Texto y fotos: Chano Montelongo


TURISMO INTERNACIONAL
El "abismo azul" de la Isla Bonita
 

 

Alguien dijo una vez haber oído cantos de sirena allí, al fondo, en la negrura del agujero sin fondo, pero, probablemente, sólo se tratara del poderoso "efecto imán" que el mítico Blue Hole de Belice produce sobre los submarinistas más aventureros. Desde que el comandante Cousteau lo explorara por primera vez en 1970, no se sabe de ningún buceador que haya desoído la llamada de este misterioso agujero. Si existiera alguna puerta que conectara nuestro mundo de color con el infierno oscuro y tenebroso, sin duda, sería esta. Tras más de dos horas de navegación por las esmeraldas aguas de Belice, la potente embarcación frena de repente sus motores... Todo el mundo sale a cubierta y mira por proa. Un silencio sepulcral invade a todos: bajo el barco han desaparecido los tonos verdes y alegres de los arrecifes coralinos que nos han acompañado todo el viaje. Ahora, la embarcación flota inerte sobre un amenazador azul oscuro..., profundo..., estamos en el mismísimo centro del Blue Hole, sobre el "abismo del Caribe". Impresiona.

Este agujero azul se localiza a 100 km de distancia de Belice City, la capital del país, y está ubicado en el arrecife Lighthouse, el más alejado de los tres atolones que posee este pequeño estado caribeño (los otros dos son el Turneffe y el Glover's Reef y son igualmente famosos por sus espectaculares puntos de buceo). Desde la ciudad de San Pedro, en Cayo Ambergris (que es la conocida como "La isla bonita" que se nombra en la famosa canción de Madonna) potentes embarcaciones de buceo (preparadas para transportar a más de 30 submarinistas de una vez) visitan este lejano lugar (poco más de dos horas de navegación), situado dentro del llamado Parque Nacional Blue Hole, una reserva marina en la que hay que abonar 40 dólares americanos para poder acceder (para bucear, snorkelear, avistar pájaros o, simplemente, para visitar sus playas desiertas).

Cuevas sumergidas
Desde el aire, el Blue Hole -declarado Monumento Nacional- se muestra como una superfice redonda perfecta de un azul profundo que contrasta con las aguas color turquesa del entorno. En medio del atolón se aprecia un borde circular formado por el coral (a veces sobresale del agua) que ofrece dos entradas al interior del agujero para las embarcaciones en forma de estrechos canales. Tiene 304 metros de diámetro y una profundidad aproximada de 130 metros. Ha sido descrito como uno de los mejores lugares de buceo del planeta porque ofrece dos diferentes tipos de inmersión. Por un lado, se trata de un fenómeno natural único desde el punto de vista geológico, ya que el agujero, a partir de los 30 metros de profundidad, se abre, se ensancha, como una olla donde se localiza un complejo sistema de cuevas y pasadizos caracterizado por espectaculares estalactitas que cuelgan del techo. Gruesas y abigarradas, de cerca de un metro de ancho, estas columnas penden de un techo que comienza a los 30 metros y se prolongan hasta los 50 metros de profundidad. Esta característica petrográfica, de primera, nos da una pista sobre el pasado geológico del Blue Hole: en algún momento de su existencia estas cuevas estuvieron sobre el nivel del mar, ya que es la única forma posible de que se formen las estalactitas. Efectivamente, hace 10.000 años, en la última glaciación o Edad del Hielo, estas cavernas eran aéreas. Cuando el hielo se derritió y el nivel del mar subió, las grutas se inundaron y quedaron sumergidas bajo el Caribe. Con el tiempo, los corales colonizaron la zona y se formó lo que hoy conocemos como el Blue Hole.

Descompresión animada
La inmersión que proponen los centros de buceo que hasta aquí llegan tienen siempre el mismo perfil. En los primeros minutos se realiza un descenso directo a la zona de las cuevas, entre 34 y 42 metros, para que los buceadores se deslicen entre las espectaculares estalactitas. Al bucear bajo la curva de seguridad, siempre se entra en DECO, acumulándose entre 3 y 8 minutos de parada de descompresión. Un tiempo que, si la inmersión se realiza según los cálculos de los divemasters, desaparecerá en la parte final de la inmersión, antes de que se inicie el ascenso a superficie. Tras ver las grutas, se sube al borde del agujero y allí, comienza la otra "aventura". Entre el abismo azul y un fondo arenoso en pendiente (a 10-12 metros de profundidad) salpicado de pequeñas esponjas y corales, se divisan barracudas, grandes meros y ¡enormes tiburones! de varias especies, concretamente, grises de arrecife, nodrizas, puntas blancas, toros y, dependiendo de la época del año, martillos y tigres. La mayoría de los avistamientos se ven en el azul, a distancia, sobre el centro del Blue Hole, aunque siempre hay algunos ejemplares más atrevidos que se acercan a los buceadores e, incluso, pasan en medio del grupo. Esto es una gran atracción, incluso, para los no buceadores, ya que estas excursiones al Blue Hole están abiertas a los aficionados al snorkel.

Cayos de Lighthouse Reef
Pero el Blue Hole, con toda la leyenda y el mito que lo rodea, es sólo un aperitivo de la jornada de buceo que proponen los centros beliceños que por aquí operan. Realizada la inmersión profunda, el resto del día, la expedición se dedica a explorar los cayos de alrededor que conforman el área marina protegida de Lighthouse Reef. En este atolón hay 56 kilómetros lineales de pared arrecifal de impresionante belleza. Este muro nace a 1.000 metros de profundidad y llega hasta los 12 durante una milla de extensión. A lo largo de todo este paraíso hay innumerables puntos de buceo, destacando entre ellos el conocido como Half Moon Wall (La pared de la Media Luna). Con visibilidades que superan los 30 metros, la pared está completamente colonizada por varios tipos de coral, exuberantes gorgonias abanico y enormes y coloridas esponjas barril. Tortugas, morenas, peces loro, snapers y un sinfín de pequeñas especies tropicales convierten estas aguas someras en un verdadero acuario multicolor. En superfice, para comer y disfrutar de la naturaleza el Cayo de la Media Luna es el lugar perfecto. Se trata de un área protegida (declarada Monumento Natural) frecuentada por los amantes de la observación de aves. La razón principal que motivó la creación de esta reserva fue la protección del ave llamado bobo pata roja y su hábitat. Junto a él, en aparente armonía, convive el pájaro fragata. Se han registrado unas 98 especies de aves en el cayo, de las cuales 77 son migratorias, como el halcón marino, el chipe de manglar y la paloma de corona blanca.
Todo este entorno está situado al sur de Belice, en los islotes más alejados del país y, aunque hay algún resort perdido entre estos atolones, la vida civilizada está en torno a los cayos mayores, Caulker y Ambergris, ambos en el norte. En éste último, donde la única ciudad se llama San Pedro, los centros de buceo cuentan con casi medio centenar de puntos de buceo donde se puede disfrutar de la belleza de los arrecifes beliceños -muchos de los cuales están catalogados como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco-, donde los más destacados son Hol Chan Cut (en el Parque Marino de Hol Chan), Pescador Cavern, Journey's End, Rocky Point Canyons, Bacalar Chico Cayons (en el Parque Nacional de Bacalar Chico), aunque la popularidad se la llevan dos feeding: el de Shark Ray Alley, en las que las protagonistas son las rayas, y el de Esmeralda Canyons, en donde a los que se les da de comer son tiburones nodriza y enormes meros tigres. Ambas inmersiones, además de caóticas, son muy espectaculares, aunque resultan un poco "circo", muy al gusto de los submarinistas norteamericanos. No en vano estamos el territorio yanqui. Ellos mandan aquí. Sobre el agua, la pequeña y acogedora ciudad de San Pedro y la isla son una verdadera delicia caribeña, tal y como lo describe Madonna en su famosa canción: “Anoche soñé con San Pedro (...) Brisa tropical de la isla. Toda la naturaleza salvaje y libre. Aquí es donde quiero estar. La Isla Bonita”

 


 

FICHA TÉCNICA
Cuando Bucear:
Cualquier época del año es buena para practicar el buceo, si bien, entre junio y final de octubre, siempre hay riesgos de toparse con algún huracán.
Climatología: El clima es subtropical con una época de lluvias en verano y con una temperatura que oscila entre 24 y 34º C.
Estado del agua: Bajo el agua la visibilidad oscila entre los 15 y los 30 m. y la temperatura entre los 24 y los 29º C.
Como llegar: Desde España la forma más directa es coger un avión a Miami y de allí otro a Belice City, desde donde es posible llegar a los cayos, tanto en avioneta como en barco.
Con quién bucear: En Cayo Ambergris hay infinidad de Centros de Buceo. White Sands (www.whitesandscove.com) y Amigos del Mar (www.amigosdive.com) son dos buenas alternativas.
Dónde dormir: El hotel Sak Beh (www.belizesakbehbungalows.com), ubicado junto al Centro de Buceo White Sands, ofrece coquetas cabañitas muy del estilo beliceño.

 

Copyright (c) 2001 BUCEO XXI - S.G.I. Asociados - Todos los derechos reservados