que emite el sol, o espectro solar, presenta longitudes de onda muy diferentes que se miden en nanómetros (nm). Se compone de los siguientes tipos de radiaciones:
- Ultravioleta C (UVC), con longitudes de onda inferiores a los 290 nm; se absorbe en la atmósfera por el ozono y no llega hasta nosotros.
- Ultravioleta B (UVB), entre 290 nm y 320 nm; puede ser absorbida por los cristales y afecta a nuestra piel, produciendo eritema solar.
- Ultravioleta A (UVA); hay de 2 tipos: UVA 1 (340 nm a 400 nm) y UVA 2 (320 nm a 340 nm).
- Visible, que no interviene en el bronceado pero puede producir ciertas alergias al sol.
- Infrarroja, con efecto calorífico; origina dilatación del sistema vascular.

Las quemaduras del sol se deben principalmente a la radiación ultravioleta B (UVB), y los síntomas suelen aparecer frecuentemente entre las 4 y 12 las horas siguientes a la exposición.

No se debe aplicar vaselina ni ningún ungüento que impida el paso del aire.
Tampoco lavar la zona quemada con un jabón duro.
Aplicar compresas frías o dar baños fríos durante 10-15 minutos varias veces al día puesto que alivia el dolor.
Aplicar una loción calmante en la piel, preferiblemente sin benzocaína ya que con frecuencia causa reacciones alérgicas.
Ante quemaduras de sol severas el médico puede recetar alguna crema a base de esteroides.

Se debe buscar ayuda médica de urgencia siempre que haya signos de shock como desmayos, mareos, respiración rápida, piel pálida, fría y/o húmeda, náuseas, fiebre, dolor en los ojos, etc.
Si deseamos disfrutar plenamente del placer de realizar cualquier actividad al aire libre sin quemarnos, debemos aprender a preparar con antelación nuestra piel. Es recomendable el consumo de ciertas hortalizas y frutas ricas en betacaroteno, precursor de la vitamina A, que estimula la producción de melanina y acelera el proceso natural del bronceado, pero lo más importante es el uso de cremas con protección solar unos minutos antes de exponerse a los rayos solares, y después de cada baño.
El factor de protección solar FPS o IP, es un índice que nos informa del tiempo aproximado que se puede permanecer expuesto al sol sin riesgo de quemaduras y por tanto indica la protección frente a los UVB. Por ejemplo, si una determinada piel resiste 20 minutos expuesta al sol sin quemarse, con una crema con un FPS de 6 podrá aguantar 6 veces más, es decir una hora. Por lo tanto, un mismo producto protege durante distinto tiempo a dos personas dependiendo de su tipo de piel.
Por último, es aconsejable secar bien la piel después de cada baño, puesto que las gotas de agua actúan como pequeñas lentes, aumentando el riesgo de quemaduras.

 

 


 

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