TURISMO
   
 
   
 

Tahití está en la mente de todos como un lugar lejano y paradisiaco, pero cuando las distancias del planeta se hacen más pequeñas todos soñamos con poder naufragar en una de sus islas.










FOTOS: GIE Tahiti Tourisme


Polinesia es un infinito conjunto de islas geológicamente jóvenes con montañas agrestes que lucen un verde tapiz de salvaje vegetación donde todos los sentidos tienen un reclamo: olores fragantes, sonidos refrescantes, colores chillones y tenues, y un sabor especial que el salitre nos aporta de ese marco incomparable que son sus anillos de coral, recipientes inmaculados de un mar tan trasparente que no parece mar sino espejo de un alma milenaria reposando en la meditación de una vida paradisiaca.

El coral es, en parte, el arquitecto que ha diseñado una privilegiada muralla que protege cada isla como queriéndolas abrazar. La arena forma pequeñas islas adornadas por cocoteros que parecen salidos de una ilustración romántica de un solitario naufrago. Sus playas parecen haber acumulado la fina arena blanca de un reloj inmenso que al perderla detuvo el tiempo, como queriendo decir: sea por siempre tanta belleza y sensualidad. Cada atolón es único y caprichoso. Los hay que aún conservan la perla verde de alguna isla en su interior. Otros se han quedado como un anillo que alguna dama arrojara desde el cielo a un lago inmenso.

Tahití Nui y Tahití Iti, la grande y la pequeña, son dos hermanas que se pasean por la playa cogidas de la mano. Tienen un pañuelo de nubes desde las que descienden saltos de agua multicolor. Cuando las jóvenes te reciben con un collar de flores del que destacan los pétalos blancos de sus sonrisas, crees que la vida debió de ser así antes de que nos expulsaran del paraíso.

Pero sólo has entrado en el recibidor. Porque lo que te espera, una vez traspases la fina línea que separa la claridad del cielo de la claridad del agua, es aún más fantástico si cabe. Un jardín de coral es el escenario donde se representa un inmenso ballet de criaturas especialmente bellas. Desde las gigantescas ballenas, las majestuosas mantas, los nobles delfines y las sosegadas tortugas hasta tiburones, que son temidos y admirados a la vez, y ponen orden en el alegre carnaval de figuras y colores. Hay tantos y tan variado número de peces que parece el fruto de una alocada experimentación estética y biológica.

La primera mirada del buzo que llega a Tahiti y sus islas se sumerge en una explosión de jade, de tonalidades turquesa, seguida por la maraña tortuosa de los arrecifes, los pasos y las columnas que se hunden en el azul de las profundidades. ¿Cuántos recorridos acuáticos serán necesarios para llegar a deshojar tanta exuberancia, tanta riqueza submarina? Sin duda más de un día. Desde hace años, hombres y mujeres apasionados la recorren, la escrutan, la filman, intentando compartirla con el mayor número de semejantes pero sin olvidar la imperiosa necesidad de protegerla. Estos hombres y mujeres los encontrarás en los centros de buceo. Ellos serán tus acompañantes cualificados en las inmersiones submarinas.

La Ora, Maeva y Manava son las tres palabras de saludo y de bienvenida que los polinésicos desean a sus visitantes. Este recibimiento heredado de la tradición hospitalaria legendaria se manifiesta, a la llegada, con cantos acompañados de guitarra y ukulele en una alegre banda, a través del obsequio de tiare, la flor emblemática polinésica con un perfume muy suave. Visitantes y amigos son recibidos con collares de flores multicolores, en señal de bienvenida o para testimoniar la alegría del reencuentro. El visitante no tiene más que recibir y dejarse conquistar. Una sola palabra clave a utilizar: mauru´uru (gracias)

DATOS DE INTERES

¿Cómo llegar?
De Madrid...
Vía Santiago con Lan Chile (2/semana), en vuelo de 24 horas; vía Londres con Air New Zealand (4/semana), vía París con Air France (3/semana), en vuelos de 24 horas y 45 minutos.
Transporte Interno
Desde cada una de las islas los viajeros pueden desplazarse bien en ferry o con vuelos internos. Otra posibilidad es conocer las islas a bordo de algún crucero.
Moneda
El franco polinesico (CPF) es la moneda oficial del país.
Clima
Existe una temporada seca de mayo a octubre, y una más calida y de lluvias en el restante período, coincidiendo con el invierno europeo. En julio y agosto puede soplar en ocasiones el maarmu, o viento.
Se benefician de un clima tropical de soleado al máximo, llegando a cerca de 3000 horas de sol por año. Temperatura ambiental promedio es de 27º C mientras que el agua de las lagunas se estabiliza alrededor de los 26ºC
Horario
Doce horas de diferencia en verano y once horas en invierno
Idioma
Francés, inglés y taitiano.








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