REPORTAJE
Fotos: Marcel Gubern


Moda, diversión, deporte extremo y tradición

 

 

Mientras en nuestras latitudes nos vestimos con trajes secos bien pertrechados para el frío o nos dedicamos a esquiar, aprovechando las nieves de enero, en el hemisferio sur disfrutan de un cálido verano y del buceo con un simple bañador, un tubo, unas gafas y unas aletas. Todos los años hay un deporte de moda que practica la elite de los jóvenes en el verano de Punta del Este (Uruguay). Este 2011 parece ser el buceo en apnea. Allí hay ya, al menos, tres lugares donde se enseña esta técnica. Pero en un remoto lugar, en la costa de Sabah (Borneo), los bajau se sumergen desde tiempos remotos en busca de sustento pescando con rudimentarios arpones. Verdaderos ejemplos de adaptación al medio, han sufrido hasta modificaciones genéticas para mejorar su eficacia en la pesca submarina.

El buceo libre está de moda en el verano 2011 pero deben tenerse algunos cuidados pues está considerado un deporte extremo por las exigencias cardiovasculares que plantea. El doctor Jordi Desola, especialista en medicina subacuática, afirmó en Gijón que la extendida práctica de la hiperventilación para practicar el buceo en apnea, no favorece la práctica de esta modalidad deportiva y genera riesgos para la salud. Desola, pronunció en Gijón una conferencia titulada "El buceo en apnea: un arpón de doble punta" dentro de las actividades que rodean a la celebración del Campeonato de España de Pesca Submarina. El médico catalán explicó que "forzar repetidamente la respiración antes de una inmersión, técnicamente llamado hiperventilación, no aumenta el oxígeno en los pulmones sino que disminuye la presencia de dióxido de carbono". "Esta es la principal causa de los accidentes entre los buceadores ya que, de esta forma, se eliminan los mecanismos de alarma del cuerpo, engañándolo y provocando que cuando el buceador sube hacia la superficie se desmaye con la colaboración de la disminución de la presión", añadió.

Pocos accidentes, pero graves
En cuanto al número de accidentes que genera la práctica de este deporte consideró que "son pocos" en comparación con otras modalidades, "pero el problema es que la mayoría tienen consecuencias muy graves con muertes y paraplejias". El médico, director del departamento de medicina subacuática de la Academia de Ciencias Médicas de Cataluña y Baleares, quiso dejar claro que "aunque el buceo es una actividad lúdica, también lo es de riesgo" y abogó por alcanzar un término medio "para no ser inconscientes de los peligros ni tampoco alarmistas". Tras recordar que "la mayor parte de los accidentes tienen al buceador como principal responsable", Desola apostó por "la información y formación como principales medidas para evitar que se sigan produciendo accidentes que en la mayoría de los casos acaban con consecuencias fatales". Explicó también las diferencias entre los buceadores en apnea que se dedican a la pesca y los que buscan batir récords de profundidad ya que estos últimos "sólo hace una inmersión mientras que los que pescan están durante seis horas bajando a profundidades de hasta cincuenta metros durante tres o cuatro minutos, lo que al final suma dos horas". Este tipo de inmersiones, especialmente en los campeonatos donde los deportistas llevan sus cuerpos al límite, "pueden llegar a provocar problemas de descompresión, aunque los buceadores crean que éstos sólo afectan a los submarinistas que van con botellas.

5 minutos y 3 atmósferas sin aire
Los bajau, conocidos como los gitanos marinos del sureste de Asia, viven en palafitos y practican la pesca submarina aguantando la respiración durante varios minutos. La práctica de la suspensión voluntaria de la respiración dentro del agua, llamada apnea o buceo libre, también es un deporte que se lleva a cabo alrededor del mundo. Pero, antes de seguir leyendo, respire profundo y cuente cuánto tiempo puede mantenerse sin la urgencia de dar una bocanada de aire. Quizás no fueron más que 30 o 40 segundos.
Ahora piense en los bajau -y en quienes practican el buceo libre- que son capaces de suspender la respiración bajo el agua hasta durante cinco minutos.
Estos individuos han podido cambiar su organismo para adaptarse mejor a la vida submarina. Los bajau, que se encuentran en varias partes del archipiélago malayo, son reconocidos buceadores libres naturales. Por tradición nacen, viven y mueren junto al mar y sobreviven pescando bajo el agua a profundidades de 20 metros o más durante varios minutos suspendiendo la respiración. A esa profundidad la presión del agua es casi tres veces mayor que la de la superficie, lo cual provoca una restricción de los pulmones que ya de por sí están privados de oxígeno.
Para demostrar su técnica, Sulbin, un pescador bajau, fue filmado bajo el agua para el programa de la BBC "Planeta Humano" en la costa de Sabah en Borneo. Sulbin utiliza un visor de madera hecho a mano y lleva un arpón, pero antes de sumergirse se prepara mentalmente.

Concentración y hemoglobina

"Concentro mi mente en la respiración. Sólo me sumerjo una vez que estoy totalmente relajado" dice el pescador a quien se le ve entrar en un estado de trance antes de entrar al agua. Este grado de control mental es crucial, como explica la instructora de buceo libre Emma Farrell, autora del libro One Breath, a Reflection of Freediving (Una Repiración, Una Reflexión sobre el Buceo Libre). "Tienes que estar preparado y relajado porque es necesario evitar la hiperventilación antes de tomar tu último respiro", dice. El reflejo de inmersión de los mamíferos -que se ve en animales acuáticos como los delfines y nutrias y, hasta cierto punto, en el ser humano- ayuda, como señala Emma Farrell. "Es una serie de ajustes automáticos que hacemos cuando nos sumergimos en agua fría. Éstos reducen el ritmo cardíaco y el metabolismo para disminuir la cantidad de oxigeno que utilizamos".
Durante la suspensión de la respiración, la reserva de oxígeno se reduce y el organismo comienza a retirar sangre de las manos y pies para llevarla hacia los órganos vitales.
Nuestro organismo tiene una forma de compensar ese proceso. La presión bajo el agua restringe al bazo para extraer una cantidad adicional de hemoglobina, la proteína en los glóbulos rojos que se encarga de transportar oxígeno a todo el cuerpo.
"No se ha llevado a cabo suficientes investigaciones para saber si este efecto desaparece cuando el individuo no está buceando" explica Farrell. "Pero conozco a personas que se entrenan en la profundidad del agua, como Sulbin, cuya sangre es similar a la de los habitantes de grandes alturas". En esas altitudes hay menos oxígeno así que la cantidad de hemoglobina en la sangre se incrementa.

Mutaciones oculares
Gracias al tiempo que los bajau pasan en el agua cuando son niños, mientras su vista se está desarrollando, tienen una visión submarina inusualmente marcada. Los bajau viven en palafitos y practican el buceo libre para pescar. Sus músculos oculares se han adaptado para estrechar sus pupilas y cambiar la forma del cristalino para incrementar la refracción de la luz. Esto hace que su visión submarina sea dos veces más clara, según Anna Gislen, de la Universidad de Lund en Suecia, quien ha estado estudiando la vista de los niños gitanos marinos de Tailandia y Birmania comparándola con la de los niños europeos. Entre ambos existe una brecha, dice la investigadora, que se puede mejorar con entrenamiento. Pero una parte del organismo de los bajau que no ha podido entrenarse es el tímpano que se les rompe siendo niños. Según Tom Hugh-Jones, quien dirigió el programa Planeta Humano, existen teorías evolutivas -que no han sido ampliamente aceptadas- de que un antepasado primitivo del humano moderno tuvo que adaptarse a un ambiente parcialmente acuático. La teoría del mono acuático sugiere que esa es la razón por la cual los humanos son mayoritariamente lampiños y tienen una capa de grasa subcutánea para aislamiento bajo el agua, y por eso están mejor adaptados para nadar que sus parientes más cercanos, como los grandes primates. Pero Sulbin y otros submarinistas bajau tienen poca grasa corporal. Y su estructura corporal delgada les ayuda ya que es más eficiente para utilizar oxígeno y al tener poca grasa flotan menos y como Sulbin, siendo capaces de caminar por el lecho del arrecife con facilidad. El buceo libre, sin embargo, tiene sus riesgos, principalmente durante el ascenso desde la profundidad cuando se produce una expansión de los pulmones a su volumen natural lo cual puede conducir a inconsciencia y muerte. Y cualquiera que piense que el buceo libre es un ejemplo de lo que no pueden lograr los pulmones de un fumador, está equivocado. Tal como señala Hugh-Jones, "Sulbin fuma como una chimenea. Según dice fumar le ayuda a relajar el pecho".

 

 

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